jueves, 12 de diciembre de 2013
Del acuartelamiento a la represión.
A la protesta policial de la policía tucumana, que sucedió a los reclamos iniciados en distintos puntos del país, le siguió la bronca de los tucumanos por los saqueos. Manifestación a la casa de gobierno y represión tras el acuerdo salarial
De forma similar a como sucediera en varias provincias del país a lo largo de la semana, en Tucumán, la policía provincial también decidió acuartelarse en reclamo de una mejora salarial. Tras esta situación los saqueos no tardaron en producirse en barrios de la capital tucumana. Sin embargo lo distintivo de la situación vino luego de haberse alcanzado el acuerdo entre la gobernación y los sectores de la policía que reclamaban.
La noche del martes miles de tucumanos concurrieron a la sede de la gobernación, en la Plaza Independencia, a manifestarse contra los saqueos producidos y en reclamo de seguridad. La policía que horas antes había conseguido el aumento salarial pedido cargó contra los manifestantes en una dura represión que incluyo balas de goma y gases, provocando heridos.
Durante todo el día martes se habían sucedido las negociaciones entre el represente policial y el gobernador Alperovich, quien primero intentó presionar a los policías bajo la amenaza de acusarlos de sedición y finalmente terminó negociando con los mismos y estableciendo un aumento salarial, que se elevó a $8500.
Mientras esto sucedía en varios sectores de la provincia y fundamentalmente en barrios del gran Tucumán había saqueos y enfrentamientos entre los dueños de comercios y tiendas (que se encontraban armados y con barricadas a lo largo de las calles) con quienes iban a saquear. El mayor foco de conflicto era en la Banda del Rio Salí. Al igual que en el resto del país se observó durante la jornada de saqueos ciertos niveles de organización donde grupos en camionetas y motos abrían el camino para que luego gente de a pie ingresara en los comercios.
Producto de los episodios vividos durante los días lunes y martes no hubo ni bancos, escuelas, ni actividad pública, la cual se empezó a normalizar el miércoles por la mañana. Como resultado de los días de reclamo policial hubo saqueos a 250 comercios con pérdidas estimadas en 75 millones de pesos. Por otro lado durante estas jornadas se registraron 4 muertes y 100 personas heridas.
Este clima generó la protesta del martes a la noche cuando la policía, tras conseguir el acuerdo, salió a reprimir a quienes se encontraban manifestando en la Plaza Independencia. Desde el ejecutivo provincial sostuvieron que la manifestación estuvo infiltrada. “La Bancaria rompió los autos oficiales; estuvieron los Boinas Blancas y gente de José Cano. Siempre hay infiltrados pero la gente tiene derecho a expresarse”, sostuvo Alperovich. Sin embargo el gobernador también cargó contra la policía y sostuvo: “Los policías tendrían que haber aguantado, no reprimir. La gente está en todo su derecho de expresar su malestar”.
Producto de la crisis vivida y la represión del día anterior, el miércoles por la noche los manifestantes regresaron a la Plaza Independencia frente a la gobernación provincial. Allí 15 mil personas protestaron contra el gobernador, la represión del martes y la policía. Esta vez el ejecutivo decidió retirar a la policía y dejó la seguridad a cargo de los 500 gendarmes que fueron movilizados hacia la capital tucumana.
“Había un aire de miedo, de psicosis, aunque también en hechos reales”
De esta manera se refirió Nicolás Salvi, periodista tucumano de la agencia Contrapunto, en dialogo con Con el Pie Izquierdo de Radio Sur FM 88.3, al ser consultado sobre la situación en Tucumán. Por otro lado agregó también que hubo conflictos dentro de la propia fuerza policial, ya sea porque unos querían arreglar y otros pretendían continuar el reclamo, así como porque algunos querían intervenir para frenar los saqueos y otros no.
En relación a la represión del día martes, Salvi afirmó que “no había conflicto hasta que los manifestantes -según la policía- intentaron atacar la casa de gobierno, cosa que nosotros no vimos así. Al día de hoy no hubo una explicación clara”. Por otro lado sostuvo que cuando comenzaron los saqueos, también lo hizo la justicia por mano propia. Se crearon barricadas, vecinos se armaron, había comandos vigilando las calles, lo cual llevo a que otro sector de la población con más miedo y desconfianza a sus vecinos y a la policía, marchara por mayor seguridad. Tras esta marcha se sucedió la represión policial.
Al ser consultado sobre los motivos y orígenes tanto de los saqueos como del conflicto con la policía, el periodista de Contrapunto sostuvo que si bien Tucumán no es un caso aislado en relación a las protestas del resto del país y que hay problemas estructurales en la provincia, ”parte de la oposición y determinados sectores dan lugar para que pasen estas cosas”, junto a esta cuestión existió “una total irresponsabilidad de la conducción policial”, finalizó Salvi.
Marcha
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