Ni pago de la deuda externa, ni ¨autonomía¨ del Banco Central: que se atiendan las necesidades de la clase trabajadora
La decisión del gobierno de crear un fondo que asegure el pago de los próximos vencimientos de la deuda pública con parte de las reservas del Banco Central (BCRA) ha generado nuevas peleas con la oposición y una crisis con las autoridades de dicho banco que terminó, en primera instancia, con la destitución por decreto de su prsidente, Martín Redrado. Esta tormenta de Reyes puede ser una buena oportunidad para abrir un debate sobre la legalidad y/o legitimidad de la deuda externa, sobre el rol del BCRA y sobre cómo se continúan postergando las necesidades populares. Además esta primera crisis presagia una serie de conflictos que el gobierno deberá enfrentar a partir de la pérdida de su mayoría parlamentaria.
Celebrando 200 años de dependencia
A fines del año pasado el gobierno decidió crear un fondo especial destinado a hacer frente a los pagos por la deuda externa correspondientes a 2010. Lo hizo por decreto de necesidad y urgencia (DNU) lo que generó una pelea aun no resuelta con la oposición de derecha, tanto en el parlamento como en la justicia. Está por verse lo que ambos poderes decidirán sobre este fondo especial de 6.569 millones de dólares. Los legisladores de Proyecto Sur y aliados correctamente consideran que no debe continuarse el pago de una deuda ilegítima, fraudulenta y varias veces pagada y vuelta a pagar.
El gobierno tomó esta medida para mostrar voluntad de pago ante los acreedores externos y mejorar las posibilidades de nuevas tomas de crédito frente a las probables dificultades fiscales que enfrentará de cara al final del mandato y las elecciones presidenciales de 2011.
Pero es otro aspecto de la creación de este fondo, llamado del Bicentenario (lo que significa que se conmemora el nacimiento de la nación pagando la deuda externa fraudulenta), el que ha generado la primera crisis política de 2010. Debería constituirse, según el decreto presidencial, con parte de las reservas del BCRA que hoy rondan los 48 mil millones de dólares. Pero su ahora ex-presidente, Martín Redrado, se opuso a ceder ese monto. Argumentó que el Central está para resguardar el valor de la moneda y que tiene autonomía legal respecto al poder ejecutivo. Además, pretendía cubrirse de la responsabilidad judicial que podría caberle si la corte fallara en contra del DNU presidencial por no haberse decidido en el parlamento un tema concerniente al endeudamiento externo del país.
Regalitos de Reyes cruzados
En la mañana del 6 de enero el jefe de gabinete Aníbal Fernández se reunió con Redrado y le pidió la renuncia en nombre de la presidenta Cristina Kirchner. Pero el ex-presidente del BCRA le devolvió el regalito rechazando la autoridad del ejecutivo para destituirlo. La ley vigente exige que una comisión bicameral considere ¨el mal ejercicio en su cargo¨, y en la misma los votos estarían parejos entre oficialismo y oposición y definiría Cobos, se supone que de manera ¨no positiva¨ para el gobierno como en la resolución 125, aunque en esta ocasión el parlamento es sólo consultivo.
El gobierno pretendió utilizar una puesta a disposición del cargo, la que Redrado habría manifestado meses atrás. Pero esto fue rechazado por el titular del BCRA. La oposición de derecha, experta en el oportunismo (y entre ellos los legisladores de la UCR, primeros), presionó a Redrado para que no renunciara, alentándolo por un lado y por otro amenazándolo con considerarlo cómplice del uso de las reservas por parte del gobierno. Lograron reunirse con él al mediodía de ayer y aparecieron en todos los medios de comunicación.
Los radicales (a los que se sumaron Macri, Carrió, el PJ disidente y toda la derecha) no cuestionan el pago de la deuda e incluso estarían de acuerdo en utilizar las reservas del BCRA para pagarla. Sólo se oponen, hipócrita y demagógicamente, para debilitar políticamente al gobierno. Y ocultan que sus admirados dirigentes de los ¨países serios¨ como Brasil y EEUU utilizan las reservas para ayudar a las grandes empresas y bancos.
Por su parte el gobierno respondió mediante el ministro de economía Boudou que consideró que Redrado ya no estaba en funciones y que recurría a ¨la politiquería barata que pone palos en la rueda¨.
Estamos frente a una despiadada lucha entre camarillas por espacios de poder que coinciden en ignorar necesidades de los trabajadores y el pueblo: empleo, salarios y jubilaciones dignas, salud, educación, vivienda, etc.
La ¨autonomía¨ del Banco Central
El gobierno tenía previsto anunciar el reemplazo de Redrado por Mario Blejer, que ocupó este cargo en la presidencia de Duhalde en 2002 y es hombre de los organismos internacionales de crédito y fue director del Banco de Inglaterra. Todos pergaminos que evitarían una crisis de mercado ante este movimiento de piezas planificado. Pero la tormenta de Reyes asustó a los especuladores haciendo que el dólar subiera y la bolsa y los bonos cayeran varios puntos porcentuales.
Además Blejer, que primero había reconocido que estaba en conversaciones con el gobierno, al escuchar el ruido político que llegaba desde Buenos Aires hasta sus vacaciones invernales en los Alpes, decidió posponer la aceptación hasta que Redrado definiera su futuro. Y lo que es más importante: pidió que la creación del Fondo del Bicentenario se hiciera por ley.
La legislación que mantiene al BCRA con autonomía respecto al gobierno, en realidad es una garantía para que la gran banca internacional pueda tener asegurados sus negocios en el país. Desde su creación en 1935 es en el nombramiento de sus autoridades donde el peso de los grandes bancos y poderes financieros transnacionales se hace sentir. El mismo Martín Redrado, ¨golden boy¨ de los 90, es uno de los más destacados representantes de esos intereses. En realidad aquí se manifiestan dos modelos de saqueo capitalista, o mejor dicho dos caricaturas de modelos. Por un lado un ¨liberalismo¨ trucho al que no le alcanza con la ¨libertad de mercado¨ sino que exige que el Estado proteja a los fuertes frente a los débiles. Y por el otro un pseudo ¨keynesianismo¨ que mediante maniobras monetarias e intervenciones de un ejecutivo fuerte pretende mantener cierta regimentación del sistema. No es que los liberales y la derecha no quieran pagar la deuda, sino que pretenden que se haga con ajuste presupuestario y privaciones populares, en vez de con reservas.
Futuro del gobierno
En la tarde del 6 el gobierno consiguió el apoyo de ABAPRA (banca pública, menos el del Banco Ciudad bajo directorio macrista), ADEBA (asociación de bancos privados nacionales) y hacia la noche el de gran parte del directorio del BCRA. La entidad que agrupa a los grandes bancos internacionales es ABA.
Más allá de cómo se resuelva finalmente esta crisis, lo que revela es la dificultad que tendrá el gobierno a partir de la pérdida de la mayoría legislativa para imponer su política. En particular la expansión fiscal que planeaba para recuperar el crecimiento económico en los próximos meses tendrá algunas dificultades si no impone un hombre afín en el Central. De todas formas ya no será lo mismo que antes de esta estrepitosa llegada de los Reyes Magos. La pretensión de ser amable con el mercado no pudo concretarse y cada vez más se depende de la recuperación de la economía mundial.
Un sistema financiero nacionalizado y centralizado bajo control obrero y popular
La falacia de la autonomía del BCRA en manos de especialistas ¨imparciales¨ como Martín Redrado, es evidente para todos. Y hoy mismo el parlamento de EEUU intenta poner límites a la FED (la Reserva Federal, el BCRA yanqui) en sus atribuciones sobre el destino de los grandes bancos en problemas.
Nuestra posición sobre la deuda externa, que hemos explicado en numerosas oportunidades, es su investigación, denuncia y no pago. En esta circunstancia queremos agregar que consideramos necesaria, para poder refundar una economía planificada al servicio de las necesidades populares, la nacionalización del sistema financiero, de los monopolios y latifundios, sin indemnización y bajo el control de los trabajadores.
Las reservas monetarias deben estar también bajo su control para que democráticamente se disponga de su destino. Por otra parte son producto de los trabajadores, únicos que generan toda la riqueza nacional
Sergio González
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