La dolarización que promete ejecutar Milei en un eventual gobierno suyo sigue despertando más dudas que certezas, y ahora Ramiro Marra dice que podría quedar para un segundo mandato. De asegurar que tenían todo resuelto y que sería “facilísimo”, los libertarios pasaron a relativizar la medida que era su caballito de batalla de su relato sobre terminar con la inflación y la pulverización de los ingresos de la población. Este recule no obedece a los efectos destructivos que tendría sobre los salarios (ya que equivaldría a una megadevaluación), sino a la zozobra que genera esta improvisación en importantes sectores capitalistas.
En una entrevista televisiva, Marra volvió con el relato de que su espacio plantea reformas de primera, segunda y tercera generación, y que la dolarización de la economía está condicionada a avanzar con el resto de las medidas, y por lo tanto luego de aclarar que no sería para el primer año deslizó que no sabe si “llegarán” a hacerla en un primer mandato. Es que genera resquemores el desquicio que podría resultar esta aventura, cuyos resultados estarían atados a la especulación de fondos buitre que tienen que aportar los dólares para poder rematar los activos del Banco Central. Los recelos incluso se hicieron llegar desde Estados Unidos, que debe dar el ok para habilitar la adopción del dólar como moneda de curso legal.
Un ejemplo claro lo tenemos en los bancos. Carlos Rodríguez, del equipo económico de Milei y exviceministro de Economía de Menem, sostuvo en Twitter que no es cierto que en su esquema el BCRA dejaría de emitir el 10 de diciembre, porque seguiría pagando los intereses de la Leliq. Es decir que los mentores de la “motosierra” sobre el gasto público seguirían dándole a la maquinita para saldar los vencimiento usurarios que se pagan a la banca, sosteniendo un negocio parasitario a costa de las arcas de la autoridad monetaria. Vemos que los beneficiarios de la impresión de billetes no son los jubilados o los desocupados, sino los capitalistas.
Por lo demás, la inflación funcionó todos estos años como un mecanismo para hundir los salarios y las jubilaciones, generando una transferencia de ingresos hacia las patronales (mejorando sus márgenes de rentabilidad) y permitiendo al Estado un ahorro fenomenal (mientras su recaudación está atada a los precios porque grava el consumo y las ventas). Si bien una dolarización comenzaría por devaluar los haberes, sus consecuencias son imprevisibles y amenazan con un dislocamiento de la economía. Más vale pájaro en mano…
Para graficar quiénes cargarían entonces con el ajuste que pregonan desde La Libertad Avanza, basta ver que en la misma entrevista Marra consideró que “estamos todos de acuerdo. La Argentina no puede seguir con esta situación”. No se refiere a la miseria que ganan millones de jubilados, sino a la intención que comparte con el resto de los partidos capitalistas de ahorrar fondos públicos a costa de quienes han aportado toda su vida laboral o fueron víctimas de contrataciones precarias por imposición patronal. La factura no la pagaría la casta política, sino quienes vienen sufriendo un robo gobierno tras gobierno.
No dejemos pasar otra estafa contra los laburantes. La única vía para revertir los efectos destructivos de la inflación sobre los ingresos de la población es organizando la lucha por aumentos de salarios y jubilaciones.
Iván Hirsch
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