Frente a las cámaras, Sergio Berni declaró estar absolutamente de acuerdo con Larreta y el Pro en sacarle los planes sociales a los piqueteros que se manifiestan en las calles. El movimiento fascista y antipiquetero de Milei nace de las entrañas del Estado y de los gobiernos de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Fue el ministro “albertista” Zavaleta el que dio la campana de largada agitando las provocaciones contra el multitudinario acampe piquetero, una respuesta de masas contra el hambre y el ajuste capitalista de extensión nacional.
Tratándose del jefe de la Bonaerense, las amenazas de Berni al movimiento piquetero equivalen a un llamado abierto a la represión y al matonaje oficial y paraoficial contra las decenas de miles de familias obreras que luchan por trabajo genuino y por el pan para sus hijos. La simpatía de los medios ” hegemónicos” por Berni, una suerte de Patricia Bullrich en la provincia de Buenos Aires, es un reconocimiento reaccionario al represor de Guernica, defensor de la doctrina Chocobar y del gatillo fácil contra la juventud.
Aún después de su ruptura con el Frente de Todos y su distanciamiento de los Kirchners, Berni cuenta con la complicidad política y protección de Kicillof. Es esto lo que explica que Sergio Berni comparta palco y foto con el gobernador en un acto en Olavarría para poner en funciones a egresados de la policía rural. Esta ratificación y permanencia del facho Berni, quien de jacta de haber puesto preso en su momento al kirchnerista Grabois, es responsabilidad directa de Axel Kicillof, que le da vía libre al cuartelero, pero también de las burocracias sindicales y estudiantiles, que le hacen el aguante a este confeso derechista desde su designación en el Ministerio de “Seguridad”.
Es a la luz de este encubrimiento a Berni que se entienden las referencias de Kicillof a la explosiva situación en el conurbano que ” no da más”. Claro está que el hambre y la falta de comida en los comedores populares tienen en el ajuste del gobernador y del gobierno nacional los responsables directos. Efectivamente la provincia de Buenos Aires es un polvorín de reivindicaciones y reclamos insatisfechos por trabajo, vivienda, salud y salarios. La ofensiva antipiquetera tiene la venia de Kicillof, el Cuervo Larroque, Martín Insaurralde y de una legislatura que votó ” en unidad” de kicillofistas, massistas, la Cámpora y Juntos por el Cambio el Presupuesto de ajuste 2022.
El ” nacional y popular” que gobierna la provincia necesita y depende de Berni para desplegar la Bonaerense contra los reclamos obreros y los piquetes de lucha. La experiencia del “soviético” Kicillof en el gobierno retrata la podredumbre antiobrera del nacionalismo burgués cuando los trabajadores se ponen en movimiento. A pesar del final abierto para una eventual candidatura de Sergio Berni por dentro o fuera del peronismo, las direcciones kirchneristas no mueven un dedo para echar al ministro de ” seguridad”, un conocedor de “inteligencia” de los secretos de familia desde los tiempos de Néstor Kirchner en Santa Cruz..
Sergio Berni como ministro de Kicillof ha hecho, de la maldita policía y de sus coqueteos con Patricia Bullrich, la rampa de lanzamiento de su promoción política. La banca que le tributa Kicillof, desnuda al progresismo trucho y pagador serial al FMI ¡Más que nunca fuera Berni con la movilización popular!
Daniel Rapanelli
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