viernes, 29 de abril de 2022

Las "prácticas profesionalizantes", un ataque sobre las comunidades educativas de la Escuela Media

Tal como anticipó el Ministerio de Educación de la CABA en enero, las "Prácticas Laborales Obligatorias" ya son un hecho. Los estudiantes del último año de secundaria comenzaron estas últimas semanas la peregrinación por empresas de toda la Ciudad. La medida alcanza a 29.400 jóvenes de 442 establecimientos educativos de gestión pública y privada. 
 El relato de las familias es que la experiencia está siendo realmente vergonzosa: los alumnos se trasladan solos en colectivo a las empresas porque no se han abierto cargos nuevos para cubrir esas horas con profesores que acompañen, pierden materias propias de la especialización que eligieron para transitar su educación secundaria y no encuentran ninguna motivación en esas prácticas. Por el contrario, las familias lo califican de "tragedia". En redes sociales, por ejemplo, circula la denuncia de una familia cuyos hijos llevan a cabo estas prácticas de precarización laboral en la Cámara Argentina de Concesionarios de Servicios de Comedores y Refrigerios (CACYR), que nuclea a las principales empresas del país que prestan servicios a gobiernos como el GCBA. Es decir, estarían utilizando a los estudiantes como mano de obra semiesclava para hacer viandas paupérrimas que después mandan a las escuelas. 
 La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, presenta a estas actividades como “aproximación al mundo del trabajo y a los estudios superiores". Los estudiantes serían evaluados durante estas “experiencias laborales” no remuneradas que desarrollarán durante un total de 120 horas cátedra, equivalentes a 80 de reloj. 
 Pero estas horas no se suman a la currícula, sino que son parte de la carga horaria de las materias de las orientaciones de los últimos años y del Espacio de Definición Institucional (EDI). Lisa y llanamente, un atropello a un movimiento estudiantil que, en el pasado, le ha sabido hacer frente a la “Secundaria del Futuro” con las tomas de más de 30 colegios secundarios en la CABA. 
 Nuevamente, la contrarreforma educativa dirigida a eliminar el dictado de contenidos científicos y universales, por otros híper particularizados en el “menú a la carta” de las incesantes demandas del mercado, en su búsqueda por sostener la tasa de ganancia. Esa juventud lanzada al “mundo laboral”, es la misma para la que el Gobierno de Larreta, amparado en la LEN kirchnerista, anunció en su momento, las "Prácticas profesionalizantes". 
 Hasta el mes de marzo, según información difundida por el GCBA, se registraron más de 400 empresas y ONG al servicio de las prácticas educativas en ámbitos laborales. 
 Por otra parte, se informó que además de las “experiencias laborales”, los alumnos tendrán otras 30 horas cátedra anuales en las que aprenderán Educación Financiera y Habilidades Blandas (Clarín, 24/01). En el presente contexto de crisis humanitaria y crisis capitalista, la perspectiva para la juventud, lejos del acceso al consumo, al ahorro, a la posibilidad de planificar un porvenir personal y familiar, es la de un régimen político cuyo objetivo es atarla a la precarización permanente, como mano de obra barata que reemplace a los trabajadores con mayor antigüedad en las empresas. Lejos de formar el pensamiento crítico, el vínculo entre la enseñanza y el aprendizaje es fetichizado como mercancía. 

 La propuesta vergonzosa

 La propuesta oficial es que los alumnos vayan rotando por diferentes áreas y propuestas dentro de una misma organización, distribuidos en grupos de entre 3 y 6 estudiantes. Las “organizaciones” deben tener espacios físicos para que se puedan realizar estas experiencias presenciales. Además, tienen que tener las habilitaciones correspondientes para su actividad para que los alumnos puedan contar con un seguro gestionado por el Ministerio de Educación porteño. Para asistir a las actividades, los alumnos deben trasladarse por su cuenta, ya que cuentan con boleto estudiantil (Ídem, Clarín). 
 La conducción Celeste de UTE tildó, allá lejos y hace tiempo, en uno de sus comunicados, de “marketinero” el anuncio, pero no llamó a ninguna asamblea, plenario, ni acción alguna para enfrentarlo. Ademys, por su parte, se pronuncia en contra de la medida pero no convocó hasta el momento a ninguna acción conjunta para rechazarla. 
 Vamos por la conformación de cuerpos de delegados, de asambleas de escuela y de distrito que en unidad con estudiantes y familias nos permita construir una fuerza desde abajo para derrotar las políticas fondomonetaristas de todos los gobiernos sobre la educación. 

 Andrea Pepin y Sergio Escalas 
 28/04/2022

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