La exministra de Seguridad del gobierno de Macri y presidenta del PRO, Patricia Bullrich, volvió a mostrarse cercana al liberal Javier Milei. En declaraciones recientes sostuvo una vez más que “le gustaría lograr acuerdos” con el diputado de La Libertad Avanza de cara a los comicios generales del próximo año. No es la primera vez que ocurre, sino que se suma a otros elogios de una represora consagrada a la figura de este ultraderechista. Milei incluso dijo en ocasión pasada que “no descartaría” una fórmula con ella, lo que, en principio, podría augurar un entendimiento.
Sin embargo, esto pone la lupa sobre las internas en la oposición derechista, ya cuando no solo al exterior de Juntos por el Cambio los libertarios encolumnados detrás de Javier Milei aparecen robándole votos “por derecha”, sino que sus propias fisuras internas se expresan con la aspiración de los radicales de una candidatura propia (se perfilan, por ejemplo, el represor Gerardo Morales o Facundo Manes), e incluso la tropa del PRO se dirime entre “halcones y palomas”, con figuras más “intransigentes” como la propia Bullrich o incluso Macri y el dialoguista Larreta.
Sobre esto último vale recordar las palabras de Maximiliano Abad en el congreso de la UCR y en varias entrevistas en los medios, donde postuló una y otra vez que los radicales se quieren abrir paso en 2023 a la presidencia del país. Las vacilaciones de Bullrich, Macri y los “halcones” del PRO sobre una alianza con Milei quedan entonces en la mira ante la afirmación de este último de que no iría nunca con los radicales. Amén de la crisis explosiva del oficialismo, la oposición patronal se debate en una encrucijada de alianzas de cara a las próximas elecciones. Restará ver si el parlamentario de La Libertad Avanza pone una vez más a la venta sus declaraciones y sus parloteos sobre “la casta”, mientras Larreta no se hace problemas y convoca a una “alianza amplia”.
Los intentos de acercar a Milei por parte de “los halcones” no fueron pocos ni empiezan ahora. Pero se hace de destacar que en todo esto el diputado liberal coquetea a mucho gusto con el PRO. Sus mencionadas vociferaciones contra la “casta política” se terminaron hace rato, y no solo en hechos como su confesión reciente de que le delegaría el manejo de los planes sociales a lo más podrido de la misma, los barones del conurbano. Desde mucho antes viene teniendo estos acercamientos con Bullrich, los reconocimientos a López Murphy como “uno de los suyos” y hasta el cambio abrupto en sus referencias sobre Macri, sobre quien dijo luego de criticarlo que “tenía buenas intenciones, pero que se rodeó mal”.
En las mismas declaraciones de Bullrich, se refirió a una eventual segunda candidatura de Macri. Dijo que “tiene todo el derecho del mundo a aspirar a otro mandato”, y apela a que en el trayecto hasta las próximas elecciones se resuelva sin competencias internas ni mayores resquebrajamientos quién será la cara visible de Juntos por ese camino. Ahora bien, en caso de que así fuese, Milei ya había aceptado en ocasión previa incluso hasta bajar su candidatura para ser el eventual ministro de Economía del expresidente. Todo pasará por las definiciones del destino de la UCR, las “palomas” de Juntos y la Coalición Cívica.
Al pacto de ajuste en marcha se comprometió todo el arco del régimen político, del gobierno nacional a la derecha, pasando por todos los espectros. Y aquí se hace claro que Javier Milei y los liberales no representan ningún plan alternativo al de toda la clase capitalista local de ir a como de lugar a un acuerdo con el FMI. Su rechazo a las “palomas”, la UCR y la Coalición Cívica es únicamente en aras de ir hacia un ajuste todavía mayor. Lo que lo une con Juntos por el Cambio es el intento de mostrarse como la variante más firme para avanzar en el plan de ajuste, por lo que ensayan la consolidación de una fuerza sumamente reaccionaria poniendo sobre el tapete “la brigada antipiquetera”, una profundización tenaz de la política represiva y un pacto de guerra sin precedentes contra la población laboriosa y las mayorías populares.
Los trabajadores tenemos que seguir luchando con nuestros métodos históricos para enfrentarlos, como en el caso del nombrado movimiento piquetero. Tanta demonización por parte de estos fachistoides no es casual, sino una confesión de parte. Organicemos la pelea por derrotarlos junto al pacto de ajuste que buscan profundizar y que solo podrá venir de la mano de una intervención independiente de los trabajadores con respecto tanto de la derecha como de todos los bloques políticos patronales del ajuste.
Manuel Taba
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