martes, 12 de abril de 2022

La guerra acelera la crisis del capitalismo y también se hunde en China


La integración de China al capital financiero en crisis.

 En 2014 Alibaba la empresa china de comercio por internet debuta en Wall Street, con gran éxito; el templo del capital financiero a las empresas chinas se abrió. Los bancos participantes en el lanzamiento, Deutsche Bank, Credit Suisse, Goldman Sachs, J. P. Morgan; Morgan Stanley y Citigroup recaudaron millones en comisiones de la venta de acciones por 25.000 millones de dólares (la mayor salida a bolsa en Wall Street). Los accionistas ganaron fortunas por la suba de las acciones. A mediados de 2021 ya sumaban 248 empresas chinas cotizando en Wall Street con una capitalización de 2,1 billones de dólares. 
 Luego comenzó un creciente hostigamiento a las empresas chinas. Trump contra Huawei y ZTE Corp líderes en 5G, aduciendo motivos de seguridad nacional, limitó compra suministros y el desarrollo de la empresa en Estados Unidos y otros países de occidente.
 Siguió la campaña de Trump contra Tik Tok, que a poco de surgir se convirtió en la aplicación más descargada con 130 millones de seguidores estadounidenses. Trump impuso sanciones contra ByteDance, su propietaria, y contra WeChat propiedad de la china Tencent, prohibiendo transacciones comerciales. Luego presionó para que Tik Tok fuera comprada por una empresa estadounidense, órdenes judiciales lo impidieron.
 Ahora se conoció que el crecimiento de Tik Tok supera y limita el crecimiento de Facebook entre la población joven. La acción de Facebook se hundió a la mitad, con pérdidas para sus accionistas de 500.000 millones de dólares. Ante la impotencia Facebook paga campañas de desprestigio de Tik Tok.
 En noviembre de 2020, Alibaba suspendió la salida en Wall Street de ANT Group, su brazo financiero, a horas de su lanzamiento por la presión de las autoridades de China. Una oferta de acciones que ya tenía compradores por 34.500 millones de dólares, otro récord mundial. Fue un golpe para Jack Ma, principal accionista de Alibaba, y reafirmó la autoridad del gobierno ante la incipiente burguesía china. Es también el inicio de un declive en la cotización (hoy cotiza a la mitad de sus mayores precios) al limitar el crecimiento global de la empresa. Junto con Tencent fueron acusadas de monopolio por reguladores chinos. Tencent (rival de Alibaba en China) fue multada en 700 millones de dólares por no tener autorización de compras de otras empresas.
 La invasión rusa en Ucrania y las amenazas a China de sanciones por no condenar a Rusia aceleró el derrumbe de las acciones de empresas chinas de tecnología que cotizan en Wall Street. El amorío con Wall Street está cuestionado. La expulsión de empresas rusas de la bolsa de Londres es un antecedente que prendió luces de alarma entre los inversores de acciones chinas y aceleraron ventas al aumentar el riesgo de ser expulsadas de Wall Street. 

 Las dificultades financieras de las constructoras chinas aumentan y se expande 

La reciente renuncia de auditores internacionales (Deloitte, PwC, KPMG y Ernest Young) de las grandes constructoras de China, por no brindar información sobre sus estados financieros, confirma las alarmas de la deuda oculta en los balances, diez constructoras no cumplen con las fechas de sus informes financieros. 
 En 2020 el gobierno de China estableció limitaciones al endeudamiento de las constructoras. No detuvo las dificultades y los incumplimientos de pago de deuda se extendieron a las principales empresas constructoras. Las inició Evergrande y se extendió a todo el sector, se bajaron la calificación para tomar nuevas deudas, se confiscan complejos de propiedades en garantía. Y se revelan deudas que no figura en sus estados financieros. “casi todos los desarrolladores tienen préstamos disfrazados. El problema de la deuda del sector es peor de lo que se ve”, dijo un abogado de una de las firmas de auditores. 
 Y las necesidades de efectivo de las constructoras está impulsando la venta de propiedades con grandes descuentos presionando los precios a la baja. 

 El sector inmobiliario chino pasa de ser el mayor impulso al desarrollo de la economía a un salvavidas de plomo 

Anualmente se comienzan 15 millones de departamentos en China, supera a Estados Unidos y Europa sumados. La industrialización del país generó la mayor migración de la historia. En 1998 la población rural era 830 millones y la urbana 416 millones. Para 2021 la rural se redujo a menos de 500 millones y las urbanas superaban los 900 millones. A la sostenida demanda de los migrantes de viviendas se sumó una demanda artificial de familias que compran una segunda casa como inversión. Ahora hay 65 millones de casas desocupadas y ante la caída de precios pueden sumarse a la venta y presionar aún más los precios. 
 La construcción pasó de ser el sector que más impulsó el crecimiento de la economía, participa en el 28,7 % del producto interno y supera las exportaciones con el 20% al vender propiedades con grandes descuentos, luego de una sobreoferta que ya no tiene demanda.
 La caída de las ventas y precios aumenta la insolvencia de las empresas. El menor crecimiento impactará en todos los sectores de la economía y ya golpea al mercado de deuda con suba de las tasas de interés, en un país con un endeudamiento que alcanza a tres veces el producto interno, uno de los mayores del mundo. 

 El momento “Lehman” de la crisis inmobiliaria China

 En agosto de 2020, el gobierno de China estableció nuevas reglas que limitan el endeudamiento de las empresas del sector, y recurrieron a vías alternativas de cubrir sus necesidades financieras con “bancos en las sombras” y nuevas deudas que ahora no figuran en los balances. 
 Las mayores dificultades financieras no registradas en los balances, suspensiones de cotización en las bolsas y los incumplimientos de pagos, ha paralizado la emisión de deuda de las empresas, hundiendo los bonos corporativos y disparando las tasas de interés de la deuda, que ya superan el 30% anual.

 Las reservas externas de China, las mayores del mundo cuestionadas

 El superávit comercial de China, que en 2021 alcanzó el récord de 676.000 millones de dólares, fue facilitado desde el ingreso a la OMC (Organización Mundial de Comercio) en 2001, lo que abrió la puerta a ser hoy el mayor exportador mundial. Una parte de ese excedente fue a conformar las reservas externas. 
 En enero de 2001 las reservas externas del Banco Popular de China eran 0,17 billones de dólares, luego de veinte años de superávits comerciales llevan a que en enero 2022 superen 3,28 billones de dólares, excluyendo el oro, y son las mayores del planeta. 
 Luego de la invasión de Ucrania Rusia perdió la mitad de sus reservas por sanciones de Europa y Estados Unidos. China tiene más de 1 billón de dólares de bonos del Tesoro (Treasury Bonds) y amenazada con sanciones que Estados Unidos puede capturar. Recientes declaraciones (8/1) de Xi Jinping,”En cualquier caso, una abundante reserva de divisas reforzará la estabilidad y seguridad del sistema financiero del país, cuando se trata de la aparición de riesgos financieros repentinos en el mercado de divisas o en el mercado de deuda extranjera”, revelan la imprevisión en su sociedad con el capital financiero ahora cuestionadas luego de la expropiación de las reservas de Rusia. 
 La política financiera del imperialismo de reducción de tasas de interés y compra de bonos desde 2008 llegó a su fin. Comienza ahora una reversión de la política monetaria para enfrentar una inflación descontrolada. Las decisiones informadas de la Reserva Federal de aumentar las tasas de interés y venta de bonos del Tesoro ya están produciendo un derrumbe de los bonos y bajas en las bolsas. 
 La política monetaria de la FED ya golpea dentro de las fronteras de Estados Unidos, tiene por objeto quebrar el consumo y empobrecer a la población, aumentando las tasas y haciendo caer la bolsa. “Si las acciones no caen hay que forzarlas” dijo Bill Dudley un exmiembro de la FED y columnista de Bloomberg. Esto amenaza la estabilidad financiera global con el objeto es mantener el dominio del dólar y licuar la gigantesca deuda de Estados Unidos que tiene déficit crónico de comercio y presupuesto. 

 La restauración capitalista en China cuestionada 

La asociación de China con el capital financiero en Wall Street permitió a los grandes bancos ganar comisiones y participar en las ganancias de las empresas chinas y a éstas obtener capital para su desarrollo y crecimiento. Esa asociación está cuestionada por los aranceles y la persecución de Trump de las empresas chinas. No aceptan la competencia en sectores de tecnología y cuestionan la existencia de las empresas chinas. Biden ha profundizado esta política manteniendo los aranceles y agrega amenazas de sanciones a China. 
 Larry Fink el líder de BlackRock que administra fondos por 10 billones de dólares dice que ha comenzado el fin de la globalización. Se está creando un nuevo escenario que impulsa el fraccionamiento de la economía mundial donde la inflación global en aumento es una de sus consecuencias. La sociedad de China con el capitalismo global que impulsó el crecimiento (a “tasas chinas”) finalizó y se abre un conflicto que tiene consecuencias en la economía global. 

 Sergio Rivero

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