Hemos propuesto a los partidos con los que constituimos el Frente de Izquierda Unidad que en nuestros actos del 1° de Mayo demos un lugar destacado a quienes están en las calles enfrentando las consecuencias del acuerdo con el FMI. La lucha del FIT-U contra el pacto con el Fondo ha sido vasta. Hemos denunciado que el acuerdo con el Fondo significa ajuste; no pasa sin un duro golpe a las condiciones de vida de los trabajadores y sobre todo a aquellos más empobrecidos.
Esta es la razón fundamental por la cual, sin grietas, se ha desatado una campaña feroz contra todos los que salen a luchar contra el ajuste, sobre todo contra las organizaciones piqueteras que protagonizaron el monumental acampe en la Avenida 9 de Julio y en todo el país. La clase capitalista y sus funcionarios políticos tomaron nota de la masividad incontrastable de un movimiento que apunta al centro del ajuste y que está organizado en las principales barriadas de las grandes ciudades. A las acusaciones de Zabaleta de extorsión se le sumó Larreta, reclamando sanciones contra quienes se movilizan, y Morales, encarcelando a los dirigentes de la lucha. Han percibido con toda claridad que la masividad de lucha piquetera es la avanzada de una reacción que más temprano que tarde va a sumar al conjunto de los trabajadores. Por eso encarcelaron a los delegados camioneros o reprimieron una protesta frente el Incaa.
La lucha del movimiento piquetero debe ser comprendida en este contexto. Considerar que se trata de un conflicto parcial, del momento, que se “desarma” si se llegan a obtener algunas reivindicaciones es un grave error. El ajuste acordado con el Fondo limita la capacidad del gobierno de hacer concesiones, cuando las condiciones sociales se agravan. Es decir que la lucha tiende a acrecentarse, por eso recurren a la represión, a una campaña de desprestigio, falsedades y calumnias contra los luchadores piqueteros para separarlos y enfrentarlos con el resto de los trabajadores.
El acampe (una de las muchas medidas de lucha de la Unidad Piquetera) además agravó la crisis política que envuelve al gobierno. El kirchnerismo pretende coquetear con un movimiento de lucha que no puede impulsar ni apoyar porque no tiene un planteo alternativo al de pagar la deuda y llegar a un arreglo con el Fondo.
Estamos entonces ante una lucha colocada en el centro de la situación política, independientemente de los ritmos del plan de acción que vaya resolviendo la Unidad Piquetera. Nuestra función es llamar a la clase obrera a hacer causa común con esta lucha.
Un hecho político de relevancia es que la principal referencia de la lucha piquetera, el Polo Obrero, al igual que el Teresa Vive, se inscriben políticamente en el FIT-U, que ya ha tenido su expresión en el desarrollo electoral en los municipios más castigados del conurbano bonaerense. El desarrollo de la organización de los desocupados es una decisión política que el Partido Obrero abrazó hace más de veinte años, ante la comprensión de que la crisis capitalista empujaba cada vez más a millones de trabajadores a la precariedad laboral y la pobreza, y los barrios fueron el centro para esa lucha.
Un acto del FIT-U y sobre todo uno del 1° de Mayo, día internacional de los trabajadores, no puede ignorar las luchas que se derivan de la aplicación de la política fondomonetarista y mucho menos la magnitud de la lucha piquetera y su trascendencia política, y tampoco puede darse el lujo de ignorar la conquista que significa que a través de ella la izquierda revolucionaria es un factor de peso en la lucha de clases en el país.
Reiteramos, por un 1° de mayo del FIT-U y las luchas.
Eduardo Salas
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