Los datos publicados dan cuenta precisamente de eso: del avance de la precarización laboral. El informe señala que “la recuperación de la población ocupada respecto del trimestre anterior fue mayor para los trabajadores por cuenta propia y para los asalariados sin descuento jubilatorio” – sin destacar que la ausencia del “descuento”, como llama al aporte patronal y personal, es ilegal. La progresiva salida del aislamiento arrancó con una caída del empleo registrado de 290.000 puestos, en la comparación entre el primer semestre de 2020 y el del año anterior. Pero esa caída estuvo muy lejos de revertirse en los meses recientes: la incorporación de trabajadores tuvo lugar con empleo en negro, o sólo se trató de changas. Justamente por ello, la subocupación creció del 5 al 8% respecto del trimestre anterior.
A la salida del aislamiento, por lo tanto, se está operando un reemplazo de trabajadores efectivos y formales por otros precarizados, lo que tiene lugar a través de diferentes mecanismos de despido encubierto -retiros, jubilaciones anticipadas o licencias por “razones de riesgo” que anticipan un desenlace contra el trabajador. Esos compañeros son reemplazados por trabajadores contratados en forma precaria.
La encuesta del INDEC da cuenta también de una permanencia del trabajo domiciliario, incluso cuando ya se ha producido la apertura. El nivel de trabajadores que llevan adelante sus tareas desde la vivienda, que había saltado del 5% al 22% en el segundo trimestre del año, permaneció casi en los mismos niveles en el tercer trimestre. O sea que el “home working”, que traslada un conjunto de gastos operativos al trabajador –conectividad, corriente eléctrica- y opera como variante precarizadora –jornadas sin límites de tiempo o intensidad-, ha llegado para quedarse.
La encuesta de empleo se completará el martes que viene, cuando el INDEC publique su relevamiento de ingresos. Sin perjuicio de ello, los datos que acaban de revelarse son concluyentes: bajo el gobierno “de Todos”, ha tenido lugar un salto fantástico en la desocupación, de un lado, y en la precarización y sobreexplotación laboral, del otro.
Marcelo Ramal
18/12/2020
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