El llamamiento se inscribe en las luchas que han arrancado en las últimas semanas - "como lo están haciendo”, dice, “los trabajadores de la salud, los docentes, los ferroviarios, los metalúrgicos, los chóferes, los aeronáuticos, las organizaciones de trabajadores desocupados y precarizados independientes y combativas o nuestro gremio, defendiendo sus paritarias”.
Estas luchas tienen como eje central la cuestión de la confiscación del salario, por la vía de acuerdos paritarios inferiores a la inflación, y el aumento de la franja de asalariados que es gravada por el impuesto a las ganancias. Esto, como consecuencia del retraso intencional del mínimo no imponible por parte del gobierno ‘nacional y popular’. Es la misma táctica nefasta que aplica a las jubilaciones, cuando pretende ajustarlas por debajo de la inflación. La convocatoria del SUTNA, precisamente, destaca el golpe a las jubilaciones que implica esa nueva "movilidad" que el gobierno ha enviado al Congreso. El gobierno, por otra parte, prepara un aumento de precios y tarifas, incluso una liberación, como resultado de la negociación con el FMI. En el plano de la salud, sus trabajadores ponen énfasis en el trabajo ‘en negro’, que carece de cobertura sanitaria y previsional.
Bien mirada, la crisis actual arremete como nunca contra el conjunto del sistema laboral que ha conquistado la clase obrera. Trabajadores ‘no registrados’, items ‘no remunerativos’ en los convenios colectivos, fragmentación de los aumentos salariales en cuotas retrasadas, derecho patronal a suspender trabajadores -la arremetida, desde hace un tiempo largo, para poner fin a los aportes patronales a la previsión social. El Anses se ha convertido en una caja de subsidios a las patronales y de pago de la deuda pública.
Método
Aunque toda lucha implica la instalación de una agenda de la clase obrera, la convocatoria para el sábado, le da a ella una expresión abierta. Las huelgas del aceite, los puertos, la salud, la lucha ambiental, la rebelión popular en Chubut, las luchas autoconvocadas de docentes, choferes, trabajadores estatales – todo esto demuestra que el eje político de Argentina no es “la reforma judicial”, la suspensión de las Paso o incluso las elecciones de 2021. El eje político es la agenda que está inscribiendo la clase obrera por medio de la acción y la deliberación. El desarrollo conciente de esta agenda es el único que puede desbaratar el ‘ajuste’ y el acuerdo con el FMI, o sea toda la política de rescate del capital por parte del gobierno ‘nacional y popular’. Es decir transformar la realidad política en su conjunto.
Naturalmente, la masa del pueblo vive bajo el azote que representa la gestión capitalista de la pandemia, que ha llevado a la desocupación y a la pobreza a millones de trabajadores, en tanto ha sido instrumental para la especulación en la Bolsa o con las divisas. La reivindicación de un apoyo social masivo a costa del capital y del Estado es más importante que nunca, cuando la aparición de vacunas ha desatado una lucha comercial y política por su acaparamiento, que puede tener consecuencias tremendas para los trabajadores. En momentos en que el gobierno ‘nacional y popular’ refuerza el poder de la salud privada, al otorgarle a sus patronales el derecho de ‘objeción de conciencia’ en materia de aborto, y sometiendo por esa vía a las obras sociales sindicales, está planteada la reivindicación de una salud pública estatal única, bajo control de los trabajadores.
Las huelgas en curso y la convocatoria del Sutna pueden marcar ‘un punto de inflexión’ en la situación política al cambiar las coordenadas de la crisis presente. Desde la izquierda obrera y socialista, llamamos a luchar por una perspectiva de poder propia de los trabajadores, a partir de esta agenda en desarrollo. Las posibilidades revolucionarias de transformación social que ofrece la bancarrota capitalista, deben ser creadas por los luchadores, desde esta agenda obrera. Esta agenda plantea potencialmente la huelga general, dada la implacable resistencia que le opondrán la gran patronal y el gobierno.
Nueva etapa
Es claro que se vislumbra una nueva etapa en las luchas. Fue el tema que tuvimos oportunidad de discutir y caracterizar en la 2a conferencia nacional de nuestra corriente – Partido Obrero (Tendencia), que realizamos días atrás.
Después de un año donde el pueblo ha luchado por el derecho a la salud y a la vida frente a la voracidad patronal, se desarrolla ahora una lucha abierta por recuperar derechos y conquistas. Es el rumbo que muestra la huelga de los aceiteros y recibidores de granos, en el cordón agroindustrial de Santa Fe, que enfrenta a la intransigencia de las patronales junto a la connivencia del ministerio de Trabajo. Pero también ocurre lo mismo con los médicos de CABA, que salieron a la pelea por un 100% de aumento salarial, con los ferroviarios, con los trabajadores de prensa. La huelga minera de los precarizados de Loma Negra ha paralizado la producción de cemento en esa planta. Mientras se desarrollan las coordinaciones de lucha en Tucumán, hay autoconvocatorias docentes en varias provincias y un movimiento coordinado de todas las empresas de Molinos en la alimentación.
La tendencia a una lucha de conjunto plantea, a término, la huelga general. La burocracia sindical trabaja contra esta tendencia. La política de la "administración" de paros parciales sirve a este objetivo derrotista.
El llamado del SUTNA contiene un programa con las reivindicaciones -salarios, reapertura de las paritarias, abajo el impuesto al salario, aumento de las jubilaciones-, junto a una iniciativa de movilización. Llevaremos a los lugares de trabajo este planteo y su alcance político de conjunto.
Marcelo Ramal
11/12/2020
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