viernes, 25 de diciembre de 2020

La lucha obrera en las agroexportadoras se extiende y se afianza

En la tarde del lunes, se reunió la Intersindical de la zona San Lorenzo-Puerto Gral. San Martín-Timbúes (I.M.P.A.C.I) y lanzó un paro de 36 horas desde las seis de la mañana del 23. 
 De esta Intersindical, conformada hace poco tiempo, ya estaban de paro URGARA, SOMU y Patrones de Cabotaje. La huelga -que cumple 14 días-, tiene como protagonistas a la Federación Aceitera (FTCIODyARA), el SOEA San Lorenzo y URGARA, que han paralizado las actividades de producción y en todos los puertos de exportación. Ahora, se suman con esta medida las siguientes organizaciones: Sindicato Encargados Apuntadores Marítimos de la República Argentina (SEAMARA); Sindicato Único de Serenos de Buques (SUSB); Sindicato Unido de Trabajadores de la Vigilancia Privada (SUTRAVIP); Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) de San Lorenzo; Carga y Descarga; Asociación del Personal Jerárquico y Profesional de la Marina Mercante (AJEPROMM) y la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTHGRA). 
 Las patronales del sector agroexportador, nucleadas en CIARA (Industria aceitera) y CPEP (puertos privados) están en una posición de negar los reclamos y derrotar al movimiento obrero. Hasta ahora, lo único que han logrado es que una mayor cantidad de gremios se sumen a la huelga. 
 Las recientes declaraciones de Gustavo Idígoras, presidente de la CIARA, no dejan lugar a dudas del impacto que tiene esta huelga generalizada: más de 120 barcos varados en el Paraná y Río de la Plata. Cada barco que pierde el turno en los puertos, les representa a las patronales entre U$S 25.000 y U$D 30.000 ¡por día!. Vale decir que tienen que pagar aproximadamente U$D 3, 5 millones diarios. Fernando Turín, de Agroentregas -compañía dedicada al control de entregas, recepción y embarque de cereales, oleaginosas y subproductos-, confesó su estupor porque en este fin de semana no entraron camiones, en plena cosecha de trigo y cebada, debido a la contundencia de la huelga. En diciembre solamente pudieron entregar un 14% de harina, pellet y aceite de soja y un 38% de maíz, en relación a lo que tenían programado. El mismo Idígoras “corrige” que son operaciones detenidas, pero que luego realizarán. La patronal acusa el impacto sin resignar sus posiciones. Pero la huelga se mantiene firme, con una fuerte participación de la base obrera. 
 La huelga se cuela en la crisis política y los choques entre las patronales y el gobierno. A nadie escapa que las patronales buscan arrancar una nueva rebaja de retenciones y una nueva devaluación. Pero el elemento central de esta crisis es que en la pulseada de intereses ha salido a terciar la clase obrera, con sus reivindicaciones urgentes.
 La huelga de las agroexportadoras es un cachetazo a todo el proceso de paritarias “con cepo” que las burocracias sindicales admitieron durante el año pandémico, y que deja a los salarios indefensos en medio de una inflación galopante. 
 Este miércoles se producirá en el Cordón Industrial una gran concentración de los gremios de la Intersindical que luego darán el presente en AGD Timbúes. Amplificado por la unidad de numerosos gremios, la huelga superará a la del 2015. 
 Esta pelea la deben y pueden ganar los trabajadores. ¡Todo el apoyo y solidaridad! ¡Si ganamos esta pelea, ganamos todos! 

Cacho Calarota 
 23/12/2020

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