sábado, 21 de noviembre de 2020

Las 5 mentiras de Acuña y la bolsonarización de la ministra


#FueraAcuña 

 En una charla virtual con el diputado Fernando Iglesias, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, desarrolló sobre la base de un balance falso de su gestión educativa un violento ataque a estudiantes y docentes al estilo Bolsonaro en Brasil o Vox en España, acusando a la izquierda en los institutos de formación docente y en las escuelas como el verdadero problema educativo. 
 La primera mentira que habría que desmontar es que en la ciudad la educación no ha ido aumentando la privatización, según la ministra. En realidad este fenómeno es un escenario de América Latina que ha crecido durante las últimas décadas, y de la mano de eso, la intervención creciente de organizaciones no gubernamentales y de entidades empresariales en el diseño, planificación y aplicación de políticas educativas. 
 Todos los gobiernos han profundizado esta tendencia y las leyes educativas han sido el marco legal para avanzar en esta línea. 
 En CABA la matrícula privada del nivel primario creció un 17 % y la de nivel secundario, un 10 %. Un dato no menor es la transferencia de recursos a la educación privada, confesional incluso, (14.105 millones a educación privada y 2.900 millones de pesos para infraestructura escolar en el año 2019) que son la plataforma reaccionaria para atacar derechos laborales, regimentar a la docencia y restringir el acceso a la ESI, por ejemplo. (1)
 En el nivel inicial la falta de vacantes es un verdadero déficit de entre 12.000 a 13.000 vacantes por año, mientras proliferan los denominados CPI (centros de primera infancia) conveniadas con organizaciones, que tienen un carácter de tipo asistencial. En el 2019 se intentó cerrar 14 escuelas nocturnas, donde asisten trabajadores que por motivos fundamentalmente económicos no pudieron culminar sus estudios a lo largo de su vida, que se dio vuelta gracias a la lucha, demostrando en este punto también qué intereses defienden en materia educativa. 
 La segunda mentira de Acuña es que dice que la tecnología está presente en todas las escuelas. Pero durante la pandemia se ha visto que desde que se interrumpió el Plan Sarmiento de entrega de computadoras y conectividad en el año 2018 la falta de recursos ha sido un obstáculo para el acompañamiento pedagógico. No eran finalmente ni 6.500, ni 7.000 estudiantes “desconectados”, tal como denunciaron las y los trabajadores del programa Intec. (2)
 La tercera mentira es que apunta contra la docencia como la responsable de la devaluación educativa, para justificar la liquidación de los institutos de formación docente, omitiendo el cuadro de reformas y contra reformas que aplicaron todos los gobiernos recortando contenidos, extendiendo las carreras de formación, adaptando la educación a los requisitos cambiantes de una economía capitalista en crisis. ¿O qué es entonces la denominada Secundaria 2030 que postula que los conocimientos deben ser reemplazados por habilidades? Secundaria firmada por todo el Consejo Federal de Educación y que en CABA se denomina del futuro, resistida por estudiantes y docentes durante todos estos años.
 La cuarta mentira de Acuña refiere a la Unicaba. Esta universidad fue resistida por las comunidades educativas de los 29 institutos justamente para defender la orientación y el trabajo docente de esta tentativa privatizadora que está detrás de la universidad jurisdiccional. La línea de las carreras cortas, orientadas a los trabajos de servicios, convenidas con empresas privadas y hasta con la embajada yanqui, significa un nuevo golpe a la formación de la juventud. Pero también un ataque a la carrera docente, organizada bajo un estatuto docente que es una conquista histórica, que dicha reforma busca atacar como objetivo estratégico. 
 La quinta mentira que desemboca en un ataque abierto de la ministra, al estilo del exministro de educación de Bolsonaro, Vélez Rodríguez, para quien el problema de la educación en Brasil era la ideología marxista, la influencia de la izquierda y de algunos teóricos de la educación en ese país, afirmando que la raíz del problema educativo es que “en las aulas y los institutos está la izquierda, y que ahora las familias en la virtualidad tienen la posibilidad de denunciar a docentes que bajen línea en las escuelas” (3). 
 La ministra promueve una política de persecución política contra la docencia y, en particular, contra la izquierda que ha recuperado los centros de estudiantes de los profesorados y fue unos de los motores de la lucha contra la Unicaba. Organizando a los 29 profesorados e, incluso dentro de la Legislatura desde la banca del FIT-PO con Gabriel Solano a la cabeza, la izquierda denunciando las verdaderas intenciones de estas reformas, defendiendo la educación pública y sus trabajadores. Sabe que estamos al frente de la lucha contra la reapertura prematura e improvisada de escuelas en pandemia, de la defensa del salario docente, de las condiciones de trabajo, que otras fuerzas políticas como el kirchnerismo deja pasar a Larreta, pues ellos mismos hacen lo propio en las provincias o a nivel nacional rebajando el salario a los universitarios. 
 Acuña como ministra del PRO repite lo que otros funcionarios del Frente De Todos dicen contra la izquierda que apoya la lucha de Guernica por tierra y vivienda, o sale a defender a los jubilados contra el ataque en sus haberes. No es un ataque aislado, sino que forma parte de un ataque a las organizaciones de izquierda independientes de los gobiernos que enfrenta el ajuste de la mano del FMI.
 Repudiamos los dichos de Acuña contra estudiantes y docentes, defendemos la libre organización de las y los trabajadores, la libertad de cátedra y de expresión, llamamos a todas las organizaciones de derechos humanos, políticas y sindicales a repudiar los ataques macartista contra los que luchan consecuentemente por la educación pública, laica y gratuita.
 El fuera Acuña que nació allá por 2018 como parte de un movimiento de lucha que peleó contra las reformas y que desde Tribuna Docente y la UJS pusimos en pie como campaña en toda la ciudad, está más vigente que nunca. 
 #FueraAcuña 

Amanda Martín 
Secretaria gremial Ademys

 (1) Solo en la Ciudad de Buenos Aires, en 2019 se destinaron $14.105 millones a transferencias a escuelas privadas que cobran cuotas que van desde los 1.500 pesos y pueden superar los 25.000 pesos mensuales. El presupuesto para infraestructura escolar, en cambio, fue de 2.900 millones de pesos, casi cinco veces menor. (Página 12, 27/12/19)
 (2) Los trabajadores denunciaron el vaciamiento paulatino del programa. Al igual que el programa nacional de distribución de computadoras, Conectar Igualdad, que no se volvió a reanudar bajo la pandemia. Las cifras desde las escuelas hablan que el 50% de la matrícula escolar de caba no tienen computadora personal ni conectividad, es decir, tomando en cuenta la matrícula de 750.000 estudiantes contando terciarios, suena inverosímil que solo 6.500 estén “desconectados”.
 (3) El exministro Vélez Rodríguez acusó a la izquierda por la crisis educativa, por la ideología de género y propuso que sean las familias las que tomen el control de la educación contra la infiltración marxista. Luego fue reemplazado por otro ministro, Milton Ribeiro, que también protagonizó nuevos ataques al movimiento educativo. Para consulta: Clarín 6/2/19. Vox en España ha presentado en Murcia, Madrid y Andalucía, lo que ellos denominan enseñanzas contra la ideología de género y referido al negacionismo del franquismo. 

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