miércoles, 25 de noviembre de 2020

El presupuesto de Larreta, Tinelli y Costa Salguero

El presupuesto 2021 que acaba de presentar Larreta demuestra la concepción “particular” de la autonomía porteña que tienen los partidos que gobiernan o gobernaron la Ciudad. 
 La ´soberanía´ distrital siempre se ha esgrimido para el remate de tierras públicas, negociados con la renta del suelo, impuestazos contra los vecinos y creación de cuerpos burocráticos propios – policía, justicia. En cambio, los “límites” de esa autonomía aparecieron siempre a la hora de consagrar derechos a quienes trabajan o viven en la CABA – por caso, un salario o jubilación mínimas que cubran el costo de la canasta familiar en el distrito, o un régimen de impuestos especiales al capital financiero o comercial radicado en la Ciudad. “No podemos discriminar a las empresas instaladas en el distrito”, dijeron sin grietas los macristas o kirchneristas, sin atender a la renta extraordinaria que perciben los capitales por encontrarse radicados en el centro económico del país. 
 Pero ahora, los mismos que no querían ´castigar a los bancos´ han resuelto castigar a los usuarios de los bancos, es decir, a los trabajadores que cuentan con tarjetas de crédito emitidas en el distrito. 
Larreta ha restaurado también un impuesto a la tenencia de Leliqs, que también lo terminará pagando el Banco Central -y por esa vía toda la población- cuando el banco eleve los intereses de las Letras , o produzca las mismas consecuencias en caso de que no las renueve a su vencimiento. 
 Larreta, además, continúa con la indexación del ABL, en defensa de la recaudación estatista que denigra cuando la usa un rival. También lo hace con otros tributos–como el de ingresos brutos- que se trasladan a los precios. A pesar de estos mazazos, los gastos previstos en la Ciudad para el 2021 serán -en términos reales- un 15% inferiores a los del año que pasó. La obra pública -que involucra a hospitales y escuelas- ha sido reducida brutalmente, y los salarios volverán a ajustarse por debajo de la inflación.
 Aún así, el plan de ingresos y gastos presentado para el 2021 es, más que nunca, una impostura. Larreta lo reconoce, pero sólo parcialmente, al anunciarlo como “presupuesto de contingencia”. Hace referencia al juicio contra el “egreso” de fondos por el recorte a la coparticipación federal por parte del gobierno nacional, que está en manos de la Corte. De lo que no habla, en cambio es de los ingresos “contingentes” asociados a las operaciones inmobiliarias, como la que se pergeña ahora en Costa Salguero, cuya rezonificación –para la erección de torres de altura- se encuentra bajo trámite legislativo. El mismo destino correrá el predio recuperado por el club San Lorenzo, si todo sale bien. “La vuelta a Boedo”, que se le vende a la hinchada, contrabandea una vasta “puesta en valor” de tierras en beneficio del clan Lammens- Tinelli, o de los asociados al emprendimiento. El presupuesto 2021 nada dice del dinero a ingresar por las subastas de tierras. La población seguirá siendo confiscada del derecho al aire y a los espacios públicos, y del derecho a la vivienda. 
 “No vas a perder nada”, dicen que le dijo Alberto Fernández a Larreta, el día que anunció el recorte de los fondos nacionales a la Ciudad. Sabía porqué lo decía. 
 Pero los médicos y enfermeras, que “pierden” todos los días, están en una enérgica movilización por su salario. La población desocupada de los barrios sale a la lucha por asistencia alimentaria y el derecho al trabajo. La docencia y la juventud, por sacarse de encima a una ministra bolsonarista. Sirvámonos de la oposición al presupuesto 2021 para enlazar a todos estos movimientos de lucha; inmediato aumento de salarios; ningún impuestazo; reconocimiento de derechos a enfermeras y enfermeros; duplicación del presupuesto de salud; abajo la privatización de tierras públicas, urbanización de las villas y barrios, dirigida por sus habitantes. 

 Marcelo Ramal 
 24/11/2020

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