viernes, 13 de noviembre de 2020

Coronavirus: la segunda ola en Europa, las vacunas y la salud

La situación epidemiológica en Europa ha convertido a los estragos de marzo pasado en un juego de niños. El segundo brote de contagios en el Viejo Continente bate récords de contagios diarios y, en consecuencia, de muertes. A tal punto que la OMS ha señalado una explosión de casos. 
 Italia ya ha rebasado el millón de casos, alcanzado un pico -en esta segunda ola- de 623 muertes diarias y un récord de internados por Covid-19 en los hospitales de 29.444, cifra que superó al pico de 29.010 que se tuvo el 4 de abril pasado, en la primera ola (La Nación, 11/11). El mismo artículo recoge las fuertes críticas de parte del Colegio Nacional de Médicos de Italia, cuyo presidente Filippo Anelli ha sentenciado que "hacen falta medidas drásticas, como un confinamiento total, de lo contrario tendremos una implosión del servicio sanitario nacional". 
 Italia vive una situación drástica entre los trabajadores sanitarios, porque se ha aumentado la cantidad de camas, pero no de personal, exhausto aún por los estragos de la primera ola. El propio Anelli ha comentado que la situación en la ocupación de camas de terapia intensiva es alarmante puesto que hay más de 3.000 personas internadas (se reportaron 3081) y “nos acercamos a esos 5.000 lugares que representan el umbral máximo, porque faltan anestesistas y reanimadores". La tasa de ocupación de camas de terapia intensiva oscila entre los 100 y 120 pacientes diarios. 
 Por su parte, Alemania, ha registrado el pico más alto de contagios diarios desde el 19 de abril pasado, registrando 18.487 nuevos casos y 261 muertes en 24 horas, a pesar del aislamiento declarado el 2 de noviembre. En esta ocasión, las escuelas permanecieron abiertas para que los padres pudieran asistir al trabajo y evitar una recesión mayor de la economía. Estos fueron los resultados. El dilema de ´la salud versus la economía´ ya ha sido resuelto por la propia lógica capitalista, es decir, la “salud” de la economía se impone a la salud de la población. 
 Francia, que ha conservado al igual que Alemania abiertas las escuelas, mantiene contagios diarios en niveles muy altos. “Este martes [10 de noviembre] se registraron 22.180 nuevos contagios en 24 horas, una cifra sensiblemente inferior a las de la semana pasada, cuando el país vivió días de terribles récords, con un pico de 86.852 el sábado, aun cuando después se supo que se trató de una sobreestimación debido a un problema informático. La situación no había sido, sin embargo, mucho mejor en los días anteriores, que oscilaron entre 50.000 y 60.486 por la jornada del viernes” sentenció desde París la corresponsal de La Nación. 
 Esta situación de rebrotes ha llevado a los distintos gobiernos a implementar confinamientos totales. El Reino Unido lo dispuso desde el 5 de noviembre y se extenderá por un mes hasta el próximo 2 de diciembre, con posibilidad de ser prorrogado, luego del fracaso rotundo de buscar la inmunidad de rebaño, que ha llevado a casi 50 mil muertes. Francia dispuso el confinamiento hasta el 1° de diciembre próximo, luego que las cuarentenas focalizadas -las denominadas alertas rojas- fracasaran. 
 Para el capital, el retorno al lockdown es inadmisible, porque complicaría aún más los negocios. La OMS ha dado a conocer la filtración de audios mantenidos en reuniones privadas, que detallan las quejas y reproches de los especialistas ante la falta de información que emitían los Estados cuando se sucedían los primeros contagios y se lanzaban a una guerra de rapiña por hacerse de los elementos sanitarios, situación que ahora se repite con las vacunas. 
 La defensa de la salud ha entrado en un conflicto explosivo con el capital, incluso después de los anuncios de las vacunas, porque aún deben pasar pruebas clínicas que determinen su duración y perjuicios sanitarios ulteriores; la infraestructura para su transporte (cadenas de frío); costo, ganancias y precios de los laboratorios; disputa por el control de los mercados. Incluso que sirvan como pretexto para continuar con la privatización de la salud y la espiralización de sus ganancias. 

 Joaquín Antúnez 
 12/11/2020

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