El presidente argentino Mauricio Macri vetó en la mañana del jueves 31 la ley sancionada la noche anterior por el Senado para retrotraer las tarifas de los servicios públicos a 2017 y prohibir su actualización por encima del índice de variación salarial, lo que acelerará el paro general anunciado por las centrales sindicales.
El jefe de Gabinete Marcos Peña anunció que "ya está vetada" porque la ley “es irresponsable”, y en una interpretación constitucional sui generis agregó que "fijar tarifas no es función del Congreso" y que “va en contra del federalismo, va contra los intereses de las provincias y no lo podemos permitir”.
Los incrementos de luz y gas, desde que Mauricio Macri asumió el gobierno en enero de 2016, llegarán a fin de año a 1.768 y 1.519 por ciento. “Los aumentos de las tarifas están subiendo muy por encima del promedio de la inflación y no tiene nada que ver con el movimiento del salario”, sino con las exigencias de las empresas privadas y trasnacionales, señaló el director de CEPA, Hernán Letcher.
Se suman al vaciamiento de los bolsillos ciudadanos los aumentos autorizados en los últimos dos años en medicina prepaga (97%) y peajes (340%) y los incrementos acumulados hasta junio de este año en combustible (110% más un nuevo aumento a aplicarse de inmediato) y transporte colectivo (232%).
El veto será un incentivo para la unidad sindical. Los sectores que promueven la medida de fuerza entienden que el veto presidencial dejará sin argumentos a los más dialoguistas: La dirigencia sindical se reunió el miércoles con el titular de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones para hablar “sobre el presente que atraviesa el pueblo trabajador y unificar posturas para el trabajo conjunto”, pero trascendió que también conversaron sobre el paro general.
Peña volvió a responsabilizar al gobierno anterior por los tarifazos que la actual administración decidió aplicar: “Lo que se votó fue la política tarifaria del kirchnerismo, de mentira y vaciamiento del sistema energético”, dijo y sin que nadie se lo preguntara lanzó que “Cambiemos va a ganar en 2019, porque la mayoría de los argentinos quieren seguir con el cambio”.
La hoy senador y expresidente Cristina Fernández de Kirchner aseguró que “ahora los ciudadanos son los que subsidian a las empresas” y que “no hay recursos para subsidiar a los ciudadanos, pero sí tenemos para compensar a las petroleras”.
Miguel Pichetto, un senador justicialista con buena relación con el gobierno fustigó las maniobras mediáticas impulsadas desde el Poder Ejecutivo y lo instó a replantear su posición inamovible en este tema: “Este es un mensaje del Congreso de la Nación al Gobierno. Aunque veten la ley, revisen y modifiquen la política tarifaria.”
Peña, por su parte, también insistió en que la decisión del Senado “es irresponsable porque no fundamenta de dónde se va a pagar aquello que se votó ayer”. Lo que quiso decir fue que el texto de la norma no especifica de dónde se van a tomar los fondos para cubrir el “agujero” de ingresos que el freno a los tarifazos dejará en las arcas del Estado (unos 130 mil millones de pesos , 5.200 millones de dólares según el oficialismo) que el gobierno le gira a las empresas).
Dijo que “hay peronistas que malinterpretan las encuestas porque creen que el malhumor (social) producto del esfuerzo implica que los argentinos quieren volver atrás. (…) “Estamos diciendo la verdad y la gente no come vidrio. Recomendamos no subestimar la razón por la que estamos en el gobierno”, concluyó ante los periodistas.
Rodolfo Koé Gutiérrez. Periodista economico argentino, analista asociado a al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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