sábado, 16 de junio de 2018

Dólar récord: la salida de Sturzenegger no calmó al capital financiero proajuste


Caputo quedó a cargo del BCRA. Para los “mercados” fue insuficiente que “Toto” ocupe el sillón de la autoridad monetaria. La divisa alcanzó un máximo de $ 28,85. Temores patronales de la capacidad del Gobierno de recortar.

El dólar subió sin frenos esta semana, aumentó un 9 %. Las inestabilidades cambiarias, con un Banco Central que intervino fuerte, tibio y después se retiró se llevaron puesto al expresidente de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger.
El reemplazo por “Toto” Caputo, exministro de Finanzas, al frente del Central el jueves por la tarde pretendía por parte del Gobierno poner un hombre de confianza para el capital financiero. El ex JP Morgan fue recibido por los “mercados” con una baja del dólar, así abrió la jornada a $ 27,90 (una caída con respecto al cierre de $ 28,43 del jueves), pero la tendencia se revirtió a las pocas horas y cobró vuelo la divisa. El viernes el tipo de cambio alcanzó los $ 28,85, según el promedio elaborado por el Banco Central.
Ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne ofreció una conferencia de prensa para explicar los cambios en el BCRA y buscó tranquilizar al capital financiero, pero las frases optimistas no alcanzaron para contener el dólar.
El Gobierno carece de plan para atender los desequilibrios económicos, y la sangría de dólares. Por eso, si bien la cabeza de Sturzenegger ya era uno de los pedidos de los “mercados”, fue insuficiente para que las turbulencias continúen.

Intervención sí, intervención no

El jueves 7 de junio tras el acuerdo con el Fondo, Dujovne junto a Sturzenegger anunciaron que el Banco Central mantendría un tipo de cambio flexible, dejaría de intervenir en el mercado de cambios sin la oferta diaria de U$S 5.000 millones a $ 25.
La declaración de no intervención duró pocos días. El martes pasado el BCRA vendió U$S 695 millones y la divisa cerró a $ 26,38.
El miércoles la autoridad monetaria volvió a intervenir con la venta de alrededor U$S 100 millones, pero el dólar minorista finalizó la jornada a $ 26,69.
El jueves el Banco Central no intervino y la divisa se disparó. Así, al cierre alcanzó los $ 28,43. El mismo día que Sturzenegger presentó su carta de renuncia a Macri donde reconoció que "en los últimos meses diversos factores fueron deteriorando mi credibilidad como Presidente del Banco Central, atributo clave para llevar adelante la coordinación de expectativas tan importante en la tarea que se me había encomendado, motivo que hoy me impulsa a presentarle mi renuncia indeclinable". La salida del expresidente era ya un secreto a voces, el Banco Central perdió casi U$S 15.000 millones de reservas desde fines de abril a la actualidad bajo su gestión.
El lunes el dólar cerró a $ 26,44 y al término de la semana alcanzó los $ 28,85. Un aumento del 9 % en sólo cinco días. Desde diciembre de 2017, la divisa escaló más del 60 %.
La nueva suba del billete verde de esta semana fue la nueva fase de la corrida de fines de abril, que dejó al descubierto la crisis política y económica del Gobierno que derivó en el pedido de auxilio al FMI.

¿“Toto” quiere dejar correr el dólar?

El primer día de Caputo al frente de la autoridad monetaria no fue calmo. La divisa descendió al inicio, pero luego sin intervención del Central alcanzó un nuevo récord.
“Toto” se reunió ayer con los principales banqueros (nacionales, extranjeros, públicos), donde participaron el titular de ABA, Claudio Cesario, el de Adeba, Javier Bolzico, Javier González Fraga (BNA), Enrique Cristofani (Santander Río) y Javier Curuchet (Bapro), entre otros.
Caputo les explicó que quería estabilizar el frente cambiario para recuperar la confianza de los “mercados”, pero ayer hubo nula estabilización y el dólar volvió a trepar.
Ayer el volumen de dólares operado fue bajo (U$S 590 millones), es decir que la intervención del Banco Central podría haber contenido la divisa. Pero el BCRA se abstuvo de intervenir.
Según especialistas, Caputo prefirió que el Central no intervenga y que la divisa escale. Es decir, dejar que el dólar suba aun cuando eso pudiera implicar una disparada por encima de lo que los economistas estiman como nuevo precio de equilibrio.
Lo que se llama un "overshooting", que el tipo de cambio suba y cuando alcanzó un techo, se desinfle y “castigue” a los que compraron en el pico de la corrida. Pero esta es una jugada peligrosa, porque ¿cuál sería el techo del dólar?. Una nueva escalada puede acelerar aún más los precios y que la inflación alcance niveles similares al 2016, casi un 40 %.

Temor patronal sobre la viabilidad del plan oficial

El Gobierno presentó la Carta de Intenciones al FMI que es el plan económico que el organismo revisará periódicamente para realizar los desembolsos. Un esquema que contempla un fuerte recorte del gasto público, cambios en las jubilaciones, recorte de obra pública, despidos de trabajadores estatales, entre otros.
La disparada del dólar también expresa que el establishment económico desconfía que el Gobierno puede llevar adelante ese plan por el grado de debilidad política que atraviesa. Diciembre demostró que no fue fácil para Cambiemos avanzar con la reforma previsional. Le generó un gran costo político.
El capital financiero está impaciente y exige al Gobierno avanzar con el ajuste pactado. La devaluación del peso, acelerará la inflación y la economía se frenará. La suba de precios y la recesión puede hacer el trabajo sucio del ataque al salario y amenazar a los trabajadores con despidos. Profundizar el ajuste no se podrá hacer sin choques entre las clases.
Es necesario rechazar el acuerdo con el FMI que traerá mayores penurias para el pueblo trabajador. Ante la especulación de los “mercados” y las corridas hay que nacionalizar la banca y crear un banco estatal único para evitar la fuga de capitales, concentrar el ahorro nacional y otorgar créditos baratos a los sectores populares y pequeños comerciantes. No más deuda para enriquecer a los especuladores.

Mónica Arancibia
@monidi12

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