lunes, 21 de marzo de 2011

Esperando el 24

Corría el año 1975, la banda paraestatal Alianza Anticomunista Argentina-la Triple AAA - sembraba de cadáveres de militantes políticos, sociales, sindicales y estudiantiles el país, con la impunidad que le garantizaba el gobierno de Isabel Martínez de Perón.
Por su lado los empresarios nucleados en el Consejo Empresario Argentino -CEA-, los grupos económicos más concentrados, en abierta oposición al oficialismo, alentaban la interrupción del orden constitucional, que se discutía en los cuarteles.
En Junio, el movimiento sindical de base y los sindicatos mas combativos manifiestan su oposición al plan económico anunciado por el flamante Ministro de Economía Celestino Rodrigo y fuerzan a la burocracia sindical a lanzar un paro general y una movilización a la Plaza de Mayo -que logra- la caída del mencionado Ministro y de José López Rega a la sazón Ministro de Bienestar Social y cerebro de la Triple A.
En esos días la dirección del Partido Revolucionario de los Trabajadores recibe la información, obtenida por los compañeros de inteligencia, que la cúpula militar -Videla Massera y Agosti- preparaba el golpe para la última semana de marzo.
Frente a ello se decide proponerle a todos los sectores democráticos la organización de un Frente Democrático Antigolpista, al mismo tiempo que el Ejército Revolucionario del Pueblo-ERP -el brazo armado- ofrece una tregua a la Presidenta, exigiendo la libertad de los presos políticos y la derogación de la legislación represiva.
Organizamos diferentes entrevistas con dirigentes políticos Alfonsín, Alende, Sueldo, Alberte, Balbín, entre otros, y, al mismo tiempo, nos reuníamos en la clandestinidad con Agustín Tosco quién se sumó entusiastamente a la idea y viajó con ese propósito a Buenos Aires.
El Consejo Empresario Argentino, presidido por Alfredo Martínez de Hoz integraba el Council Of The Ameritas. y, como señalábamos anteriormente, alentaba la asonada militar.

¿Que es y era este organismo?

Nace en 1965 impulsado por David Rockefeller, cabeza del imperio financiero norteamericano, y lo conformaban y conforman grandes corporaciones que operan en el Continente. Sus objetivos, como señala la declaración de principios, es promover la libre empresa, la apertura de las economías, la libertad de movimientos de capitales, la integración económica, la defensa de la propiedad privada y la no intervención estatal en la economía.
En una palabra, como señalara su fundador "el Council of The Americas" trata de promover el "triunfo de los principios económicos liberales frente a las ideas estatistas y nacionalistas que se han difundido en el Continente siguiendo el ejemplo de la Revolución Cubana".
Una de sus subsidiarias es la The Americas Society fundada en 1967, que se ocupa -especialmente- de las actividades culturales y políticas de los países latinoamericanos. Relacionado con este Consejo, surge en la Argentina el CEA -Consejo Empresario Argentino- impulsado por Adalbert Krieger Vasena, que ocupaba el cargo de Ministro de Economía de la Dictadura Militar de Onganía.
Es interesante tener en cuenta la estrecha relación entre David Rockefeller y Alfredo Martínez de Hoz -que diseñara el plan económico puesto en marcha con el Terrorismo de Estado en 1976. Aquél era dueño del todopoderoso Chase Manhattan Bank y el "orejudo" era uno de sus asesores en el país.
En ese contexto se decidió que editáramos una revista quincenal para propagandizar la unidad democrática y al mismo tiempo qenerar un medio de expresión que le diera cabida a las organizaciones obreras de base, que en el gran Buenos Aires se expresaban a través del "movimiento de las coordinadoras".
Así nació una etapa de "Nuevo Hombre", revista que en diferentes épocas, habían dirigido su fundador Jarito Walter, Alicia Eguren, Silvio Frondizi y Rodolfo Mattarollo.
Se acordó que el equipo de redacción sería clandestino, no se firmarían las notas para evitar represalias y que sólo figuraría el nombre del Director que yo ocupaba, ya que estaba clandestino. Las normas l que regulan a las distribuidoras exigían un responsable. para evitar problemas legales.
Así se conformó un grupo de periodistas extraordinarios coordinado por Enrique Raab, e integrado entre otros por Susana Viau, Edgardo Silverskarten, Roberto Jacoby, Héctor Demarchi, Oscar Martínez Zemborain y Alberto Zpumberg. De la relación con los distribuidores y de resolver todos los temas relacionados con la impresión se encargaba Osvaldo Acosta -un abogado que se había destacado en la defensa de presos políticos-.
La idea era hacer una revista diferente a las que se consideraban en esa época revistas políticas. Por eso teníamos distintas secciones espectáculos, deportes, vida cotidiana e incluso recetas de cocina.
El PRT, que financiaba el quincenario, no puso ninguna condición, por lo que recreamos toda la imaginación de ese gran compañero que era Enrique Raab una pluma excelente, que había integrado el equipo de "La Opinión "en su mejor época.
Entre otras notas que recuerdo estuvo la que hizo Susana Viau comentando la esperada muerte del dictador español Francisco Franco, y la triste cobertura que tuvo que hacer, en noviembre de ese año, Héctor Demarchi, del sepelio de Agustín Tosco.
En algún momento haremos una nota sobre esta experiencia. Recordamos que varios de estos compañeros fueron secuestrados-desaparecidos Héctor y Enrique entre otros, Susana, el Chino, y el que esto escribe tomamos el camino del exilio, Osvaldo Acosta estuvo en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada durante tres años y fue uno de los principales testigos en el Juicio a las Juntas Militares en 1983 y el resto permaneció en el país, en una suerte de exilio interno.
El 23 de marzo de 1976 salió el último número de la revista un día antes de que ocuparan la Casa Rosada los militares genocidas.
Pese a todas las acciones articuladas -entre ellas el lanzamiento de la fórmula Cámpora-Alende para frenar el avance castrense-, la decisión de los grupos económicos concentrados -los Rocca, Bulgheroni, Pagani, Perez Companc, Bunge Born y Soldati entre otros-, hacía a este inevitable.
Suenan en este momento, a 35 años de aquél fatídico día, la frase de un jurista norteamericano en los juicios que se llevaban a cabo en Nuremberg a los criminales nazis, quién refiriéndose a los grupos económicos que apoyaron a Hitler manifestó "la civilización no puede permitirse ningún compromiso con las fuerzas sociales que adquirirán nueva potencia si nosotros obramos de modo ambiguo e indeciso con los hombres en quiénes estas fuerzas están sobreviviendo".
El juzgamiento de quiénes incitaron el golpe es una asignatura pendiente en la Argentina.

Manuel Justo Gaggero

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