miércoles, 16 de marzo de 2011

“Deportes para Todos”


Además de la iniciativa de “Futbol para Todos”, en Argentina, ahora se impulsa la de “Deportes para Todos” bajo la idea de que es deseable, y que es posible, liberar eventos de importancia deportiva, que suscitan interés en algunos sectores de la población, para que se hagan visibles en la Televisión Pública y en otras redes televisivas. Suena bien porque invita a pensar a fondo semejante decisión, es decir, profundizar en la materia. Si la idea de “Deportes para Todos” constituye un paso democratizador de los medios y de los eventos que se trasmiten, es deseable que sean pertinentes a otras políticas en paralelo. Por ejemplo la política para el desarrollo del deporte desde sus instancias recreativas hasta las de alta competencia, al margen de la red infernal de mercaderías trasnacionales, medicamentos, “caza talentos”, mafias publicitarias y abogados ansiosos de “representar” los intereses de los deportistas y de sus cuentas bancarias.
Cristina Fernández de Kirchner ha impulsado la transmisión de los partidos de fútbol de Primera y ahora decidió que todo evento deportivo de “interés nacional” debe ser televisado por fuera de la TV por cable. Eso incluye al “fútbol de ascenso”. “Deporte para todos” incluye al tenis, al básquet, al rugby y al vóley… ahora no sólo se podrán ver los partidos de Primera División, de manera gratuita y en vivo para todo el país, sino que también otras disciplinas y categorías deportivas. Inicialmente sólo se incluyen partidos de “interés general”. La razón de esta medida gubernamental se basa en que: “Los intereses compartidos de los ciudadanos en cuanto a pasiones deportivas no pueden ser cautivos de un abono de cable, por lo tanto se ha establecido que se abran para la televisión abierta las instancias decisivas”, son palabras de Gabriel Mariotto, presidente de la Autoridad Federal de Comunicación de Servicios Audiovisuales en Argentina.
La Presidenta argentina sostiene que el acuerdo "Deportes para Todos" "no es entre empresarios y gobierno, sino con el pueblo argentino"… "el pueblo vea eventos que tienen que ver con la cultura popular y la pasión de los argentinos"… "cada vez vemos una Argentina más abierta y más igualitaria"…"no estamos en contra de que las empresas de telecomunicaciones tengan sus negocios y rentabilidad, pero hay que distinguir los bienes sociales de los negocios"… "Se habla mucho acerca de la libertad de prensa, pero muy poco del acceso a la información de los ciudadanos, que es el gran valor a custodiar"… "Me siento muy feliz o casi feliz -aclaró- porque a Fútbol para Todos se suma Deportes para todos" y celebró que "chicos que hoy tienen 20 años puedan disfrutar libremente por TV abierta cosas que antes no podían hacer si no tenían su abono por cable"[1]. En el acto firmaron el acta compromiso para emitir Deporte para todos desde el 1° de marzo los representantes de distintos canales de deportes; Alejandro Burzaco , en representación de TyC ; Federico Infante , en representación de Fox Sports; Julio Franco por TyC Sports; Guillermo Tabanera por ESPN; y Gabriel Mariotto, como titular de la Autoridad Federal de Servicios Audiovisuales.
Uno bien puede desear que la idea de la cultura del “Deporte” no quede atrapada sólo en la contemplación, es decir, en convertir a los pueblos en espectadores especializados en localizar eventos en las redes de canales televisivos y con ello ser sujetos entrenados para consumir la infernal andanada de publicidades que en torno al “Deporte” han creado una industria histérica y desesperate. Uno bien puede desear que los comentaristas deportivos eleven la calidad y la cantidad de sus conocimientos y que el arte de la cónica y la locución saliera pronto de los estereotipos y más vulgares y paupérrimas con que suelen adueñarse de los micrófonos y es el receptor quien, además de pagarlo, debe sufrirlo. Uno bien pudiera desear que, para “profundizar el Modelo” no se deje de lado la necesaria crítica de las políticas deportivas, la crítica profunda a la educación física (empobrecida severamente), y a la cultura burguesa del deporte que nos convierte, sistemáticamente, en pasivos, receptores, de saliva, mercancías y “espectáculos” en los que nunca participamos, es decir, decidimos democráticamente por su uso y destino.

Fernando Buen Abad Domínguez

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