Colombia es un país que ha soportado durante más de 50 años la violencia y represión gubernamental de gobernantes de ultraderecha contra el pueblo y contra los sectores políticos que luchan por establecer una democracia que en el pasado llegó a ser un importante esfuerzo para afianzar y afirmar un sistema democrático propio.
Colombia tiene que soportar la descalificación política mundial por los regímenes represivos que desataron y han sustentado la represión y violencia criminal contra el pueblo y contra partidos y movimientos políticos que mantenían unas banderas democráticas. De 500 a 700.000 colombianos han sido muertos desde el asesinato del propio Jorge Eliecer Gaitán, candidato liberal a la presidencia de la república, el 9 de abril de 1948. Gaitán llegó a ser la posibilidad más importante de un gobierno de avanzada, de izquierda democrática y de perfiles socialistas. Su asesinato en la fecha indicada levantó la protesta general en toda Colombia por el crimen y contra los presuntos responsables del mismo. Las fuerzas derechistas y represivas aplicaron una política de sangre y fuego contra el pueblo que protestaba por el crimen, generando un caos social y político que permitió la derrota de la protesta ciudadana y el afianzamiento de las tendencias más represivas, con la muerte por represión de miles de trabajadores y gentes del pueblo de toda Colombia. Solamente en la ciudad de Barrancabermeja, el más importante centro petrolero de Colombia, con la participación decisoria y decisiva de las organizaciones sindicales de esa ciudad, los sectores democráticos y el movimiento obrero asumieron el poder total y establecieron un orden público democrático apoyado fundamentalmente por los trabajadores petroleros y sus organizaciones, en contraste con lo ocurrido en el resto del país, incluida la propia Bogotá, en que el caos y la anarquía abrieron el camino a la represión gubernamental. Los sindicatos petroleros fueron la columna vertebral de un poder popular nuevo, que se mantuvo 20 días en el gobierno, preservando un nuevo orden público revolucionario y popular. Los servicios sociales, estatales y la paz local, frenaron los propósitos de invadir militarmente a Barrancabermeja para rescatar el poder. Yo participé en esos sucesos por ejercer funciones de asesor jurídico de los sindicatos petroleros. Estuvimos 20 días en el poder y pusimos en marcha políticas sociales de avanzada. Pero quedamos solos en Colombia donde toda la protesta terminó en 48 horas.
Desde aquellos tenebrosos tiempos Colombia ha sido víctima de diversas formas de violencia estatal y de grupos políticos nacionales de ultraderecha. La vía democrática ha tenido pocos momentos de vigencia plena, pues desde antes y después del asesinato de Gaitán no ha cesado la represión contra el pueblo colombiano, en que han sido asesinadas cientos de miles de personas.
Por eso el balance que hemos venido denunciando sobre la continuación de la represión, pretextando la existencia de unos grupos guerrilleros que incluso se contaminaron en algunos casos con el tráfico de estupefacientes.
La escritora de notable personalidad política y de la cultura, Patricia Lara Salive, en escrito del 29 de octubre del 2008 en el diario liberal El Espectador, expresó: "Si aquí funcionaran las responsabilidades políticas, la crónica de Semana, "mi hermano fue un falso positivo", generaría las renuncias de los altos mandos, del Ministro de Defensa y del jefe de todos, el Presidente de la República. Eso ocurriría sobre todo si el artículo apareciera, como sucede ahora, luego de estar comprobándose que tres coroneles tuvieron que ver con el asesinato de 11 jóvenes desaparecidos en Soacha y reportados luego como guerrilleros muertos en combate"…El 30 de abril del 2007 el soldado Luis Esteban Montes pertenecía al batallón de infantería número 31 de Córdoba. Se acercaba el día de la madre. "Los altos mandos, dice, empezaron a preocuparse" porque no tenían resultados ni méritos para que les dieran días libres para visitar a sus familias. Entonces, afirma, "se empezó a hablar de "legalizar" a alguien. Es decir, de matar a una persona para hacerla pasar por guerrillero y así ganarse el permiso para salir". Montes no se sorprendió porque "las legalizaciones" son un asunto cotidiano". Una noche el cabo Jonathan Pineda le dijo: "ya tenemos el man al que le vamos a hacer la vuelta". Montes lo reconoció: Era nada menos que Leonardo Montes, su hermano. Le advirtió que se fuera porque lo iban a matar para hacerlo pasar por guerrillero. Pero él no le creyó. Entonces le dijo al cabo: ustedes no pueden matar a ese hombre porque él es mi hermano". Él lo mandó a hablar con el capitán Jairo Mauricio García. Este tampoco le creyó. Montes le dijo que primero tendrían que matarlo a él. "Por qué no trae a un hermano suyo, capitán, o a su papá y así puede irse contento el día de la madre", le preguntó. Y el capitán repuso: "a mí no me duele la mano para matar a ese hijueputa". Y añade: "Tampoco era difícil encontrar quien lo hiciera porque cada compañía tiene sus dos o tres sicarios, que son siempre los que hacen esas vueltas y se ganan 1 millón de pesos". El soldado Montes lo trasladaron a una compañía cercana y supo que le habían dado baja a un hombre. Fue al cementerio y descubrió que habían asesinado a su propio hermano. Era una operación criminal para recibir del gobierno Uribe Vélez premio por ese "falso positivo". Ese es uno de los cientos de ejemplos de lo que está ocurriendo en Colombia bajo el gobierno del presidente Uribe Vélez, independientemente del hecho de que la política económica gubernamental ha golpeado duramente a la Costa Atlántica colombiana, especialmente a la ciudad de Barranquilla que tenía el liderazgo del desarrollo económico de la región. El economista, profesor universitario y miembro de la Junta Directiva del Banco de la República por varios años, Salomón Kalmanovitz, en la edición de diciembre 15 del año pasado de el diario El Espectador, hace un notable resumen de la ruina a que ha llegado la ciudad de Barranquilla "inmersa en un mar terrateniente que mantenía y mantiene a su campesinado desprovisto de propiedad y de ingreso".
Apolinar Díaz – Callejas (especial para ARGENPRESS.info)
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