El mismo día en que el Consejo del Salario Mínimo consagró un nuevo esquema de actualizaciones a la baja, el Indec dio a conocer los números de inflación de junio con un índice mensual de del 6%, 50,7% en los primeros seis meses del año y 115,6% interanual. El incremento fue liderado por los precios regulados por el Estado: lo que ubicó en primer lugar al rubro Comunicaciones (10,5%) -producto de la suba de servicios de telefonía e internet-, Salud (8,6%) -por aumentos en medicamentos y en las cuotas de medicina prepaga- y Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (8,1%) -producto de tarifazos aplicados por el gobierno para complacer a las patronales y al FMI-.
Entre ellos podemos mencionar el incremento del 4% en los combustibles en beneficio de las petroleras; del 4,5% en internet, telefonía y cable, para complacer a las multinacionales de las telecomunicaciones; del 8,6% en el transporte y 24%, en la boleta de luz del Amba y del 5,49% en las cuotas de la prepagas, en favor de la medicina privada. Estos incrementos a su vez se aplican a toda la cadena productiva, encareciendo también la canasta básica.
En paralelo, el Consejo del Salario, con la complicidad de la burocracia sindical de la CGT y la CTA, aprobó un aumento del 34% del Salario Mínimo en 3 tramos llevándolo a $118.000 pesos recién en septiembre, cuando la última canasta de pobreza medida por el Indec se ubicó en $217.916 ¡en mayo! Los jubilados continúan percibiendo haberes por debajo de la línea de indigencia y los programas Potenciar Trabajo ni siquiera se arriman a un salario mínimo. El gobierno le da a Movistar, Edesur y Swiss Medical lo que no le quiere conceder a los trabajadores, a los jubilados que aportaron toda su vida o a los precarizados que cobran planes sociales.
A este cuadro inflacionario se agrega la enorme emisión que el Estado esgrime para pagarle intereses de Leliqs a la banca, cuyo stock ya supera los 12 billones de pesos, y que luego vuelve a reabsorber con más deuda, generando una bola de nieve explosiva que atiza constantemente los niveles de inflación. El gobierno es el principal formador de precios.
La oposición, en tanto, hace campaña diciendo que va a liberar el dólar y retirar los subsidios, lo que significa que el incremento en las tarifas será aún mayor. También sostiene que el déficit del Estado es producto del gasto social, lo que vaticina más recortes en la asistencia, y más ajuste en las jubilaciones y en los presupuestos de las esferas públicas. Queda claro que gobernarán para los mismos intereses capitalistas y que buscarán trasladarle la crisis a los laburantes.
Sin embargo, en contra de este ataque al bolsillo es que se levantan los docentes de Jujuy y del resto de las provincias, que movilizó la Unidad Piquetera al Consejo del Salario Mínimo, que pararon los choferes de colectivos, que el Sutna recuperado encara la nueva paritaria con procesos de asambleas. Se abren paso numerosas luchas salariales, mal que le pese a la cúpula de la CGT y las CTA, y, desde la lista que encabezan Gabriel Solano y Vilma Ripoll en el Frente de Izquierda apostamos a desarrollarlas y darle una proyección política.
Camila García
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