Sin embargo, y a pesar de que contaban con el aval abrumadoramente mayoritario de sus afiliados para convocar a un paro, el sindicato acordó extender la validez de los contratos hasta el 12 de julio mientras continúan las negociaciones secretas entre ambos.
Es una estratagema para evitar que la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP), que negocia en nombre de los principales estudios, se enfrente a una huelga de actores que confluya con la de los guionistas, que ya lleva casi dos meses.
Esta semana, estrellas de primera línea como Jennifer Lawrence y Meryl Streep habían dirigido una carta a los dirigentes sindicales advirtiéndoles que “si no llegan a un acuerdo transformador” que incluya aumento de salarios y la protección contra la Inteligencia Artificial (IA) “están listos para salir a la huelga”.
“Estamos preparados para atacar si se trata de eso. Y nos preocupa que los afiliados al SAG-AFTRA estemos listos para hacer sacrificios que los líderes sindicales no estén dispuestos a hacer. Esperamos que hayan escuchado nuestro mensaje. Este es un punto de inflexión sin precedentes en nuestra industria, y lo que podría considerarse un buen negocio en otros años simplemente no es suficiente. No es momento de transigir”, dijeron.
La burocracia sindical hizo oídos sordos al millar de actores que suscribió la carta, entre ellos Joaquin Phoenix, Glenn Close, Jamie Lee Curtis, Cobie Smulders y Pedro Pascal. La desconfianza que despertó entre los actores un video del sindicato que calificaba como “extremadamente productivas" las negociaciones se vió confirmada.
La carta concluía severamente: “Les pedimos que impulsen todos los cambios que necesitamos y las protecciones que merecemos y que hagan historia haciéndolo. Si no son capaces de llegar hasta el final, les pedimos que utilicen el poder que les hemos dado nosotros, los afiliados, y se unan a los [guionistas] del WGA en los piquetes”.
El “poder” consistía en que más del 90% de los afiliados a SAG-AFTRA había votado que los dirigentes debían convocar a un paro si el 30 de junio no se llegaba a un acuerdo.
Si una huelga de casi 160.000 actores afiliados a SAG-AFTRA se sumara al paro de los guionistas de Writers Guild of America (WGA), cualquier filmación en curso tendría que detenerse.
Los actores de la televisión y el cine se han visto golpeados por la inflación, el deterioro de las condiciones de trabajo y los recortes patronales. Las empresas gigantes han sufrido serios reveses en sus inversiones en streaming (según el Financial Times, “el mercado bursátil borró más de medio billón de dólares de valor de los mayores grupos de entretenimiento” el año pasado) y pretenden que los trabajadores paguen por ello.
La producción de muchas películas y programas de televisión ya ha sido cancelada por la huelga de guionistas. Una huelga de actores sería capaz de detener la mayoría de las producciones restantes.
La burocracia sindical prefirió darles un respiro a las empresas.
Olga Cristóbal
01/07/2023
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