Magallanes es el director general de gestión púbica de ACUMAR -Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo- y se postula a precandidato a legislador porteño en la lista de Unión por la Ciudad, la versión local de UxP. “Pensemos en el valor que encierra esta recuperación ambiental y todos los beneficios en términos económicos, de transporte, vivienda y hábitat que se nos presentan.” Página/12 (8/7) lo dice clarito. Su candidatura a la Legislatura y el informe de gestión publicado son un mensaje directo a las constructoras: con Leandro Santoro la Legislatura seguiría votando las excepciones para la especulación inmobiliaria, que fueron largamente acompañadas por un sector del Partido Justicialista durante la gestión de Macri.
En el lanzamiento de Santoro como precandidato a jefe de Gobierno dijo que quería “construir un gran corredor verde en toda la General Paz. Y vamos a recuperar el río” (puraciudad.com.ar, 1/07). La frase de Santoro debe completarse con otros párrafos del informe Antolín: “La Comuna 8, con amplias infraestructuras deportivas, podría ser un polo de desarrollo de tecnologías e industrias limpias, vinculadas al deporte (…) los usos de sus amplios espacios verdes y públicos”, y sigue: “Nuevos circuitos de intercambio, flujos de personas, trasladándose por el deporte, el trabajo, el turismo local, los paseos comerciales” (P/12).
Hace poco menos de 20 años se creó el ACUMAR para “sanear” el Riachuelo, esa divisoria de agua podrida que pone de un lado a la provincia de Buenos Aires y del otro a la Ciudad Autónoma. En 2004 un grupo de vecinos de Villa Inflamable, en Avellaneda, demandó al Estado y a 44 empresas por la contaminación del Riachuelo. En 2008 la Corte Suprema ordenó a través del Fallo Mendoza que el Acumar mejorara la calidad de vida de la población de la Cuenca, trasladara a quienes vivían en sus márgenes y recompusiera el medio ambiente.
Aunque existe un lento traslado de los habitantes, quedan al menos mil familias viviendo al borde del vertedero más grande de la región. Pero la salud y las condiciones en las que habitan esas familias no son la causa para “sanear” nada. El proyecto inmobiliario se ha impuesto desde el vamos, en lugar de la urbanización de las Villas y el hábitat para sus vecinos En la Cuenca del río Matanza- Riachuelo, que tiene una extensión de 64 kilómetros viven más de 5 millones de personas. Es el río más contaminado de Latinoamérica y uno de los diez lugares más contaminados del mundo.
Vivir a la vera del Riachuelo es gravemente perjudicial para la salud de sus pobladores. Produce diarreas, dermatitis, tumores, deformaciones y enfermedades cardiovasculares. Los virus que se gestan en el Riachuelo producen hepatitis A y meningitis. Es una usina de muerte y las víctimas son las familias obreras.
Esa contaminación se debe a la descarga durante décadas de los desechos tóxicos de un millar de empresas, de los desechos de lo que fue el Mercado de Hacienda, recientemente mudado, y de que numerosos municipios descargan sin ningún tratamiento las aguas cloacales.
Los trabajadores y trabajadoras de la Ciudad debemos ser conscientes de que no se puede ser un candidato del régimen y pregonar sobre el medioambiente. El capitalismo es enemigo acérrimo de la naturaleza, sus representantes políticos en el gobierno y en los parlamentos son el canal para llevar adelante negociados millonarios a costa de la vida de las mayorías explotadas.
Una ribera libre de contaminación, recuperada para el ocio y esparcimiento de las familias obreras, y no para la especulación inmobiliaria, solo podrá ser el resultado de un gobierno de trabajadores.
Valentina Viglieca
14/07/2023
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