sábado, 15 de julio de 2023

Un evangélico (más) en el gobierno de Larreta: fuera las Iglesias del Estado


Horacio Rodríguez Larreta nombró al diputado Gabriel Mraida, un referente de la Iglesia Evangélica, como viceministro de Desarrollo Humano y Hábitat. Mraida, un egresado de la Universidad de San Andrés, ya era diputado nacional por el PRO y antes fue presidente del Instituto de la Vivienda de la Ciudad. Ahora se convierte en el segundo de un ministerio que implementa las políticas ante “la emergencia social” (sic): alimentación, vivienda (los miserables subsidios habitacionales), urbanización de villas, etcétera. El nombramiento es otro paso en la injerencia de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), que congrega el 90% de esas iglesias, en el armado político del larretismo. Larreta acaba de entregarles un cargo clave para influir y reclutar, religiosa y políticamente, a través de los recursos del Estado, sobre la población más pobre de la Ciudad. Desarrollo Humano se debe ocupar también de la “equidad de género” y de los derechos de niños y adolescentes. Los evangelistas consideran ambas cuestiones una afrenta a las ´leyes divinas´. 
 Como el nombramiento se da pocos meses antes de las elecciones, desde el gobierno explicaron que "es un mensaje de que el vínculo va a seguir en el futuro, no es una cuestión coyuntural” (lapoliticaonline.com 12/7). 
 Se calcula que los evangélicos reúnen a 8 millones de personas. En la actualidad hay más locales evangélicos en la Ciudad que unidades básicas. Larreta pretende, sobre todo, garantizarse el apoyo electoral de las Iglesias que más crecieron en la última década. El antecedente más cercano de este intento de lotear áreas del gobierno para los evangélicos fue nombrar a Cynthia Hotton, una oscurantista recalcitrante, como presidenta del Consejo Social de la Ciudad. Hotton anunció que en los hospitales público se habilitaría un call center evangélico para atender a las mujeres que pidieran la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). El repudio que generó en el movimiento de mujeres el call center “celeste” fue suficiente para frenar la iniciativa antiabortista. 
 El apoyo de la Iglesia Evangélica fue fundamental para las victorias electorales en Brasil de Jair Bolsonaro y en los Estados Unidos de Donald Trump. Lula, en la última campaña electoral, les escribió una Carta prometiéndoles total libertad de acción y les aseguró “su respeto y admiración”. 
 En la Argentina, todos los bloques patronales se disputan su apoyo. Los evangélicos -como los representantes de la Iglesia Católica- están presentes transversalmente en los cargos públicos y en las listas electorales. En noviembre pasado, el gobernador de Buenos Aires Axel Kicillof anduvo a los abrazos con el evangelista Andrés Palau, hijo del ´pastor´ que supo juntar 600.000 devotos en la 9 de Julio. Larreta, Berni, Manzur -entonces jefe de Gabinete-, Santilli, Beliz y unos cuantos funcionarios más le anduvieron chupando las medias. 
 Desde Política Obrera denunciamos que la alianza de Juntos por el Cambio y Unidos por la Patria con el aparato evangélico implica no solo derivar recursos del Estado a la educación confesional sino darles cargos ejecutivos desde donde atacar los derechos democráticos y los derechos de las mujeres y la juventud, como la legalidad del aborto y la educación sexual laica y científica. La Iglesia evangélica se especializa en dictar cursos de ESI para docentes según “sus valores” -homofóbicos, misóginos, creacionistas- que los ministerios provinciales reconocen con puntaje. 
 Las socialistas vamos a defender cada derecho conquistado y a luchar por el fin de los subsidios a las iglesias y a sus instituciones educativas, sanitarias y de ayuda social; a desarrollar la conciencia de clase y a combatir el oscurantismo religioso y la superstición mediante la propaganda. 

 Valentina Viglieca 
 14/07/2023

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