Se espera que el FMI gire U$S 8.500 millones.
En el día de la fecha, funcionarios del Ministerio de Economía partirán rumbo a Washington con el objetivo de que el FMI acepte girar U$S 8.500 millones hasta fin de año para no caer en default. Al respecto, Sergio Massa sostuvo que “ese entendimiento se va a lograr defendiendo una idea de país de desarrollo con inclusión, sin resignar la capacidad soberana y sin rendirse al altar del ajuste fiscal” (El Cronista, 16/7), ocultando que hace rato viene sacrificando las condiciones de vida del pueblo en ese altar.
Sin ir más lejos, el gasto primario cayó 7,6% real en los primeros seis meses del año, en términos interanuales, según los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Las jubilaciones y pensiones retrocedieron 4,6%, las asignaciones familiares 28,2%, el programa Potenciar Trabajo 2,6% y las políticas alimentarias 9,8%. A su vez, las transferencias a las provincias tuvieron una reducción real del 25,3% en el mismo período, ajuste que los gobernadores trasladan a las partidas asignadas a salud, educación y salarios estatales de sus respectivas jurisdicciones. Por otra parte, la inversión real directa, que tiene como principal destino la obra pública, disminuyó 6,9% interanual en el primer semestre del año, en términos reales.
Como vemos, a contramano de sus dichos, las políticas de Massa profundizan la exclusión y vulneran los derechos de los sectores más postergados, en aras de arrimar a las metas fiscales del FMI, las cuales tampoco logra cumplir debido a la merma de ingresos fiscales producto de la sequía. Por lo tanto, por más que en las negociaciones el Fondo acceda a flexibilizar dicha meta, como espera el oficialismo, el ajuste no cederá. Además, se están utilizando yuanes del Swap con China para pagarle vencimientos FMI, evidenciando que el gobierno contrae deuda en moneda extranjera para pagar vieja deuda, configurando un espiral sin salida que agrava la hipoteca nacional.
Para colmo, el organismo de crédito exige como condición para ejecutar su desembolso que Argentina devalúe en un 40% su moneda, provocando nuevos golpes al bolsillo de la población trabajadora; de lo contrario, el país podría caer en default. Como vemos, la tutela del Fondo Monetario sobre la economía nacional es absoluto, demostrando que el gobierno entregó hace tiempo la “capacidad soberana” a la que alude el candidato de Unión por la Patria.
La buena relación del Fondo con Massa es la razón por la cual Cristina Kirchner lo eligió como candidato, mostrando hasta qué punto llega el apoyo del kirchnerismo a este programa de ajuste, inflación y endeudamiento.
Finalmente, a diferencia de lo que prometían sus impulsores, el acuerdo con el Fondo no trajo aparejado ninguna estabilidad económica. Desde su firma no solamente la inflación se aceleró, sino que además salieron divisas por U$S 26.736 millones, razón por la cual las reservas netas exhiben un rojo de U$S 7 mil millones. Según el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía, U$S 8.224 millones se fueron al pago de la deuda pública e intereses, U$S 4.917 millones al pago de deuda privada e intereses y U$S 4.908 millones se fugaron en concepto de dolarización de excedentes privados. Se trata de un pacto inviable, que solo ha redundado en mayor subordinación colonial y perjuicios para las mayorías.
Este acuerdo ruinoso también cosechó el apoyo de toda la oposición patronal, la misma que hoy hace campaña prometiendo un ajuste más voraz sobre el gasto público. Lo vemos en el “plan motosierra” de Milei y en el “déficit cero” que proclaman Larreta y Bullrich de Juntos por el Cambio. En ese sentido, su adhesión al memorándum con el FMI refuta todas sus promesas de terminar con la inflación y el empobrecimiento de la gente.
Desde la izquierda, por el contrario, planteamos la necesidad de romper con el FMI y terminar con el saqueo capitalista descripto, repudiando la deuda externa y nacionalizando bajo control obrero la banca y el comercio exterior, en función de dirigir el ahorro nacional a resolver las necesidades sociales e industrializar el país. La lista del FIT-U encabezada por Gabriel Solano y Vilma Ripoll es la que encarna la lucha callejera contra el ajuste fondomonetarista, aquella que protagoniza el movimiento piquetero independiente por alimentos para los comedores barriales, ingresos equivalentes a la canasta familiar y trabajo genuino. Por eso, expresa el voto que le duele a los dueños del poder.
Sofía Hart
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