miércoles, 26 de julio de 2023

El FMI invierte en las PASO


Massa desorganiza aún más la economía sin red de seguridad 

 En la economía financiera existen los llamados “derivados”, que se refieren a una inversión cuya valoración está sujeta a los movimientos de otro activo financiero. Este sistema especulativo ha sido bautizado por la jerga argentina como “la bicicleta”. Es esto, precisamente, lo que acaba de hacer el FMI con Argentina –que ha condicionado la entrega de 4 mil millones de dólares al Tesoro oficial a los resultados de las internas del 13 de agosto que viene. Ese dinero está asignado a saldar una cuota de la deuda con el mismo FMI e intereses de bonos de la deuda externa, que vencen entre finales de julio y el 1 de agosto. Si la Unión de los Patriotas de Massa y Grabois obtuviera un resultado prometedor en las primarias, el directorio del Fondo giraría el dinero el lunes inmediato siguiente. Si ocurriera lo contrario, como pasó en Córdoba y Santa Fe, Argentina se vería obligada de poner como garante del préstamo a otro gobierno que funcionaría hasta diciembre, bajo la tutela del FMI. Esta administración provisoria debería implementar la devaluación que plantea el Fondo, de un 60/70% en el tipo de cambio oficial, y aplicar, al mismo tiempo, una severísima política de ajuste.
 Puesta la cuestión en estos términos, Massa ha anunciado una serie de devaluaciones selectivas sin contar con una red de seguridad. Los impuestos aplicados a numerosas importaciones ya han logrado desatar una remarcación preventiva de precios, y lo mismo ocurre con los dólares especiales asignados a rubros como el maíz y los productos regionales. Como el engorde de ganado y aves se realiza con el primero, el dormido precio de la carne deberá sufrir un despertar agitado. Entre las razones del FMI para no girar dinero contante a Massa, se encuentra la convicción de que el Gobierno podría malgastarlos en la compra de bonos internacionales para evitar que suban las cotizaciones de los mercados paralelos. Hasta los maiceros salieron a criticar las devaluaciones selectivas, porque los obliga a cambiar los dólares de las exportaciones por pesos que se devalúan al ritmo del 7/8% mensual. En el caso de los importadores que pretendan eludir el impuesto, deberán financiar sus compras a seis meses de plazo, abultando el endeudamiento del Banco Central, que ya ha superado los 12 mil millones de dólares. El paquete de los ilustres economistas de Massa ha provocado un cierto quiebre del mercado financiero, porque los impuestos a la importación han creado varios tipos de cambio oficial, lo que afecta los contratos que aseguran el tipo de cambio, que tienen por referencia el mercado oficial. 
 La dificultad para poder pagar los vencimientos de deuda al Fondo, sin el aporte del mismo FMI, podría ocasionar que el gobierno decida postergar el pago para fines del mes que viene, o sea después de las PASO. No tendría el recurso de utilizar yuanes u otros medios financieros para pagar ahora mismo. El kirchnerismo podría jugar, él también, a las PASO –si le va bien, paga con dinero del FMI; y si ocurre lo contrario, que pague el que venga. El FMI se encontraría con su contraparte en el mercado de derivados políticos. Con estas apuestas financieras sobre las PASO, o apuestas políticas sobre la devaluación, Argentina se convertiría en el paraíso de la timba financiera, como pretende Milei. El lugar del tráfico de órganos sería ocupado por el tráfico de votos y de voluntades ciudadanas. Este escenario describe una caminata por la cornisa. La apuesta de Massa es que las patronales no lo van a dejar caer, pero nunca se sabe, porque todas las apuestas son de riesgo. Visto desde este ángulo, el proceso electoral a diciembre es lo más ajeno que se pueda imaginar del imperio de la voluntad popular. La soberanía del pueblo se ha convertido también en un derivado, cuya cotización oscila al ritmo de una crisis de conjunto del mismo capitalismo. Pocas veces ha quedado tan desvalorizado como guía de las aspiraciones populares e incluso de sus tendencias políticas soterradas. El trabajo de nuestro partido, Política Obrera, es cavar para que arriben a la superficie. No ocurrirá de aquí a las PASO, pero no demorarán en hacerlo. 

 Jorge Altamira 
 25/07/2023

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