La movilización del 17 de noviembre a Plaza de Mayo fue una expresión de este cuadro. En ella participaron trabajadores de diversos hospitales (Garrahan, Posadas, Evita, entre muchos otros), que reclamaron aumentos salariales y una mejora en las condiciones de trabajo. Ese día, la docencia porteña y bonaerense también salió a la lucha.
En Córdoba, los trabajadores de la salud han estado llevando adelante paros y movilizaciones por un incremento salarial y condiciones dignas de trabajo. Allí, hace poco tuvo lugar un paro de 72 horas, protagonizado por trabajadores autoconvocados. El pejotista Juan Schiaretti paga salarios de pobreza, que van desde los $60.000 hasta los $120.000 pesos, y somete al personal de salud a jornadas de trabajo extenuantes.
Las calles de Santa Fe, la provincia gobernada por Omar Perotti, fueron inundadas la semana pasada por cientos de trabajadores. La situación en la provincia es extremadamente delicada; por ejemplo, los trabajadores del Hospital Gamen han ido a la lucha porque se les adeudan salarios, para denunciar la bancarrota del hospital y contra el eventual despido de trabajadores que el ajuste plantea.
En Chaco, los residentes de los hospitales Perrando y Pediátrico realizaron un paro a fines de octubre, reclamando un aumento de la beca que perciben como salario (los sueldos alcanzan los $80.000 y muchas veces los trabajadores laboran hasta 24 horas) y contra la precarización laboral. La protesta ha sido reprimida por la policía de Capitanich.
Los trabajadores de la salud pública de Jujuy desenvolvieron, el 17 de noviembre, protestas en el marco de un paro de 48 horas por mejoras salariales y contra el ajuste del gobernador radical Gerardo Morales.
Los residentes y concurrentes de la provincia de Buenos Aires también han emprendido el camino de la lucha, confluyendo con la movilización de los de CABA. El gobierno de Axel Kicillof paga salarios que se encuentran por debajo de la línea de pobreza y mantiene a los hospitales en condiciones calamitosas. Este 23 de noviembre, la Marea Blanca bonaerense marchará hacia la Casa de Gobierno, en La Plata, para reclamar un salario equivalente a la canasta básica familiar y contra el ajuste en la salud pública.
Estas luchas salariales son una reacción contra la política de ajuste que se encuentran desarrollando sin grieta los gobiernos, con las distintas burocracias sindicales como cómplices. El Ejecutivo nacional está aplicando un fortísimo recorte en salud. En agosto, avanzó en una poda de 10 mil millones de pesos en el área; y el Presupuesto 2023, que el oficialismo logró aprobar con la colaboración de la oposición de Juntos, contiene ajustes en la misma línea.
Según el periódico La Voz, “si se toma todo el gasto que existe en salud, cada argentino necesita en promedio unos 1.400 dólares para su atención, de los cuales el Estado hoy invierte alrededor de 107”. Rodolfo Pablo Moreno, presidente de la Asociación Argentina de Pediatría, ha advertido que “el año pasado quedaron un 30% de las vacantes de residencia sin ocupar en todo el país y este año la situación va a ser peor” (La Gaceta, 7/11). Esto, debido a los bajos salarios y al ajuste tomado de conjunto.
La crisis y el quebranto del sistema de salud, en combinación con la descarga de la crisis sobre los trabajadores, trajeron consigo un deterioro de las condiciones de vida generales de la población. En los últimos sesenta años, las expectativas de vida en Argentina aumentaron por debajo de las de países profundamente desiguales como Corea del Sur, Ecuador y Chile.
La mortalidad infantil, por su parte, es 4 veces mayor que en Corea del Sur; y en provincias como Chaco, Corrientes, Formosa y Tucumán, las cifras se disparan aun más. “La cirugía por cáncer puede alcanzar en la Argentina una mortalidad cuatro veces superior a la de países desarrollados, y tenemos mayor letalidad en infarto o cáncer de mama, con el paciente ya en el hospital” (La Nación, 21/11).
El ajuste se puede derrotar. El camino es el que marcaron los residentes y concurrentes porteños, el Sutna y el movimiento piquetero.
Nazareno Kotzev
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