Marc Owen Jones, profesor de estudios de Oriente Medio en la Universidad Hamad bin Khalifa, de Doha, Qatar, acaba de sostener que “el amor entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos negociado por Trump fue un truco publicitario nauseabundo que los medios promovieron y amplificaron obedientemente. No es un trato de paz”. Es, sobre todo, un acuerdo por el cual Trump vehiculizará, antes de los comicios de noviembre, la venta de los aviones F-35 de última generación a los EAU, que estos junto a Arabia Saudita demandan para alcanzar absoluta superioridad aérea en caso de un enfrentamiento con Irán (Haaretz, 2-9). De este modo “los EAU, una potencia regional ambiciosa, serían el primer estado del Medio Oriente, además de Israel, en adquirir el F-35, el avión de combate más avanzado del mundo y apenas un símbolo de paz” (ídem).
“Quizás —agrega el profesor— no haya mejor metáfora para el llamado acuerdo de ´paz´ entre Israel y los EAU que el primer vuelo de Tel Aviv a Abu Dhabi. Blasonada sobre las ventanas de la cabina estaba la palabra que los EAU y el gobierno israelí querían que el mundo viera, ´Paz´, en árabe y hebreo. Sin embargo, irónicamente, apenas un metro más abajo, pero aún visible, estaba el nombre del avión: Kiryat Gat, una ciudad israelí conocida anteriormente como Al Faluja. Como han señalado el historiador (israelí) Benny Morris y otros, en 1949 los soldados israelíes golpearon, acosaron y robaron a la población árabe local hasta echarla. Este recordatorio de violencia histórica, yuxtapuesto con una falsa afirmación de paz, no es una paradoja que aquellos que apoyan el acuerdo quieren que veas. Pero es un resultado inevitable de un truco mediático mal redactado, uno que en realidad trata de apuntalar a líderes asediados como pacificadores, mientras enmascara la compleja realidad de una ocupación que no muestra signos de terminar” (ídem).
Netanyahu y el emir de los EAU, conocido por sus siglas de MBZ aún festejaban, no faltaron quienes “sugirieron que el ´trío de la paz´ (Trump, Netanyahu, MBZ) sea galardonado con el Premio Nobel” (ídem). “Quizás paradójicamente, toda la fanfarria de una pseudo-paz entre los EAU e Israel ha distraído el proceso del mundo real… el rival regional de los EAU, Qatar, estaba comprometido simultáneamente, buscando frenar la escalada de la situación en Gaza. El lunes, Hamas e Israel acordaron detener los bombardeos transfronterizos. Desde el 6 de agosto, los aviones de guerra israelíes han estado bombardeando posiciones de Hamas en Gaza, después de que Hamas enviara globos bomba y varios cohetes sobre la valla fronteriza. Esta paradoja se ha agudizado por el hecho de que, si bien los medios de comunicación elogiaron el vuelo de El Al sobre el espacio aéreo saudí en su camino a Abu Dabi, a la aerolínea nacional de Qatar se le ha prohibido entrar tanto en el Emirato como en el espacio aéreo saudí por un bloqueo que impusieron en 2017. La ayuda financiera de Qatar ha sido un componente importante de una tregua funcional entre Hamas e Israel desde noviembre de 2018. Sin embargo, por su discurso de paz, los EAU son ampliamente considerados el principal arquitecto de la estrategia para aislar a Qatar, precisamente por su papel de facilitar las treguas entre Hamas e Israel” (ídem).
Norberto Malaj
02/09/2020
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