domingo, 27 de septiembre de 2020

“Sicarios del monte”

Durante el mes de agosto se produjeron, como ocurre cada año, varios incendios que afectaron a la región del Valle de Punilla. El saldo fue la pérdida 45.000 hectáreas de monte nativo. Conversamos con Liliana, asambleísta del Norte de Punilla, sobre las causas de estos incendios; el desempeño del Estado en la prevención y el combate del fuego; y la forma en que se organizan los vecinos frente a esta catástrofe ambiental. 
 “Igual que en el resto del mundo, en el Amazonas y muchas otras provincias argentinas, los incendios son una forma de depredación que utiliza el sistema extractivista (las mineras, los agronegocios, los lobbies inmobiliarios) para abrirse camino eliminando el monte nativo y la selva. Su objetivo es continuar con negocios especulativos que destruyen nuestro ecosistema. En Punilla, concretamente, lejos de vincularse con la ´mala suerte del clima seco´, que fue lo que declaró el gobernador de Córdoba, el 99% de los incendios son intencionales. Ahora estamos haciendo estudios sobre los incendios de años anteriores, y vemos que se quema una zona y, simultáneamente, se han ido aprobando proyectos para construir barrios privados, sobre todo en el Sur de Punilla. De esta forma, la destrucción del monte justifica la autorización y la habilitación por parte de los intendentes para nuevos emprendimientos inmobiliarios y megaobras viales como la Autovía de Montaña. La mayoría de los incendios se provocan sobre zonas rojas y amarillas, las cuáles por ley deben mantenerse en la misma calificación de suelo, es decir, aunque el bosque nativo este quemado, sigue siendo bosque, y tiene que seguir permaneciendo en zona roja o amarilla*. Hace unos años, el pueblo de Punilla, en lo que se llamó el ´Punillazo´, impedimos que se ´tajeara´ la montaña para hacer una autovía. Sin embargo, muchísimos de los incendios coinciden con los recorridos de la obra. En el norte de Córdoba, en donde el fuego fue devastador, destruyendo más de 35.000 hectáreas, hace muchos años que los vecinos defendemos la Ley de Bosques, contra la propuesta que tenía el agro, de traer la ganadería, que, a su vez, va siendo ´corrida´ por el cultivo de soja. Por esto, nos hemos negado a cualquier modificación en la Ley de Bosques, y por eso también se da esta ´liberación de espacio´ en la zona norte, que es terriblemente sospechosa y se vincula con el nuevo proyecto chino de establecer megagranjas de producción de cerdos.”
 “Tanto los vecinos como los bomberos, coincidimos en que el 99% de los incendios son provocados intencionalmente. En más que probable que no se trate de negligencia, ni de un cigarrillo que se arrojó, ni de algo accidental. Por el contario, son provocados por alguien, que va y enciende, en un período de sequía. Y creemos que esa persona que lo enciende no es el autor intelectual, sino que responde a otras personas que le pagan para generar un incendio, siendo los autores materiales una especie de ´sicarios del monte´”.
 “Creemos que Juan Schiaretti, al igual que los gobernadores de otras provincias, tienen una connivencia con los intereses privados orientados a desmontar. Por ejemplo, las dotaciones de bomberos, que, por supuesto, son grandes héroes que ponen el cuerpo y trabajan incansablemente, reciben la orden de preservar sólo las viviendas. Hay muy pocos bomberos forestales. Son los brigadistas, vecinos que no pertenecen al cuerpo de bomberos, los que se meten al monte para intentar parar el fuego. Los incendios suelen producirse simultáneamente en distintos puntos de la provincia. Aquí en el norte, durante 8 días ardió el monte nativo, y solo los vecinos y los bomberos quedamos luchando contra el fuego. Fue notable la ausencia de ayuda del Estado. Incluso, el día más peligroso, fue cuando el fuego llegó a la localidad de Copacabana. Allí los vecinos han denunciado al Estado por el abandono total que sufrieron, y la consecuente destrucción de todos sus bienes y sus viviendas. O sea, ahí se nota la existencia de un plan macabro para que miles de hectáreas de monte se quemen.” “El pueblo de Punilla, igual que el de Sierras Chicas, tiene una tradición de lucha. De lucha en contra del desmonte, por la aplicación de la ley de bosques, por un ordenamiento territorial con participación ciudadana. Nosotros, en gran medida, vivimos del turismo. El agua ya es escasa para los vecinos. Vivimos denunciando que no es posible ampliar la población de forma no planificada y sin los servicios adecuados. Vemos que se siguen aprobando más construcciones, esto afectaría el volumen de agua de las napas. Queremos que se respete nuestro ecosistema y para ello es fundamental la defensa del Monte Nativo porque de esto depende nuestra salud y nuestra vida.” 

Ángel Caruso
 26/09/2020

 *La Ley de Bosques N°9814, del año 2010, que aún no fue reglamentada. La norma clasifica las zonas de bosques en tres clases, verde, amarilla y roja, siendo las dos últimas restrictivas para los emprendimientos productivos agroganaderos.

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