El New York Times (NYT) vaticina que Trump no va a aceptar el resultado electoral, presumiblemente negativo, y reclama una movilización social en su contra, para apartarlo del cargo. Trump en una entrevista había dicho que “perder no es una opción”. Para el diario neoyorquino “está en juego la propia existencia de la República”.
NYT dice que Trump puede declarar victoria en la noche de las elecciones del 3 de noviembre sin contar los votos por correo (el 40% según estimaciones) aunque “es probable que esos votos sean abrumadoramente para Joe Biden” (3/9). Trump denuncia la posibilidad de fraude, y propuso posponer las elecciones en varias oportunidades. Amenazó con retener los fondos de los estados que intentan facilitar el voto y redujo gastos del Servicio Postal, esenciales especialmente en una pandemia. Los Republicanos pasaron leyes de identificación de votantes y recortaron el número de lugares de votación contra negros, latinos, asiático-americanos, y los votantes inmigrantes naturalizados. “El Partido Republicano ha delegado a 50.000 ‘observadores electorales’ para intimidar a los votantes de las minorías el día de las elecciones”, había dicho The Intercept, una publicación progresista.
Fraude y la militarización
Trump también dio rienda suelta a bandas fascistas, supremacistas blancos y grupos nacionalistas que actúan atemorizando a manifestantes en diferentes ciudades. Su intención, sigue The Intercept, es “arrojar dudas sobre los resultados de las elecciones mediante la presentación de numerosas demandas y el lanzamiento de investigaciones federales y estatales coordinadas, incluida la interferencia extranjera...”. “La campaña de Joe Biden está reclutando abogados, no organizadores, y el propio Biden ha expresado una confianza equivocada en que los militares "escoltarán [a Trump] de la Casa Blanca con gran rapidez" el Día de la Inauguración”, concluye The Intercept.
El NYT informa que “Según una investigación realizada por Larry Bartels de Vanderbilt, el 50 por ciento de los republicanos y los independientes de tendencia republicana creen que ‘el estilo de vida tradicional estadounidense está desapareciendo tan rápido que es posible que tengamos que usar la fuerza para salvarlo’. Casi como muchos creen, ‘Llegará el momento en que los estadounidenses patriotas tendrán que tomar la ley en sus propias manos’” (NYT, ídem). A esta gente “la crisis revolucionaria les sopla en la nuca”.
En este escenario, “Si Trump reclama una victoria que no es suya, unas cuantas marchas en las calles no serán una respuesta adecuada. Puede que tenga que haber una campaña sostenida de acción cívica, como en Hong Kong y Bielorrusia” (ídem).
Crisis constitucional
El Washington Post afirma que las elecciones son el escenario de una crisis constitucional , por un lado, y de la suba de la violencia política, por el otro. El “colapso democrático” está presente en todos los escenarios: “Exploramos los cuatro escenarios que los expertos consideran más probables: una victoria estrecha de Biden; una gran victoria de Biden, con una ventaja decisiva tanto en el colegio electoral como en el voto popular; una victoria de Trump con una ventaja en el colegio electoral pero una gran pérdida de votos populares, como en 2016; y finalmente, un período de incertidumbre prolongada como vimos en las elecciones de 2000 […]En cada ejercicio, ambos equipos buscaron movilizar a sus seguidores para que salieran a las calles” (WP, ídem).
Los medios ligados a los demócratas convocan una movilización para “defender la democracia” y evitar el fraude de Trump. Pero lo que ignoran es que un sector importante de la población ya está en las calles, movilizada junto a los reclamos de los trabajadores y las rebeliones antirracistas. Las elecciones de EEUU se desarrollan en el marco de una enorme rebelión popular y crisis políticas que plantean la perspectiva de crisis revolucionarias.
Emiliano Monge
08/09/2020
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