Entrevista a Beba Balvé, fundadora del CICSO, a 50 años del II Rosariazo
Mario Hernandez (MH): Has calificado al golpe de setiembre de 1955, no como golpe de Estado, como comúnmente lo hacemos, sino como guerra militar. Para comenzar ¿podrías explicarnos esta definición?
Beba Balvé (BB): El 16 de setiembre de 1955 fue una guerra militar porque además del bombardeo del 16 de junio, para forzar la renuncia de Perón, la Marina se instala frente a la Capital Federal con el objetivo de bombardear los tanques de la destilería de YPF, repitiendo lo que ya había hecho en junio en Mar del Plata. El objetivo era matar cualquier cantidad de gente en la Capital Federal.
Las Fuerzas Armadas estaban divididas, no es cierto que la Libertadora tuviera la mayoría. La mayoría era leal, no la Marina sino el Ejército y la Aviación. Cuando Perón renuncia tuvieron que entregarse, pero eso fue guerra militar, no fue un golpe de estado, no fue un desalojo como el de Illia que hicieron una manifestación de fuerza y renunció. Acá hubo combates.
MH: Una guerra militar, pero también vos hablás, específicamente refiriéndote a la situación en Rosario, de una guerra civil.
BB: Ese es otro problema. Al 16 de setiembre de 1955 siempre se lo vincula con la Libertadora, pero está negado que también se sublevó toda la población de los barrios de Rosario, el 80% de sus habitantes, en defensa de Perón. El Regimiento 11º de Infantería que estaba destacado ahí era leal a Perón aunque no intervino. Mandan blindados a reprimir durante 7 días, prácticamente una insurrección, hubo 400 muertos, pero las Fuerzas Armadas no pudieron entrar a los barrios a sacar los bustos de Perón y Eva Perón.
Todo depende de cómo uno defina el 16 de setiembre de 1955, desde la Libertadora o desde el peronismo. A raíz de esa insurrección Perón declaró a Rosario la capital del peronismo. Te agrego que en relación a los fusilamientos de junio del ’56, el general Valle, líder del alzamiento, estuvo escondido en la Yerbatera Martins de Rosario avalado por la Resistencia Peronista y fue el obispo Antonio Caggiano, que después fue cardenal, el que lo convenció de que se entregue y después los fusilaron a todos.
El Segundo Rosariazo
MH: Arrancando la segunda quincena de setiembre de 1969, más precisamente el día 16 se vuelve a producir en Rosario un enfrentamiento entre los sectores populares y las FF. AA. con características similares a las de 1955, el denominado Segundo Rosariazo del cual poco se habla, no se lo recuerda, se sigue pensando que hubo un solo Rosariazo, el que precedió al Cordobazo en mayo de 1969, siendo que en estas jornadas del Segundo Rosariazo participaron entre 100.000 y 250.000 personas y sólo es recordado en pequeños círculos. ¿Por qué pasa esto con un hecho de tanta importancia y de tanta magnitud?
BB: En la Argentina mucha gente dice que es de izquierda, es más, se declara marxista, pero jamás tomó en cuenta el materialismo histórico, entonces los relatos que hacen de los distintos hechos son puntuales, en el momento, pero no tienen capacidad para vincularlos a los procesos para encontrar su significación y las tendencias.
Por ejemplo, el 16 de setiembre de 1955, mientras en Buenos Aires se hacía la Revolución Libertadora, en Rosario todo el pueblo se levantó en defensa de Perón. Todo el pueblo íntegro, salvo el centro, encabezado por caballos percherones, en una mano banderas armadas con palos y camisas en señal de descamisados y en la otra una botella de kerosén para quemar las casas que tenían banderas argentinas en adhesión a la Libertadora.
Desde Buenos Aires mandaron al general Bengoa con tanques, tanquetas y blindados. Hubo una batalla campal con 400 muertos como mínimo, estado de sitio, toque de queda y a partir de allí la ciudad de Rosario con su clase obrera industrial, masiva, vinculada a la producción de medios de producción, desde el cordón de San Lorenzo con YPF hasta Villa Constitución con el acero, se levantó en defensa de Perón. Eso generó una Resistencia Peronista muy dura que estaba escondida en la Escuela Basilio, que era una organización secreta muy importante. Todo el movimiento obrero, los hijos de los que lucharon el 16 de setiembre de 1955, que casi todos eran dirigentes obreros, delegados de fábrica, etc., son los que a lo largo del tiempo siguen luchando en defensa de las conquistas obreras con una total ortodoxia a Perón. En Rosario no había segunda, tercera generación, peronistas modernos, eso no existía. Lograron colaborar con los estudiantes en el Primer Rosariazo del 23 de mayo de 1969 junto con los curas del Tercer Mundo. Luego esa energía fue a Córdoba y produce el Cordobazo, después vuelve, ¡oh, casualidad!, el 16 de setiembre de 1969 donde el movimiento obrero organizado sindicalmente y todos los barrios alzados de la ciudad hacen un gran movimiento insurreccional enfrentándose con las Fuerzas Armadas.
Hace décadas que advierto que el Cordobazo no tiene ninguna significación si no se lo pone en el ciclo de luchas del ’69 que parte del Rosariazo de mayo. Lo sigue a los 7 días el Cordobazo y continúa con la insurrección de Rosario del 16 de setiembre conducida por el proletariado industrial.
Así como en 1955 las Fuerzas Armadas con sus tanques jamás pudieron entrar a los barrios a sacar los bustos de Perón y Evita, tampoco pudieron entrar en setiembre de 1969 porque se levanta toda la clase obrera. Rosario tiene una particularidad, la lucha tiene carácter insurreccional e incorpora a los barrios, a los chicos, los abuelos, los perros y demás y ahí tenés una sublevación que no podés atacar porque los tenés que matar a todos, o sea, las ¾ partes de la ciudad.
MH: Aunque hubo emplazamiento de cañones.
BB: De todo. En esos años, nosotros estábamos acostumbrados a convivir con los tanques. Toda la vida. Acampaban en el Parque Independencia y siempre estaban en operaciones. La cuestión es que la lucha más radicalizada del movimiento obrero de todo el país se da en Rosario. Allí hacen una declaración en la cual demuestran que los militares son “desocupados crónicos” y rompen la alianza con la burguesía industrial por haberlos traicionado y al gobierno de Perón. Las Fuerzas Armadas declaran por primera vez “el enemigo subversivo” que era la clase obrera, no la pequeño burguesía, y la clase obrera declara a su vez enemigas a las Fuerzas Armadas porque también habían traicionado la alianza con Perón.
MH: Casualmente ayer estuve viendo “Operación Masacre” la película de Jorge Cedrón, relacionada con los fusilamientos de junio de 1956, quien en el relato habla de cómo las Fuerzas Armadas tienen como enemigo al trabajador, al obrero peronista.
BB: En 1976 el grueso de los muertos y desaparecidos no son de clase media o de la pequeña burguesía sino delegados de fábrica, militantes sindicales. Todo se tergiversa porque nadie se maneja con fuentes fidedignas. Si agarrás los diarios de la época te das cuenta cuál fue el problema. El 16 de setiembre de 1969, los trabajadores rosarinos lanzaron el programa y la meta y por eso pasaron a ser enemigos. Fijate vos que una delegación la CGT de Rosario viaja a Buenos Aires a entrevistar a Miguel Gazzera de las 62 Organizaciones y le pide continuar con la lucha con un paro el 1 y 2 de octubre y paro activo y movilización para el 17. Entonces el general López Aufranc visita a Gazzera y le dice: “Preferimos matar 3.000 negros el 1 y 2 de octubre y no 30.000 el 17”. Eso está en los diarios, no podemos andar descubriendo la historia todos los días. La gente se maneja por la memoria, pero falla, lo que vale es la historia.
La conceptualización de “enemigo subversivo” y la cifra de muertos, a la que nadie prestó atención, los militares ya la tenían dibujada y diseñada en 1969 y después se aplicó en 1976.
Mario Hernandez
*Beba Carmen Balvé (1931-2009), investigadora y socióloga. Fundadora del CICSO (Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales) en 1966. Autora, entre otros, de Lucha de calles. Lucha de clases, El '69 Huelga Política de Masas (Rosariazo, Cordobazo, Rosariazo) y el póstumo Poder-Guerra. Argentina acerca de la cuestión nacional (CICSO, 2009).
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