lunes, 7 de enero de 2019
El sindicalismo K comienza el año ´bancando´ a Macri
Yasky plantea cancelar huelgas por todo el 2019.
El sindicalismo cristinista –amigo del poder y alimentado a su sombra– acaba de brindar al gran capital y al régimen del FMI-Macri y los gobernadores un seguro en favor de profundizar el actual ajuste contra las masas: anunció que “evitará” los paros durante el año electoral. La excusa, que el gobierno no utilice la confrontación con los gremios como estrategia de cara a las próximas elecciones (Clarín, 1/01/19), según Hugo Yasky.
Los dichos de Yasky están en sintonía con las declaraciones de su compañero de bancada en la Cámara de Diputados, Axel Kicillof, que viene dando garantías al gran capital de que el kirchnerismo-pejotismo será un severo custodio de la gobernabilidad –como fue hasta ahora– en caso de que accediera al poder luego de octubre. Mientras el ex ministro de Economía declara que respetará el pacto con el FMI, Yasky por su parte erradica las huelgas del horizonte próximo, agudizando la contención contra el movimiento obrero en 2019, un planteo que viene para quedarse, en especial si el PJ llega a la presidencia. La postura de Yasky, si bien a título personal, refleja la de toda la dirección sindical K y filo K.
Las “protestas contra el tarifazo” que las CTA de Yasky y Michelli anunciaron junto a Camioneros no configuran ningún planteo de lucha. Se limita a una marcha de aparatos de 9 de Julio hasta el Congreso, que se encuentra de receso, evitando una convocatoria a Plaza de Mayo, centro del poder político. Una puesta similar se repetirá en tres ciudades del interior durante el verano. Asimismo, este bloque presentará “acciones judiciales” contra el tarifazo, en la línea de lo anunciado por los intendentes del PJ. Esto es que impugnarán que no se hayan realizado –hasta el momento– las audiencias públicas que prescribe la ley, si bien éstas nunca han servido para frenar ningún aumento si no, por el contrario, para viabilizarlos.
La CTA de los Trabajadores y el Frente Sindical por el Modelo Nacional de Moyano y Palazzo protagonizaron el último paro general –junto a los gordos de la CGT– en setiembre del 2018. Yasky declaró que sólo podría quebrarse la norma de no parar si el gobierno asume “alguna provocación”, de lo que se deduce que el tarifazo anunciado y los masivos despidos en curso los ha considerado una defensa del bien común. Yasky denuncia que el macrismo utiliza la delimitación con el sindicalismo "debido a la imagen de los dirigentes" gremiales como parte de una estrategia electoral para "tapar el drama económico" (ídem). Yasky podría ponerse traje y corbata para “mejorar su imagen”, pero la consideración popular sobre la burocracia que ha entregado todo tipo de luchas y se ha enriquecido a expensas de los sindicatos no mejorará un ápice.
A dónde está, que no se ve…
El sindicalismo kirchnerista-pejotista de Yasky, Baradel, Palazzo o Catalano (Moyano se acopló después, tras haber llamado a votar por Macri en 2015) ha dejado pasar todos los ataques desde el minuto uno del gobierno de Cambiemos.
Decenas de miles de despidos estatales, paritarias a la baja, entrega de la paritaria nacional docente, cierre de la paritaria bonaerense por decreto, cierre de escuelas y de ramas enteras de la educación, robo de la jubilación de los trabajadores del Banco Provincia, derrumbe edilicio de las escuelas que costó la vida de dos compañeros. En fin, una lista interminable. Sin embargo, desde el ascenso de Macri, el sindicalismo K han pretendido encabezar un “frente ati-Macri” aunque en los hechos, no hizo otra cosa que garantizarle la contención del movimiento obrero, disolviendo cualquier plan de lucha.
En el gremio docente, la estrategia de ir de paros aislados ha servido para evitar la huelga general. En el 2017, cuando según Ctera 400.000 docentes nos movilizamos a Plaza de Mayo en defensa de la paritaria nacional y existía una rotunda huelga en todo el país y especialmente en la provincia de Buenos Aires, ese mismo día, Sonia Alesso levantó inconsultamente las medidas de fuerza, como lo hizo Baradel en Buenos Aires, dosificando medidas aisladas que le permitieron a Vidal absorber el conflicto.
Los sindicatos K y sus aliados dilapidaron las energías de lucha de los trabajadores porque eran conscientes de que un triunfo de esas huelgas hubiera herido de muerte el plan de guerra de Macri y de los gobernadores –incluida Alicia Kirchner, ajustadora de Santa Cruz– y abriría un rumbo en la lucha por acabar con el gobierno de Macri. La última gran entrega fue el levantamiento de la histórica huelga docente universitaria, aislando a los huelguistas de la Conadu (H) que continuaron de paro.
En aras de pavimentar un recambio patronal y ajustador en manos del PJ, están dispuestos a comerse todos los sapos, sapitos y sapotes que sean necesarios. Si hay algo que pueda considerarse precisamente una “provocación”, es esta convocatoria de Yasky a evitar los paros en el marco de un tarifazo brutal, de una carestía creciente y de un proceso de despidos cada vez mayor.
Un debate en la Multicolor
El renuncio de Yasky, sin que nadie se lo haya pedido, es el compromiso de un acuerdo de entrega del salario y de la educación pública en todo el país, de entierro del No Inicio, que deberá ser organizado y garantido por los sindicatos y seccionales opositoras a la Celeste de Sonia Alesso, Baradel y Cía.
Un sector de la Multicolor se ha sumado a la política del “no nato” Frente Anti Macri”, que ha devenido siempre en lo contrario. Los resultados de ese acercamiento a la burocracia sindical K no fueron positivos para los trabajadores.
¿Se puede avalar desde una postura antiburocrática y de lucha la proclamación de la autoeliminación del derecho de huelga desde el dirigente máximo de una central obrera?
Congreso Nacional de Tribuna Docente
En los días 16 y 17 de febrero, Tribuna Docente realizará su XI Congreso Nacional. Allí debatiremos la necesidad de poner en pie un curso de acción que, ante el defol conscientemente declarado de parte del yaskysmo, coloque todos sus esfuerzos para organizar el No Inicio por todas nuestras reivindicaciones.
A diferencia de lo que predican Yasky, Alesso, Baradel y Catalano, los trabajadores no podemos soportar ni una provocación más de parte de Macri y todos los gobernadores. Invitamos a todos los compañeros y compañeras de la Multicolor en sus diversos lugares a tomar esta tarea defendiendo el frente único de clase que nos ha permitido recuperar decenas de seccionales y sindicatos provinciales bajo el compromiso de defender en forma inclaudicable los derechos de nuestros compañeros.
Daniel Sierra
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