viernes, 18 de enero de 2019
Cinco claves sobre el encuentro entre Macri y Bolsonaro
Los puntos principales que dejó la reunión del nuevo eje de la derecha sudamericana.
Finalmente, llegó el día. Brasilia, la capital del país vecino, fue el escenario en el que se encontraron el ultraderechista Jair Bolsonaro, que acaba de asumir la presidencia del gigante sudamericano, y el presidente argentino Mauricio Macri.
A continuación, las cinco principales claves para entender lo que allí se discutió.
1) Con la asunción del nuevo presidente brasileño, se confirma un nuevo eje de la derecha sudamericana. “Tenemos muchas coincidencias con Bolsonaro”, dijo Macri al término de la reunión. Ambos presidentes buscarán redoblar sus ataques sobre el pueblo trabajador de la región. Reformas previsionales, entrega al capital financiero, ajustes fiscales, discriminación, privatizaciones en el caso de Brasil, y represión, entre los principales lineamientos de ambos gobiernos. Para enfrentar esos ataques se tienen que preparar los trabajadores, las mujeres y la juventud de Sudamérica. En un caso, contra un Gobierno que recién empieza. En el otro, contra uno que ya lleva a cuestas una fuerte crisis pero sigue aplicando los planes del FMI.
2) A pedido del imperialismo estadounidense, uno de los primeros focos de ataque del eje Bolsonaro-Macri es Venezuela. Al finalizar el encuentro entre los dos presidentes, Macri afirmó que “estamos de acuerdo respecto a la crisis de Venezuela. No hay dudas respecto a que Maduro es un dictador”. De este modo, el golpista Bolsonaro, que reivindica la dictadura militar brasileña, y el presidente Macri, cuya familia hizo fortunas de la mano del genocidio argentino, se arrogaron la potestad de cuestionar el régimen político venezolano. Siguen los pasos de Estados Unidos, que el pasado fin de semana emitió un comunicado llamando a conformar un nuevo Gobierno en ese país. Al contrario de ellos, la izquierda revolucionaria en Venezuela, que es firme opositora de Nicolás Maduro y sus ataques en el marco de la la crisis, plantea una política para que la situación política no sea aprovechada por la derecha.
3) Planes de mayor apertura al capital financiero. A pesar de que la economía argentina está sumida en una profunda crisis, con recesión, récords de inflación, aumento de la pobreza y una crisis de deuda en el horizonte, Bolsonaro aseguró que Brasil ve “con interés y admiración los esfuerzos de Macri por levantar la economía argentina e integrarla al mundo”. Se trató de una confirmación para el pueblo brasileño de lo que tendrá que enfrentar contra el ultraderechista en el Gobierno. En ese camino, también se habló de acuerdos comerciales y mayores concesiones al capital financiero internacional. Al respecto, Macri detalló que “vamos a impulsar nuestras economías, a mejorar al Mercosur y a abrirnos al mundo”. Dentro de ese marco se inscriben las negociaciones con la Unión Europea. Este aspecto del encuentro, para el Gobierno argentino, se trató de un alivio, por las dudas sobre la importancia que dará Bolsonaro al Mercosur. Para el pueblo trabajador de la región fue otra mala señal respecto de lo que viene.
4) Demagogia y uso político de las “luchas” contra la corrupción y la “inseguridad”. “Combatir el narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de activos”, fue otro de los acuerdos de la reunión. De las delegaciones de ambos países participaron funcionarios como Patricia Bullrich o Sergio Moro. Mientras que la ministra argentina está desplegando una política de mano dura no solo para criminalizar la protesta y la pobreza sino también como demagógica y derechista campaña electoral (a falta de buenas noticias económicas), en el caso del brasileño se trata del juez clave del proceso Lava Jato, que demostró ser una operación política para abrir paso a la elección más antidemocrática de la historia de Brasil después de la dictadura (proscribiendo a Lula) y al triunfo de la derecha. A su vez, Bolsonaro viene hablando de la posibilidad de instalar una base militar en Brasil y la habilitación de portar armas como parte de su política de mano dura.
5) Por último, hay que señalar que en ambos casos estos derechistas han logrado avanzar hasta acá por el rol pasivo de sus principales opositores. En Brasil, el PT y la central sindical que dirige, la CUT, dejaron pasar sin lucha seria el golpe contra Dilma Rousseff, los ataques de Temer y las elecciones fraudulentas en las que se proscribió a Lula. En Argentina, el peronismo y el kirchnerismo, que tienen mayoría en el Congreso Nacional y dirigen las centrales sindicales, dejaron que avancen la entrega al FMI, los tarifazos y el aumento de la pobreza. Solo esperan a las elecciones, la misma estrategia que usó el PT en Brasil y ya fracasó. De cara a los nuevos ataques que vienen, para los trabajadores, las mujeres y la juventud se trata de encarar nuevos caminos para la resistencia, y dar pasos urgentes en la construcción de un partido unificado de la izquierda obrera y socialista, con un programa para que la crisis la paguen los capitalistas, única vía realista para enfrentar a la derecha.
Fernando Scolnik
@FernandoScolnik
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