miércoles, 20 de noviembre de 2013

Kiki Lezcano: sigue la lucha ante la justicia

El principal imputado por los asesinatos de Kiki Lezcano y Ezequiel Blanco, el ex federal Daniel Santiago Veyga, fue sobreseído. Luego del fallo, la familia de Kiki Lezcano decidió apelar y continuar en las próximas instancias. A su vez, se preparan para iniciar una posible denuncia en la Corte Interamericana de Derechos Humanos por denegación de la justicia.

El miércoles 23 de octubre el Juzgado de Instrucción Nº 24 de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del juez Juan Ramos Padilla, sobreseyó por segunda vez a Daniel Santiago Veyga, integrante de la brigada de la comisaría 52 y el principal imputado de asesinar a Jonathan "Kiki" Lezcano y Ezequiel Blanco. En el fallo que trascendió, y al que se pudo tener acceso en estos días, el juez argumentó que el sobreseimiento se daba "en beneficio de la duda" por no tener los elementos suficientes para procesar a Veyga y llevarlo a juicio.
Para Angélica, madre de Kiki, Veyga representa al asesino de su hijo. En diálogo con Marcha afirmó que seguirá "hasta las últimas consecuencias por la memoria de Jonathan y Ezequiel y por todos los pibes que mueren diariamente bajo el gatillo fácil".
Ramos Padilla realizó una detallada explicación sobre los elementos por los cuales no puede esclarecerse el crimen de los chicos. En un pasaje del fallo titulado "Sobre el fracaso de la Justicia" marcó todas las irregularidades que atravesó la causa desde el primer momento y que no le permitieron comenzar un proceso contra el imputado.
Algunos ejemplos son: la destrucción de pruebas fundamentales, tales como la ropa y la gorra que tenían puesta, y las armas que supuestamente llevaban ese día los chicos, que quedaron a cargo de la comisaría Nº 12. A la hora del pedido de las pericias, se argumentó que no podrían realizarse porque se habrían perdido en una inundación en 2011. Estos últimos hechos trascendieron recién en 2013 y han desencadenado en una causa paralela a la investigación del asesinato de los chicos, para determinar qué fue lo que pasó y por qué no se cumplió con el cuidado de esos elementos.
Casi al final del fallo, el juez remarca la ineficiencia de la justicia frente a estos casos que comprenden a los pibes pobres de los barrios más humildes y cómo opera todo un mecanismo de encubrimientos para que no puedan esclarecerse, ya que están implicadas directamente las fuerzas de seguridad. En ese sentido, la garantía de la igualdad ante la ley no existe, porque si los chicos hubiesen provenido de las capas medias-altas el debido proceso se hubiera realizado en tiempo y en forma y hubiera trascendido en los grandes medios por tratarse de un tema de "inseguridad".
Kiki Lezcano (17) y Ezequiel Blanco (25) salieron el 8 de Julio de 2009 de sus casas y partir de ese momento estuvieron desaparecidos hasta el 14 de septiembre. Ese día, se comunicaron desde el juzgado con Angélica, la mamá de Kiki, para avisarle que habían encontrado a los chicos y que estaban enterrados en una fosa en el cementerio de Chacarita como NN.
Cabe destacar que Veyga ya fue sobreseído antes. En primera instancia la investigación quedó a cargo del juez Facundo Cubas del Juzgado de Instrucción Nº 49 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Veyga presentó un escrito y se adjudicó el asesinato de los chicos, argumentando que había sido un acto de legítima defensa porque Kiki y Ezequiel querían robarle el auto. La causa fue titulada como "robo de automotor con dos delincuentes abatidos". Cubas decidió cerrar la causa sin dejarle lugar a la familia de presentarse como querella. Al mismo tiempo, sin iniciar una mínima investigación, sobreseyó a Veyga por considerar que su accionar estaba enmarcado en la "legítima defensa". Ese mismo juez fue quien dictó la orden para enterrar a Kiki y Ezequiel como NN cuando el cuerpo ya había sido reconocido.
En la declaración que prestó Angélica el 15 de octubre de este año en Tribunales, una de las últimas pruebas que presentó fue una foto de cuando ella tuvo que ir a reconocer a los chicos al cementerio, donde se veía las marcas de huellas dactilares en los dedos de Kiki y de Ezequiel, lo que demuestra que ya estaban reconocidos de antemano. Ese accionar tejió un encadenamiento de violencias que tuvo que atravesar la familia durante 4 años en los que han sufrido amenazas y hasta la misma Angélica ha sido víctima del armado de causas ficticias para amedrentarla.
El 21 de noviembre de 2012, la Sala IV de la Cámara Nacional de Casación Penal resolvió revocar el primer sobreseimiento de Daniel Santiago Veyga. Ademas, se dispuso apartar de la causa al juez Cubas y a los camaristas de la Sala VII de la Cámara Nacional Criminal y Correccional, quienes habían confirmado el fallo del juez.
Una vez reabierta la causa, Ramos Padilla llamó a declarar a todas las personas que estuvieron involucradas el día del asesinato de los chicos: policías, médicos forenses, trabajadores del SAME. Por primera vez, dio lugar para presentar las pruebas que la familia y los abogados consideraban pertinentes. A su vez, llamó a indagatoria a Veyga, el cual siguió argumentando la legítima defensa y casi al final planteó un cuestionamiento hacia el rol del Estado, ya que luego de asesinar a los pibes, desde la fuerza, se lo premió ascendiéndolo de posición, lo cual vuelve a demostrar cómo accionan las instituciones frente a un caso de gatillo fácil.
El caso de Kiki y Ezequiel se volvió emblemático porque logró romper el cerco mediático, que cubre con un manto de silencio los casos de gatillo fácil y que al mismo tiempo crea la figura del "pibe chorro", estigmatizando a la juventud y creando en la sociedad el discurso de la exigencia de más mano dura atacando a los eslabones más débiles. Se orienta el discurso de la inseguridad hacia las capas medias, para aumentar esta estigmatización, sin pensar en las inseguridades que se viven en los barrios más humildes, como las carencias estructurales que se tienen, la denegación al acceso de servicios vitales para la vida como la salud, como la educación.
La familia y los abogados ven con buenos ojos este fallo judicial pese a la absolución de Veyga, ya que sienta un precedente político importante por el contenido. Aún así, decidieron apelar, continuar hacia las próximas instancias y lograr sentar en el banquillo a Veyga.

Florencia Hartman.

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