Este 29 de mayo se cumplen 53 años del Cordobazo, la huelga política de masas que año a año se recuerda por ser una fenomenal rebelión popular, dirigida por la clase obrera, que bajo el canto de “luche, luche, no deje de luchar por un gobierno obrero y popular”, presentó un planteo de poder que marcó toda una etapa de levantamientos populares.
El Cordobazo marcó un antes y un después en la historia de la clase obrera, puesto que puso fin a una etapa signada por una ofensiva de las patronales y su Estado. Es que la rebelión del 29 de mayo fue el resultado de una maduración de las luchas libradas por la clase obrera, que la burocracia sindical boicoteó, llevando a la derrota a un movimiento obrero. Así las cosas, lxs trabajadores fueron realizando una experiencia sindical y política.
Por esa experiencia decimos que fue un proceso consciente de la clase obrera, que se fue templando al calor de una etapa de luchas y rupturas de un activismo sindical y estudiantil. Se fue formando una vanguardia de la clase obrera que fijó un rumbo imparable para la dictadura de Ongania, al punto que tuvo que huir en retirada hacia una salida democratizante.
La acción independiente de la clase obrera terminó por superar a una burocracia sindical, partiendo de un paro general activo que fue arrancado por la lucha de la base obrera. Aun cuando “la dictadura alentó la formación de un bloque sindical adicto, los llamados ‘participacionistas’, con los cuales pretendió montar un Congreso normalizador de la CGT para fines de marzo de 1968”, según publicó Prensa Obrera en una nota firmada por Luis Oviedo.
“Pero para esta fecha las divergencias dentro de la burguesía y dentro del ejército habían modificado en parte el panorama inicial: ante la evidencia de que serían minoría, los ‘participacionistas’ no concurrieron y la conducción fue asumida por un bloque democratizante que respondía a un cambio de política de Perón, con Raimundo Ongaro como secretario general. Los vandoristas, en minoría, se retiraron y formaron la ‘CGT de Azopardo’ junto con los ‘participacionistas’. La CGT surgida del Congreso Normalizador fue denominada ‘de los Argentinos’ y contaba, además del apoyo de Perón, con el radicalismo, el PC y la naciente izquierda foquista”, describe la citada nota, titulada “El Cordobazo”.
Es decir que la clase obrera enfrentó políticamente a un régimen dictatorial, con una huelga política de masas que bajo la dirección de lxs trabajadores levantó a todo un movimiento popular, que terminó superando a la burocracia sindical. Además, lxs estudiantes de la época jugaron un rol importante en aquella jornada que quebró el aparato represivo del Estado.
Cincuenta y tres años después el conjunto de la burocracia sindical apoya a un gobierno “nacional y popular” que firmó junto a la derecha de Cambiemos un pacto colonizador con el FMI. Este acuerdo gravoso está empobreciendo a la clase obrera al ritmo de una inflación imparable, tarifazos en los servicios públicos, modificaciones en convenios colectivos de trabajo, en definitiva, un ataque en regla a las familias trabajadoras, que tiene a las conducciones sindicales peronistas como sostén de un ajuste feroz contra el pueblo trabajador.
La tarea de poner en pie en los gremios direcciones que respondan a los intereses de lxs trabajadores cobra enorme vigencia. Esta orientación tiene un ejemplo concreto en los sindicatos recuperados, como el Sutna, que representa una continuidad histórica de aquella experiencia política de mayo del 69 que se levantó contra la burocracia sindical.
Hoy al calor de la lucha piquetera se va forjando una vanguardia obrera y popular. En ese sentido la Marcha Federal marcó un rumbo para la clase obrera. Desde una plaza de Mayo colmada se planteó el estratégico planteo de plan de lucha paro general, para unir los reclamos del conjunto de la clase obrera, y quebrar la contención de la burocracia sindical.
En ese sentido, el Partido Obrero, el Polo Obrero, y el conjunto de las agrupaciones reunidas en la Coordinadora Sindical Clasista, se encuentran impulsando una campaña por el paro general. Esto con la perspectiva de derrotar el ajuste, y producir un giro en la situación política a favor de la clase obrera.
Hay que tener en cuenta que cuando planteamos plan de lucha, congreso de delegados de base, paro general lo hacemos en la perspectiva de poner en pie a la clase obrera para alterar la situación política, poniendo a lxs trabajadores al frente de una rebelión popular que termine con este régimen al servicio del FMI.
La experiencia del Cordobazo, es decir de la clase obrera liderando la rebelión popular con un planteo de poder, resulta fundamental para la actual situación. Su vigencia es incuestionable.
Osvaldo Nin
No hay comentarios:
Publicar un comentario