jueves, 29 de julio de 2021

Los números del ajuste

En medio de la crisis humanitaria. 

 Los medios internacionales no dejan de destacar la reducción del déficit primario que lleva adelante el Gobierno Nacional y, en particular, por el Ministro de Economía, Martín Guzmán. "En el primer semestre el rojo fiscal fue de 0,5% del PBI, así, el primer semestre acumuló un déficit primario de $208.098 millones (0,5% del PBI) y un déficit financiero de $514.005 millones (1,3% del PBI). La meta anual es del 4,2% y 5,7% del PBI” (Clarín, 21/7). Con independencia del ajuste que impone la inflación sobre un presupuesto devaluado, la reducción del déficit no alcanza a los acreedores internacionales y al FMI, sino solamente a trabajadores y jubilados. 
 Contradictoriamente, el achique del gasto público se da en medio de un crecimiento de la recaudación: "Por el lado de los ingresos, el sector público recaudó en junio $766.680 millones (90,3% interanual), incluyendo unos $100.000 millones del aporte solidario a las grandes fortunas. Los recursos tributarios crecieron 71% respecto a junio del año pasado, impulsados por las retenciones y los precios de la soja, el IVA, Bienes Personales, débitos y créditos bancarios y Ganancias. "Si se compara con el ritmo de la inflación, la partida de egresos volvió a licuarse el mes pasado, como viene ocurriendo desde principio de año. "El gasto primario de junio volvió a mostrar una caída real del 6,7% interanual. El gasto total (incluye intereses) cayó el 6,2% interanual real". 
 Además de "pisar el gasto", la política del Gobierno consiste esencialmente en "pisar salarios y jubilaciones": "Así todo, los haberes en junio crecieron 40% respecto del año pasado, 10 puntos por debajo de la inflación." Los acuerdos de los salarios de los estatales se encuentran incluso por detrás de los ajustes que dicta la nueva ley de movilidad jubilatoria. El otro aspecto que explica la reduccción del “gasto” es la eliminación de la auida IFE, como la gran mayoría de los gastos por Covid, han desaparecido del gasto público, a pesar de que la crisis económica y la informalidad se han agravado.
 Los que no fueron pisados fueron los subsidios energéticos: “sumaron $157.000 millones en junio por la asistencia a CAMMESA (111% interanual) y los pagos del programa de Formulación y Ejecución de Políticas de Hidrocarburos (57%). Esto implicó unos $80.000 millones más que en mayo por mayores importaciones de gas, mayores costos y el congelamiento parcial de tarifas”. Es el costo de la postergación del tarifazo para después de las elecciones legislativas. 
 Por otra parte, como ya hemos explicado en otros artículos, el subsidio a las tarifas es un subsidio directo (insumo de energía) e indirecto al capital, porque a la hora de pagar los salarios los capitalistas se valen de tarifas subsidadas para reducir el “costo” de la mano de obra. En definitiva, los subsidios en las tarifas de servicios son una transferencia del presupuesto del Estado a un sector de la clase capitalista.

 Pablo Busch
 26/07/2021

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