EL senador nacional por Tucumán José Alperovich, luego de la denuncia en su contra formulada por su sobrina segunda, no pudo resistir las presiones y terminó pidiendo licencia en la Cámara alta, a pesar que había anunciado que no lo haría.
La denuncia contra José Alperovich por abuso sexual por parte de su sobrina, presentada en los Tribunales Penales de Tucumán y en la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres en Buenos Aires, completa la foto de un hombre que acumuló poder y gobernó la provincia de Tucumán reforzando los agravios contra las mujeres.
Su sobrina ha escrito una carta en la que relata las humillaciones y violencias que recibió en los últimos tres años, con el silencio y complicidad del círculo íntimo del ex gobernador y actual senador del Frente de Todos. Relata el infierno que pasó trabajando para él, los reiterados abusos y la necesidad de contarlo y exigir justicia, tomando como referencia el movimiento de #MiraCómoNosPonemos, encabezado por Actrices Argentinas y Thelma Fardin en su denuncia contra Juan Darthes.
Esta denuncia no es un rayo en cielo sereno. Muestra que, en la vida privada de Alperovich, aplica a su persona lo que hizo en su rol de funcionario. Fue tres veces gobernador de Tucumán, entre 2003 y 2015, utilizando el poder acumulado para aplicar una política de persecución y sometimiento de las mujeres. Fue el jefe de estado provincial de la Tucumán de los casos más resonantes de violencia contra las mujeres y niñas: Marita Verón, Paulina Lebbos, Belén.
Alperovich cuenta en su haber con una denuncia por encubrimiento del femicidio de Paulina Lebbos, por el que fueron condenados ex funcionarios de su gobernación y por el cual él está siendo investigado. Persiguió, amenazó, aseguró saber quién era el asesino y manipuló a fiscales para encubrir a su hijo Gabriel, involucrado en el asesinato de Paulina, en el marco de una fiesta de los hijos del poder.
Como senador, aportó un voto clave contra la marea verde y en defensa del aborto clandestino el 8 de agosto del año pasado. En su provincia, no sólo se obliga a las niñas a ser madres, sino que se persigue a los profesionales de la salud que garantizan derechos -como es el caso de los médicos José Gijena y Cecilia Ousset, acusados en la justicia por haber garantizado la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a Lucía, la niña de 11 años víctima de abuso. Bajo su gobierno se detuvo a la joven Belén, acusada a 8 años de prisión por "homicidio agravado por el vínculo" tras llegar a un hospital con un embarazo espontáneo en curso, luego de una intervención ilegal de los funcionarios del lugar.
Su gobierno reforzó la impunidad de las redes de trata en la provincia tucumana. Otorgó al clan Ale -fuertemente involucrado en el regenteo del negocio de la explotación sexual- oficialmente poder parapolicial, clan que usó ese poder para secuestrar a mujeres como Marita Verón.
Fue el niño mimado de CFK y su gobierno. Sin la impunidad y la acumulación de poder del que goza José Alperovich, no hubiera llegado hasta acá.
Ejerció siempre ese poder sobre la base de un desprecio particular contra las mujeres. Ahora sabemos que vive como gobierna. La hipocresía y la impunidad con la que se manejó siempre lo llevaron a sostener que "yo no hice nada malo. No entiendo por qué entonces debería dar un paso al costado" -para finalmente presentar su licencia al Senado.
El pedido de licencia al Senado es una acción forzada para descomprimir. Reclamamos que se investigue seriamente y luchamos por que haya justicia contra este comprobado opositor a los derechos de las mujeres, violento y misógino. Rodeemos de solidaridad a la denunciante con la compresión de que, si se hace justicia contra Alperovich, nos reforzamos todas las mujeres, de Tucumán y de todo el país.
Romina Del Plá
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