miércoles, 2 de febrero de 2011

Selser, el memorioso


Con la aparición de la obra monumental de Gregorio Selser, Cronología de las intervenciones extranjeras en América, como disparador, Jorge Boccanera se mete en la vida de uno de los mejores periodistas de investigación del país Alguna vez confesó que le hubiera gustado ser poeta o director de orquesta, sin embargo su obsesión se desarrolló justamente en el reverso de esos espacios en que la imaginación convive con espacios de la ambigüedad y el enigma. Porque Gregorio Selser, nacido en Buenos Aires en 1922 y fallecido en México en 1991, desarrolló un quehacer fundamentado en develar lo oculto, mostrar el revés de la trama dando paso a un exhaustivo trabajo de investigación que lo sitúa como un pionero del periodismo histórico.
La reciente publicación en México en cuatro tomos y una guía de su obra monumental Cronología de las intervenciones extranjeras en América, editada por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (Uacm), pone a circular la historia no oficial de la región durante casi tres siglos: 1776–1991. Esta obra que llevó a su autor treinta años de trabajo y resulta una invaluable fuente de consulta, se reactualiza a la luz del debate social. Al develar la trama secreta que subyace en el andamiaje político del continente americano a partir de una gama de presiones que han ido del hostigamiento verbal a la acción directa, la obra de Selser presenta puntos de contacto con las revelaciones de Wikileaks que puso al desnudo los dobleces de los gobiernos estadounidenses. El lingüista Noam Chomsky, quien conocía la labor del periodista argentino –lo calificó de “individuo excepcional”– sostiene que “las actuales filtraciones de Wikileaks son interesantes, primordialmente, por lo que nos aclaran sobre cómo funciona el servicio diplomático”, un doble discurso que revela “el profundo odio a la democracia por parte de nuestros líderes políticos” y los entresijos de una diplomacia encaminada a sostener los intereses de las grandes corporaciones.
Irene, una de las tres hijas de Selser –todas ellas periodistas en actividad– señala que ese punto de contacto es “una información viva, que involucra a los principales personajes y tópicos de la política mundial hoy, en primer lugar a los Estados Unidos y a sus aliados diplomáticos, comerciales y militares. Mi padre estaría como pez en el agua, escudriñando hasta la última línea de las filtraciones de Wikileaks, y estaría preparando un libro sobre lo que ha salido a relucir hasta ahora”.
En su trabajo enciclopédico, llevado a cabo sin los medios de la informática con que hoy trabajan los ciberperiodistas, Selser integró en la Cronología… pasajes de sus libros anteriores, entre los que destacan: El Guatemalazo, El Pequeño Ejército Loco, Nicaragua de Walter a Somoza, El Rapto de Panamá, Reagan, de El Salvador a las Malvinas y Honduras, república alquilada.
Hay que decir que esta Cronología… en cuidada edición con una desgarradora ilustración en portada del pintor ecuatoriano Guayasamín, incluye un DVD que posibilita la búsqueda interactiva del contenido, más un apéndice que hace las veces de guía de uso y presenta otros textos relativos al tema, incluso uno del mismo Selser que data de 1990. Allí, al resumir el proyecto con miras a una posible difusión, escribió: “Con respaldo bibliográfico abundante… comprenderé… una descripción minuciosa y puntual, siguiendo un orden cronológico riguroso, de los distintos hechos y situaciones que jalonaron los procesos intervencionistas de Estados Unidos en el hemisferio desde principios del siglo pasado hasta el presente”. Especifica que se ocupará de señalar: “no solamente las intervenciones armadas francas y oficiales”, sino también aquellas “de carácter político, diplomático y económico en una variada gama de expresiones expansionistas, imperialistas, hegemonistas y neocolonialistas”.
Si bien en este sentido indaga el proceder de países como Inglaterra (apropiación de Malvinas), Francia y España, su obra está mayormente centrada en la política de Estados Unidos, país que, sostiene, pasó en sus inicios de una extensión de 160 mil kilómetros cuadrados a poseer hoy cerca de 9 millones 500 mil kilómetros cuadrados. Entre ambas cifras media un discurso oficial, a ratos desembozado y amenazante, y en otros en una supuesta búsqueda de concordia, y siempre apoyándose en “fundamentos ético–morales y/o religiosos” que van a modelar una retórica enunciada al paso de los años como Destino Manifiesto, Doctrina Monroe, Diplomacia del dólar, etc.
Pone al descubierto, en definitiva, el tejido de intereses políticos y económicos –muchas veces asociados ambos–; la trama fina de la manipulación, el espionaje y las operaciones encubiertas que subyacen en cada maniobra de Estados Unidos, en su afán expansionista que no duda en pasar de la intromisión al bloqueo económico y de la acción encubierta a la invasión.
De La Prensa a Sandino. La carrera periodística de Selser tiene, entre sus antecedentes, la entrada al diario La Prensa en 1955; ubicado en la sección obras y servicios públicos para que no escribiera política. En una entrevista realizada por su hija Claudia en 1989, dijo: “Hasta el último día que trabajé allí, en 1975, ésa fue mi sección, cubría los accidentes de trenes y esas cosas”. Militante del Partido Socialista, corresponsal del semanario uruguayo Marcha y periodista de las agencias noticiosas Prensa Latina (en la Sección Servicios Especiales, dirigida por Rodolfo Walsh) y luego en IPS, contó, en referencia a su poderosa memoria, que “a los nueve años era como una especie de monstruito por mi capacidad para retener las palabras difíciles. Hablaba con un lenguaje que no se correspondía a mi edad… Y a los 15 ya tenía mi propia biblioteca”. Todo ello va en paralelo con su formación autodidacta y los trabajos que debió realizar de joven, que incluyen el de barrendero.
Interrogada sobre los perfiles profesionales de su padre, Irene Selser suma al de periodista, ensayista, historiador y catedrático, el de “humanista”: “Era un hombre extraordinariamente modesto, sencillo, jamás humillaba con su conocimiento; siempre rodeado de jóvenes alumnos tratando de hacer conciencia desde la argumentación y el dato histórico. Sus libros son herramientas para la construcción de la identidad latinoamericana”.
A Gregorio lo conocí en 1976 en Panamá, en el curso de un encuentro de intelectuales latinoamericanos convocado por el general Omar Torrijos, donde se denunciaban las dictaduras del continente. Nos reencontramos en México y la amistad se ensanchó; de mi parte, iba montada en la admiración por su infatigable tarea y sus agudos análisis. Fue en México donde trabajó en la Cronología…, publicó varios libros y escribió numerosos artículos publicados, entre otros medios, en El Día, Proceso y El Financiero. Tras el regreso de la democracia en Argentina, le pedí una nota sobre Haití para la revista Crisis y posteriormente una sobre el narcotráfico en Bolivia que publiqué en la revista Aportes, de Costa Rica. Quizás ese texto, publicado en 1991, haya sido una de sus últimas notas.
Irene subraya, entre los títulos de su padre, el lugar primordial que ocupa su primer libro Sandino, general de hombres libres: “Contribuyó, sin que mi padre lo imaginara siquiera, como una base histórica documental para que en 1961 el también joven intelectual Carlos Fonseca Amador fundara el Frente Sandinista de Liberación Nacional (Fsln), que 18 años después tomó el poder en Nicaragua”.
Y no deja dudas del papel fundante de temas como Guatemala y Sandino: “Fueron el punto de partida. Cuando le pedían que explicara cómo sin viajar a Nicaragua (lo hizo en 1980) había dado con Sandino, explicaba que halló al personaje mítico cuando investigaba el golpe de Estado de la CIA contra Jacobo Arbenz en Guatemala, en 1954. La primera noticia que él tuvo de Sandino, contaba, había sido un recorte del diario La Nación. Su vida se unió para siempre al destino de los nicaragüenses, que siempre le agradecieron haber rescatado a Sandino para su propia historia”.
El archivo Selser. La edición de esta Cronología de las intervenciones extranjeras en América, de más de 2.500 páginas, estuvo a cargo del Centro Académico de la Memoria de Nuestra América de la Uacm. Sus cuatro tomos tienen un marco cronológico específico -1776–1848, 1849–1898, 1899–1945 y 1946–1990-, cada uno precedido por un prólogo a cargo del mismo Selser y los investigadores Toussaint Ribot, Andrés Kozel y Pilar Calveiro, respectivamente.
Ana María Sacristán, responsable editorial de Camena señala que la Cronología… es el primer título de la Colección Archivo Selser, que funciona también en este Centro, y que concentra las numerosas fichas bibliográficas seleccionadas, clasificadas y guardadas a través de los años por Selser y por su esposa Marta Ventura. Agrega que esta obra “única en su tipo”, representativa del metódico trabajo del argentino, entreteje “un panorama de redes y relaciones que se extienden en el tiempo y el espacio” para ofrecer “la posibilidad de comprender la consolidación lógica e identitaria de América latina”.

Jorge Boccanera

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