domingo, 3 de octubre de 2010

Urge crear el Ejército Libertador de Unasur


Creer que lo ocurrido en Ecuador fue una victoria popular es un error. Imaginemos, solo por un momento, que estaríamos viviendo si se hubiese realizado un magnicidio en contra de Correa, si los altos mandos, una vez muerto Correa, tan solo declararan que no permitirán desórdenes en las calles y que ellos “restablecerían” el orden democrático, si el Parlamento sesionara e impusiera una fecha lejana para las nuevas elecciones, si se hubiese comenzado una persecución y matanza de los dirigentes de la revolución ciudadana, si se hubiesen acallado todas las emisoras y medios de comunicación que favorecen la revolución, si estuviéramos, ya hoy, discutiendo el destino de Ecuador en los sacrosantos salones de la OEA, si todo esto hubiera sido el desenlace, si se estuviera masacrando al pueblo en las calles como se hizo en Honduras.
Las fuerzas populares en las calles son una fuerza importante pero no definitiva ni decisoria a la hora de un golpe, por más aguerrido que sea la masa revolucionaria, el poder de las armas con que serían reprimido les impediría tomar de nuevo el poder, eso debemos saberlo a conciencia.
La liberación de Suramérica y aquel Ejército Libertador de Simón Bolívar, ante el coloniaje español, fue indetenible por no existir barreras para traspasar fronteras entre una patria y otra. Es un derecho que debemos rescatar e imponer a la brevedad. La OTAN funciona de ésta forma para que el imperio se defienda, de la misma forma se hace urgente que UNASUR genere la alianza militar entre todos sus miembros para poder enfrentar de forma inmediata cualquier golpe de estado en cualquiera de nuestras patrias.
Los ejércitos de liberación y de defensa del socialismo, además, deben estar conformados no solo por las fuerzas militares, la fuerza del poder popular tiene que tener como defenderse con armas si es atacada con armas, se debe instruir a todo militante de nuestra revolución para que sepa las nociones básicas de estrategia y táctica de combate, hay que generar esta respuesta que asegure una lucha capaz de conseguir victorias o de imposibilitar al enemigo la toma de la explotación militar de nuestros recursos.
Antes que una Venezuela sometida por una invasión norteamericana, debemos estar seguros de poder enfrentarnos con capacidad militar y de poder inutilizar nuestra industria petrolera en cuestión de horas.
De triunfar con su ventaja armamentista, les quedará un país incapaz de producir una gota de petrólero, eso es bueno que ellos lo sepan desde ahora.
En honor al libertador Simón Bolívar se debe crear de inmediato la formación del Ejército Libertador donde por medio de alianzas estratégicas se pueda ir en defensa de cualquiera de nuestras democracias inmediatamente que el imperio se le ocurriese de nuevo intentar un golpe. Esto nos ahorrará las posiciones románticas que eran ya casi las únicas posibles en Ecuador si se hubiese continuado este golpe, en donde varios presidentes sobrevolarían los aeropuertos de Ecuador sin poder aterrizar en ninguno de ellos y donde nos obligarían a seguir la lucha en las instancias internacionales, como sucedió en Honduras. Es preciso que este análisis se haga de forma urgente.
De cada batalla, ganada o perdida, los pueblos deben de inmediato sacar la mayor cantidad de enseñanzas. Así como Chávez ayer comenzó a exigirnos la reaplicación de las tres R al cuadrado, que obviamente implicarán agregar otras R, entre las que se harán necesarias la R de Respuestas y la R de Resultados, así como aclaró que la lucha contra la burocracia y la corrupción debe ser frontal, de igual manera se debe aprender de la experiencia de Ecuador.
Muchos han escrito que lo que sucedió en Quito, probablemente fue un globo de ensayo, que el pentágono estudió todas las reacciones para saber contra que fuerzas se enfrentará de tomar la decisión en breve tiempo de accionar de nuevo el golpe. Ya sabe que las fuerzas militares no se polarizaron a favor de Correa, que se quedaron como esperando órdenes imperiales, ya saben que el pueblo saldrá a la calle en una batalla desigual de balas contra piedras en la que difícilmente se obtenga una victoria y ya vio que Unasur haría un sobrevuelo presidencial.
Dejar el tablero con las piezas en sus mismos lugares es vivir a una jugada del jaque mate imperial, en la demora esta el peligro. Avanzar es la única orden necesaria de cumplir.
Nuestra América no se puede perder, la fuerza de nuestro pueblo debe tener un respaldo armado si es atacado militarmente, es imprescindible crear el Ejército Libertador.

Venceremos.

Raúl Bracho

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