miércoles, 27 de octubre de 2010

Unión Europea no tiene autoridad moral para criticar a Cuba, afirma Canciller


El tema de los cambios en Cuba es asunto de los cubanos y no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos, afirmó hoy aquí el canciller de la isla caribeña, Bruno Rodríguez.En una intervención en el ejercicio del derecho de réplica ante la Asamblea General, el ministro dijo que “cambiaremos todo lo que deba ser cambiado para bien de los cubanos, pero no le pediremos opinión al gobierno de Estados Unidos”.
Escogimos libremente nuestro destino, para eso hicimos una revolución. Serán cambios soberanos no gestos, agregó al responder a delegados norteamericano y de la Unión Europea (UE) durante el debate de una resolución de condena al bloqueo contra Cuba.
Para Estados Unidos lo único suficiente sería instaurar en Cuba un gobierno pro-yanqui, pero eso no va a ocurrir, aseveró.
Rodríguez apuntó que el bloqueo es un acto de guerra económica y de genocidio que viola todas las convenciones sobre la materia, como la de genocidio.
Rebatió lo dicho por el representante de Washington y subrayó que las razones de Cuba no son argumentos ideológicos del pasado y que el bloqueo es un viejo témpano que queda de la guerra fría.
“El asunto no es la retórica sino la agresión al pueblo cubano”, sentenció y agregó que “si se quisiera ayudar o apoyar al pueblo cubano (como señaló el funcionario de Estados Unidos) lo único que hay que hacer es levantar el bloqueo”.
El ministro enumeró una serie de pretextos utilizados por Washington a lo largo del tiempo para tratar de justificar el cerco a Cuba, desde la supuesta pertenencia al eje sino-soviético hasta la manipulación sobre los derechos humanos.
Asimismo, reclamó a las autoridades estadounidenses el levantamiento de las medidas que impiden avanzar en materia de telecomunicaciones y el cese del “robo de fondos cubanos en bancos norteamericanos”.
Eliminen las medidas que restringen severamente el acceso de los cubanos a Internet, las restricciones a los intercambios académicos, estudiantiles, científicos y culturales y permitan establecer acuerdos entre esas instituciones, puntualizó.
También reclamó respuestas de Washington a las propuestas hechas por Cuba en los campos de lucha contra el narcotráfico, el terrorismo, el tráfico de personas y los desastres naturales, así como con respecto al correo postal.
El gobierno de Estados Unidos cambió, pero el financiamiento a la subversión interna en Cuba se mantiene igual, aseveró y citó a una autoridad de ese país quien anunció el suministro de 15,6 millones de dólares a individuos en el terreno en Cuba, es decir a mercenarios.
Más adelante, se refirió a los cinco luchadores antiterroristas cubanos presos en cárceles norteamericanas y denunció que recientemente se sometió sin motivo a uno de ellos (Gerardo Hernández) a confinamiento solitario y sin atención médica.
En cambio, destacó, terroristas internacionales confesos como Orlando Bosh y Luis Posada Carriles se pasean libremente en Miami y hacen actividad política.
Añadió que “hay conversaciones migratorias, pero la manipulación política de la migración continua con la ley de ajuste cubano y la política de pies secos-pies mojados”.
El bloqueo es abusivamente extraterritorial y afecta a todos. No es un hecho bilateral, aseveró Rodríguez.
Con respecto a la Unión Europea (UE), declaró que “no le reconocemos autoridad moral ni política alguna para criticar en materia de derechos humanos”.
En esa línea invitó a la UE a ocuparse de su brutal política antiemigrantes, de la deportación de minorías, de la violenta represión contra los manifestantes y de la creciente exclusión social de sus desempleados y sectores de menos ingresos.
El ministro cubano también criticó al Parlamento Europeo, el cual “con toda desvergüenza y de manera infame se dedica a premiar a agentes pagados del gobierno de Estados Unidos en Cuba”.
Se dice que la llamada posición común quedó superada. Ya veremos, los hechos dirán, pero la UE sueña si cree que podrá normalizar las relaciones con Cuba existiendo la llamada posición común, concluyó.

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