lunes, 28 de mayo de 2007

UN NUEVO ANIVERSARIO DEL "CORDOBAZO.


El 28 de Junio de l966 las FFAA derrocaron al presidente constitucional Arturo Illia. Asume como representante de la Junta Militar el gral. Juan C. Onganía, quien de inmediato disuelve el parlamento y prohíbe el funcionamiento de los partidos políticos.
La burocracia sindical peronista apoya dicho golpe y la propia CGT emite un comunicado firmado por su secretario de prensa, Rogelio Coria, elogiando al actual gobierno dictatorial, que se autodenomina de "La revolución argentina". Incluso una delegación gremial participa en el acto de asunción del mando
El mismo Gral. Perón envía una nota desde Madrid, señalando que el Gral. Onganía es un militar patriota y que por lo tanto "hay que desensillar hasta que aclare". Por cierto no es esta la actitud de aquellos dignos luchadores peronistas que, como J. W. Cooke, llamaron a tomar el camino de la lucha.
Ante la claudicación de los partidos burgueses, incluida la dirección balbinista de la UCR, en casi total soledad algunas organizaciones de izquierda, entre ellas el PCA, denuncian públicamente que se ha entronizado una dictadura militar de tipo fascista y llaman a unirse para poder enfrentarla.
Mientras tanto, los militares proceden rápidamente a intervenir los sindicatos antiburocráticos y combativos y a reprimir a todos los luchadores populares.
Cabe mencionar también que los grandes medios de difusión apoyaron la asonada militar, o directamente o con un silencio cómplice. Revistas muy conocidas como "Extra", dirigida por Bernardo Neustard, o "Primera plana", cuyo editorialista era Mariano Grondona, fueron sin tapujos voceras de los militares
Para resumir, este no era cualquier golpe de estado, sino que tenían planes a mediano y largo plazo y de cambios profundos económicos y sociales. En este sentido se puede decir que fue el prólogo del golpe del año 1976.
Como suele suceder, los militares son los autores materiales, el instrumento utilizado por el poder económico, la sociedad de las grandes corporaciones económicas locales e internacionales que son los autores intelectuales del golpe. Quedó esto plenamente demostrado, porque desde los primeros pasos el desconocimiento de la soberanía popular fue acompañado con el avasallamiento de la soberanía nacional. A raíz de la política desplegada, las cuestiones populares – desocupación, hambre, miseria, congelamiento de salarios, deterioro de la educación, etc. – se han agravado en extremo. Asimismo, el patrimonio nacional – petróleo, siderurgia, industrias, etc. – ha sido absorbido por empresas multinacionales, en su mayoría de origen norteamericano.
Por cierto que para imponer todas esta serie de medidas antinacionales y antipopulares, fue necesario establecer formas de represión violenta ante cualquier intento de protesta, con todo un plan elaborado con anterioridad y el asesoramiento de EEUU, mediante lo que se denominó "Doctrina de Seguridad Nacional".
Mediante esta doctrina se modifica el papel de las FFAA. No más dedicadas supuestamente a la defensa de las fronteras y la soberanía de la nación, ante el peligro de cualquier agresión extranjera, sino que el enemigo ahora esta dentro del país ("fronteras ideológicas"). Son todos los luchadores obreros y populares, a los cuales se los califica como comunistas, subversivos, infiltrados, y contra ellos todo vale, incluyendo su eliminación física.
Todo esto, ayer como hoy, es disfrazado bajo la consigna de defensa de los valores occidentales y cristianos, contando para ello con el apoyo de la cúpula eclesiástica. En realidad siempre defienden el poder de los monopolios capitalistas, para explotar sin límites a los trabajadores y quedarse con las riquezas naturales de los países dependientes como el nuestro.
Por tal razón, reciben el apoyo total e inmediato de beneméritas instituciones como la Sociedad Rural y la UIA. Están otra vez todos juntitos y hermanados. Y como al mismo tiempo buscan embrutecer a los pueblos, cerrando el camino de un desarrollo independiente, arremeten contra la educación, contra el conocimiento, destruyendo nuestras instituciones educativas y reprimiendo al estudiantado.
A la universidad se la llama "el reducto comunista por excelencia" y por lo tanto es intervenida en julio del mismo año; ante la resistencia de los estudiantes y muchos docentes la invaden y desatan una brutal represión, conocida como "la noche de los bastones largos".
La lucha estudiantil ante tanto avasallamiento, corre como un reguero de pólvora por casas de estudios de varias provincias, con manifestaciones cada vez más numerosas y combativas, donde hay que lamentar algunos asesinatos en manos de la fuerza represiva, como por ejemplo el del estudiante Santiago Pampillón.
En Tucumán prende la chispa de las luchas cuando los ingenios azucareros, apoyados por los milicos, comienzan arbitrariamente a despedir trabajadores. En este importante conflicto empieza a aparecer y destacarse un grupo de compañeros, encabezados por Mario Roberto Santucho (Robi), que luego formarían el PRT ERP, inspirados especialmente en la Revolución Cubana, acontecimiento que conmovió a toda Latinoamérica.
En Buenos Aires, la lucha de los ferroviarios, Luz y Fuerza y los trabajadores del puerto, además de otros gremios que se fueron sumando, son los hechos más destacados en el enfrentamiento a la política implementada por el Ministro de Economía A. Krieger Vasena, un personaje clave al servicio del FMI, como en un futuro no muy lejano lo sería Martínez de Hoz.
Todas estas primeras batallas de clase nacen en realidad por abajo, al margen y en oposición a la burocracia sindical (bien llamada "burocracia empresarial"), que sigue hermanada con el gobierno militar.
En consecuencia y ante el creciente desprestigio de esta burocracia genuflexa, va naciendo desde las bases y en varios sindicatos una nueva tendencia antidictatorial, antiburocrática y combativa, con dirigentes importantes como Ongaro, Olmos, Guillan, De Luca, Tosco, entre otros.
Se conforma así una nueva corriente interna en la CGT, con tal fuerza que en Marzo del año 1968 se realiza un Congreso Normalizador, donde por primera vez la burocracia es derrotada.
El sector "colaboracionista" de la dictadura, con Vandor a la cabeza, divide a la CGT yéndose de la misma para formar otra confederación. A fin de diferenciarse, la nueva y mayoritaria CGT antiburocrática es bautizada con el nombre de CGT de los Argentinos, encabezada por Raimundo Ongaro, representante del gremio de los gráficos.
Una de las primeras y acertada resolución es convocar a unirse en la lucha contra la dictadura y por los derechos esenciales de los trabajadores y el conjunto de nuestro pueblo, a todos los sectores y organizaciones populares: políticas, sociales, estudiantiles, jubilados, campesinos pobres, intelectuales, etc. Se decide publicar un diario, cuya dirección recae en nada menos que en Rodolfo Waslh. Un ejemplo a recordar y a tratar de imitar, es como los estudiantes comenzaron a marchar junto a los obreros bajo la consigna: "Obreros y estudiantes, unidos y adelante".
En la iglesia también aparece un grupo de sacerdotes que se oponen a su cúpula reaccionaria, presidida por el Cardenal Caggiano que bendecía al onganiato, y forman el "Movimiento de sacerdotes del Tercer Mundo", confluyendo así en el torrente liberador.
Es en este marco explosivo de alza de las luchas de clases, donde se produce no por casualidad el "Cordobazo", aunque como siempre hay una chispa inicial que enciende la mecha. Continuando con una serie de medidas reaccionarias, Onganía con un decreto deroga el llamado Sábado inglés, a iniciar su aplicación en algunas provincias, entre ellas Córdoba.
Aprovecha entonces el gremio de los mecánicos para convocar a una asamblea, uniendo en su programa el tema del congelamiento de los salarios y otras reivindicaciones que venían reclamando los obreros. La asamblea es salvajemente reprimida y el sindicato llama a la movilización y a la lucha.
Otros gremios como metalúrgicos y el transporte se solidarizan y se unen al conflicto. Hay que tener muy en cuenta que Córdoba era sede de empresas muy importantes, con alta concentración proletaria. Vale citar solo algunos ejemplos: IKA Renault (5OOO obreros), Complejo Fiat (Barrio Ferreira), Materfer (material feroviario), Grandes Motores Diesel, Fiat Concord, y toda una serie de fábricas de autopartes que ocupaban un sinnúmero de trabajadores. Un breve y último dato a señalar es la constitución de los sindicatos por fábrica, con un alto contenido clasista, como SITRAC (Fiat Concord) y SITRAM (Materfer), con dirigentes de la talla de René Salamanca.
Consecutivamente con estos hechos se desarrolla una gran lucha estudiantil, llegando a ocupar la universidad y el Barrio Clínicas, típico dormitorio de estudiantes, colocando en su entrada un cartel: "Territorio libre de América". En otras ciudades también ganan la calle los estudiantes, perdiendo la vida dos de ellos por la dura represión policial, Bello y Cabral, que se transforman en bandera de lucha.
Ante el desarrollo de los acontecimientos, la CGT de los Argentinos llama a un paro activo para el 30 de Mayo de 1969. En Córdoba se efectúan, como paradigma de democracia proletaria, asambleas en cada fábrica, al igual que en los barrios y en los centros estudiantiles.
Obra de este ímpetu incontenible de las bases, las dos CGT en el que estaba dividido el movimiento obrero cordobés, acuerdan la participación conjunta en dicho paro, iniciándolo con una marcha programada para el día 29 de mayo, a las 11 horas.
Las multitudinarias columnas obreras, que comienzan a entrar hacia el centro de la ciudad, van incorporando la adhesión y la participación de la mayor parte de la población, en especial de las barriadas más humildes, hermanados en la emoción que despierta el abrazo solidario.
La movilización es de tal envergadura que la policía es totalmente rebasada y la ciudad es prácticamente tomada. Se levantan barricadas en las esquinas y si bien son quemados algunos edificios de empresas extranjeras, no hay saqueos, ya que los mismos trabajadores controlan que esto no ocurra. Ellos tienen otra moral, otra ética, contraria a la de la burguesía y por eso su misión es avanzar hacia una nueva sociedad con nuevos valores humanos.
Como era de temer la reacción no se hace esperar, enviando la junta militar al ejército y a la gendarmería, que con la máxima violencia y saña atacan a los desarmados obreros, estudiantes y vecinos que están reclamando por sus justos derechos. La gente resistió abnegadamente la feroz represión, pero ante la disparidad de fuerzas decidió retirarse hacia los barrios.
Se establece el toque de queda, son invadidos los sindicatos, detenidos muchos dirigentes, que luego serán juzgados y condenados por jueces venales al servicio de la dictadura. Como ejemplo, basta citar que Tosco fue condenado a ocho años de prisión y Canelles (construcción) a diez años.
Pero con esta lucha, que luego fue multiplicándose en varias provincias y el paro nacional del 30 de mayo, que fue todo un éxito, la dictadura y su política retrógrada, quedó herida de muerte. Onganía renunció al poco tiempo, fue reemplazado por Levingston y luego por Lanusse, que tuvo que llamar a elecciones en el año 1973, con el triunfo de la fórmula Cámpora – Solano Lima. Pero esta ya es otra historia, que debe ser motivo de otro trabajo.
Creo que algunas de las grandes preguntas son hoy día: ¿qué enseñanza nos dejó el "Cordobazo"? ¿Qué faltó, por qué si bien se alcanzó un nivel muy alto de las luchas, no se pudo reemplazar a la dictadura militar por un auténtico gobierno obrero y popular?.
Como deducción de esta valiosa experiencia ¿Cuáles son nuestras fundamentales tareas actuales, por supuesto de acuerdo a la realidad que vivimos?
Desde ya que no se pretende dar aquí una respuesta acabada a todos estos interrogantes, que por otra parte, debe ser fruto de un amplio debate colectivo. Solo trataré de comenzar a enunciar algunas breves reflexiones al respecto.
Me parece en principio y como valiosa enseñanza, que se produjo en Córdoba, y en parte comenzó a producirse en otros lugares, una cada vez más estrecha unidad de todas las organizaciones populares con eje en la clase obrera, en lucha contra un enemigo común y sus planes antinacionales enfilados contar los intereses de nuestro pueblo.
Por tal motivo y en general sin mezquindad, sin egoísmos sectarios, se comenzó a construir desde la base, desde cada fábrica, desde cada barrio, pueblo o centro estudiantil, un fuerte bloque obrero y popular, una fuerza capaz de enfrentar en alguna medida a los aparatos represivos del sistema.
De allí salieron los más valiosos y firmes dirigentes en especial de las filas de la clase obrera y en contraposición a la burocracia sindical, los cuales encabezaron la lucha sin claudicaciones, y uno de cuyos hombres más claros y más honesto fue y es Agustín Tosco, que dio hasta la vida por sus ideales.
Abrazó el pensamiento marxista desde muy joven, uniendo como pocos la lucha por las reivindicaciones más apremiantes, más necesarias (trabajo, salario digno, salud, educación, etc) con la perspectiva de una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, una sociedad socialista. Era de los que comprendían que en definitiva no se trata de luchar por esclavos mejor pagos, sino por la eliminación de la esclavitud asalariada.
Así lo expresó sin vueltas en un reportaje a la revista "YA", en noviembre de 1973: "en realidad la única revolución es la que cambie la propiedad de los medios de producción y de cambio, ahora en manos de entes privados y privilegiados, para colocarlos en manos del pueblo. Es la revolución socialista, con sus características y su desarrollo histórico según las condiciones nacionales de cada país".
La otra pregunta ineludible es qué faltó. En principio, no se pudo generalizar nacionalmente la experiencia cordobesa, en particular la unidad allí lograda, construyendo así un centro coordinador y de poder de los trabajadores y del pueblo, que organizara e impulsara todas las batallas de clase a lo largo y a lo ancho del país, única manera de vencer el poder económico y político de los grandes grupos monopólicos.
Junto con ello, se manifestó esencialmente la ausencia de una organización revolucionaria enraizada en la clase obrera y en las amplias masas populares, capaz de orientar la lucha hacia el objetivo final, derrocando no solo a la dictadura sino también al sistema.
En consecuencia, pasado el momento de auge de las luchas, retoman ellos las riendas de los acontecimientos y, como luego del 2001, paulatinamente comienzan a recomponerse engañando a los pueblos con falsas democracias dependientes, estructurando gobiernos denominados "progresistas", o de "centroizquierda", que garanticen la continuidad del modelo económico y del propio sistema, como los Lula, los Kirchner, los Bachelet o los Tabaré Vazquez.
Por tal razón y para los que seguimos creyendo que el salto cualitativo de la rebelión a la revolución es la imprescindible edificación de un fuerte poder obrero y popular y una sólida organización revolucionaria, creemos que, entre otros aportes, esta es la gran enseñanza y el gran mensaje a las generaciones futuras que nos dejó el "El Cordobazo"
Esta es la asignatura pendiente y el gran desafío de nuestra época histórica: construir desde abajo hacia arriba ese formidable movimiento unitario, no copiando ni cayendo en esquemas previos, sino apoyándonos en la creatividad de nuestro pueblo y en sus mejores experiencias, como ser las asambleas, multisectoriales, coordinadoras, u otras formas posibles que puedan ir apareciendo. Al mismo tiempo y en el proceso de creación de una organización revolucionaria, trabajar en forma permanente y bajo cualquier circunstancia, más allá de éxitos y fracasos momentáneos y enfrentando políticamente a deformaciones como el hegemonismo o el cerrado sectarismo de "los dueños absolutos de la revolución", por la unidad de los que sinceramente creen y luchan concretamente por transformaciones revolucionarias, socialistas.
Por todo lo expresado, no creo nada mejor que concluir con una frase de nuestro querido "Gringo" Tosco, escrita en la cárcel de Devoto, en el mes de Julio de 1971: "Muchas veces, los sabios de la ciencia oficial y patronal, nos imputan que no sabemos qué decimos al hablar de cambio de estructuras. Pero no nos dejan usar la radio, la televisión y no nos dan espacios en los diarios. ¡O nos meten presos por subversivos!. Queremos una planificación económica, dispuesta y aplicada por el pueblo. Queremos recuperar el patrimonio nacional enajenado al imperialismo. Queremos que nuestras riquezas básicas, la tierra, el transporte, las comunicaciones, los bancos, el comercio exterior, vuelvan a nuestro poder, el poder del pueblo. Queremos que en lugar de villas miserias, haya viviendas sanas, cómodas y suficientes para todos los argentinos. Para llegar allí hay un solo camino: la lucha, la acción política, desde todos los terrenos, para la liberación nacional y social de la patria."

HORACIO ROVITO

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