Al reflexionar sobre nuestra realidad nacional, una de las convicciones esenciales que nos aparece en primera línea, incluso como cuestión básica para nuestra labor permanente, es que una de las barreras fundamentales para poder avanzar decididamente en un proceso revolucionario, es el fraccionamiento de la izquierda y demás fuerzas populares en lucha, conjuntamente con la ausencia de una sólida organización revolucionaria, con amplio apoyo de masas.
Dado el abandono por parte de los PC del Marxismo Leninismo, crítico y creativo por excelencia, se fue cayendo cada vez más en un esquematismo dogmático, sumándose a ello el concepto soberbio y hegemonista de "vanguardia por definición" (o autoproclamación), imposibilitando así la comprensión de los nuevos fenómenos económicos, políticos y sociales que se producen en el mundo y en particular en América Latina.
Lo mismo le fue sucediendo a las organizaciones de tendencia trotskistas o maoístas, que fueron también presas de este fenómeno de dogmatismo transversal (o de la "peste dogmática", como la denominan algunos autores), lo cual ni siquiera les permitió comprender a ninguno de ellos el formidable salto teórico práctico que significó la Revolución Cubana y su ruptura con las religiones de izquierda reinantes, puesto que unos trataron de explicarla como un hecho excepcional, a no tener muy en cuenta, y otros directamente dijeron que era una forma de stalinismo centroamericano.
Por tal motivo, se puede afirmar que lamentablemente la crisis del espectro de izquierda no es nacional sino internacional, como patéticamente lo demuestran por ejemplo hoy en día las elecciones francesas, al igual que el proceso electoral de nuestra capital, donde ya hay siete listas inscriptas de partidos de izquierda, amén de otra y muy grave claudicación del PC, convertido ahora en furgón de cola del kichnerismo.
Nada de esto último es del todo novedoso, ya que siguiendo la Biblia representada por los manuales soviéticos, se llegó a concepciones que absolutizaban la vía pacífica al socialismo, cayendo en el electoralismo, o al mismo tiempo en el "etapismo", que planteaba, como el social reformismo menchevique, que primero había que realizar la revolución democrática burguesa, encabezada por una supuesta burguesía nacional, y recién luego de concretarse la misma, pasar, no se sabe bien cuándo, a batallar por la revolución socialista. Estas graves desviaciones ideológicas y políticas provocaron que se fuera perdiendo, entre otras cosas, una clara visión de poder.
Ante todo lo acontecido, es preciso considerar muy detenidamente de que luego de los formidables cambios en especial producidos a partir del fin de la segunda guerra mundial, nos encontramos con sociedades muy heterogéneas, y en consecuencia serán también más heterogéneos y complejos los actuales procesos revolucionarios.
Esta es a la vez la causa estructural de la pluralidad de las organizaciones de izquierda, a tal punto que ya no se puede hablar más como en el pasado de una izquierda monopartidista. Sin duda irán rumbo al aislamiento y al fracaso político, aquellas fuerzas que se consideren los dueños absolutos de la revolución y el "ombligo de la izquierda", porque por momentáneas circunstancias han crecido un poco más que las otras y creen que asustarán con encendidas consignas a los poderosos grupos económicos locales e internacionales.
Por supuesto, no podemos ocultar que esta diversidad también tiene que ver con los errores mencionados y evidentes debilidades teóricas (factor subjetivo), en especial en el análisis de la evolución de la situación histórico-social. Se puede decir que se había decretado una huelga general de la producción de teoría, puesto que existía, y aún existe, una cierta subestimación de la misma, en haras de un chato practicismo.
Convengamos entonces que la imprescindible concreción de la unidad de todo el conjunto de organizaciones que luchan contra el imperialismo y por transformaciones revolucionarias, nunca ha sido ni será un hecho espontáneo o de buenos deseos, máxime teniendo en cuenta todas estas carencias y limitaciones sectarias por las que aún atravesamos.
De modo tal que será necesario no solo impulsar confluencias circunstanciales, o de unidad en la acción por justas reivindicaciones populares, sino abrir un amplio debate de ideas, lo que exige estudio, capacitación constante ideológico política.
Nos parece que esta es una razón por demás suficiente para abrir un espacio de reflexión y debate con un conjunto de compañeros de distantes vertientes y experiencias políticas, que sin duda nos enriquecerán a todos.
En el camino de cumplir el sueño de constituir un centro de estudios marxista leninista, con extensión de charlas y cursos en los barrios, ya hemos dado un primer y auspicioso paso con un importante encuentro realizado el viernes 27 de abril, donde se trató el tema de la "Hegemonía", como puntapié inicial a una serie de talleres para tratar temas que tienen que ver con la realidad actual.
Queremos por último informar que el próximo encuentro se efectuará el viernes 18 de mayo, a las 18.30 horas en nuestro local de la Avenida Mitre 4659 Villa Domínico. Estás invitado. Para cualquier aclaración dirigite a nuestro correo electrónico: pct@pctargentina.org
Horacio Rovito
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