Sudáfrica ha presentado el 29 de diciembre un pedido ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) para juzgar a Israel de llevar adelante un genocidio contra el pueblo palestino en Gaza. Este se ha iniciado el día de ayer con la presentación de un dossier de 84 páginas, llenas de denuncias relatando las atrocidades premeditadas y ejecutadas por el gobierno sionista contra los gazatíes: 21.110 muertos, 7.780 “desaparecidos” (enterrados bajo los escombros de los masivos bombardeos), 55.243 heridos (gran parte de ellos mutilados, etc.), 355.000 viviendas destruidas, 1.900.000 desplazados, etc. Estas cifras se continuaron acrecentando, superando en la actualidad los 30 mil muertos. El informe demuestra que se trata de un plan para desarraigar definitivamente a los palestinos del territorio de Gaza: expulsándolos hacia otros países o, directamente, aniquilándolos. Los bombardeos se han concentrado, particularmente, en destruir los hospitales (de 37 existentes han quedado “en pie” solo 13 y sus ruinas carecen de electricidad, insumos médicos, etc.), escuelas, centros comunitarios, templos, etc. Borrar toda existencia física de la existencia del pueblo palestino. Como ya ha sido denunciado se trata de una nueva “nakba” (catástrofe en árabe) muy superior a la de 1948 cuando se creó el Estado sionista de Israel donde fueron expulsados casi un millón de palestinos de sus tierras históricas.
Sesenta países apoyan la acusación de Sudáfrica, entre ellos seis de Latinoamérica (Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Brasil y Colombia). Los países imperialistas han hecho en cambio, causa común con el gobierno masacrador sionista. Alemania ha anunciado que se presentará ante el Tribunal para apoyar a Netanyahu. El Consejero de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, John Kerby, ha declarado que la acusación contra Israel es “infundada” y “completamente sin base alguna”. Estados Unidos es el que envía diariamente toneladas de bombas y explosivos que se descargan cobarde y alevosamente sobre el pueblo de Gaza. ¡La acusación de genocida debiera ser extendida al presidente Biden y al gobierno imperialista yanqui!
Es más, el inicio de la audiencia de la CIJ coincide con el inicio de la intervención militar imperialista contra el pueblo de Yemen. Toda una señal guerrerista del imperialismo de que no piensa ceder en su pretensión contra Gaza y que amenaza con extender la guerra en toda la región. Con la justificación de bregar por la “libertad de navegación” en el Mar Rojo, en estos días fueron bombardeados 70 puntos diferentes del Yemen (con el mismo argumento una armada anglofrancesa invadió las aguas del Río Paraná en 1845 en Argentina).
Las milicias hutíes de Yemen han venido realizando –en solidaridad con el pueblo de Gaza- hostigamientos y ataques contra navíos israelíes o que llevan cargas desde o hacia Israel. Esto hizo disminuir el tráfico de grandes cargueros de contenedores que pasan por el Mar Rojo para usar el Canal de Suez y ahorrar días de viaje (y costos en fletes). Los Estados Unidos hicieron aprobar en tiempo récord una resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU que planteaba el cese inmediato de los ataques de los hutíes (y condenaba implícitamente a Irán por proveerles armas). Fue aprobada con 11 votos a favor y 0 (¡cero!) votos en contra. Rusia y China, que son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y tienen derecho al veto, no lo usaron: se abstuvieron. Aprobada el miércoles, el jueves se lanzó el operativo “Guardián de la Prosperidad” de una alianza constituida entre Estados Unidos y Gran Bretaña, Canadá, Bahrein y Holanda entre otros.
En diciembre pasado se votó una resolución en la ONU de “alto el fuego en Gaza”, apoyada por 153 países (sobre 193 que la integran) con solo 10 votos en contra ¡y Estados Unidos e Israel continuaron con su política genocida!
La ONU es una pantalla usada por el imperialismo para justificar sus fechorías.
La ONU votó en su momento el apoyo a Gran Bretaña en la guerra de Malvinas contra Argentina. Y justificó numerosas intervenciones imperialistas contra rebeliones de los pueblos coloniales y semicoloniales. Hace 40 años, el Che Guevara denunció en un célebre discurso este papel de la ONU, denunciando que la misión militar que envió este organismo al Congo fue la que asesinó al líder revolucionario Patrice Lumumba. Lenin llamó en su época a la Liga de las Naciones, como “cueva de bandidos imperialistas”.
¿Qué puede esperarse entonces de estas audiencias impulsadas por Sudáfrica en la CIJ? Poco y nada. La resolución sobre si Israel está ejecutando un genocidio contra el pueblo de Gaza puede demorar años. Pero si podría en un par de semanas sacar una resolución “cautelar” que plantee un “alto del fuego”. Es harto difícil y, si saliera, le pasaría lo mismo que la votada por el plenario de la ONU en diciembre: sería desconocida por el sionismo-imperialismo.
La presentación jurídica de Sudáfrica ha servido para publicitar, más aún, la realidad catastrófica de la masacre que se está llevando adelante en Gaza. Y que no se puede, ni quiere, ocultar. Los bárbaros pretenden que los pueblos del mundo “aprendan” de la barbarie que están dispuestos a ejecutar contra los que se rebelan a la opresión imperialista. En ese sentido el informe presentado por Sudáfrica puede servir para pormenorizar la barbarie genocida, que la propaganda sionista trata de disfrazar como una lucha “de la democracia” contra el “terrorismo”. Un diputado israelí, Ofer Cassif, está siendo amenazado con su expulsión del parlamento por denunciar esta masacre genocida contra los palestinos y reclama el “alto del fuego”. Se trata de la “democracia” solo entre fascistas racistas contra los pueblos que luchan por sus derechos nacionales y sociales.
Mientras se leía el informe presentado por Sudáfrica ante el Tribunal de La Haya, en la calle, bajo la nieve, había miles de manifestantes apoyándolo y reclamando el cese de la agresión sionista.
Este es el camino a seguir. En primer lugar en los países imperialistas, Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Holanda que son agresores directos contra Yemen y sostenedores de la invasión sionista sobre Gaza y de todos los imperialistas. Frente unido para apoyar a la resistencia palestina en Gaza, Cisjordania y Jerusalén y al accionar de las milicias hutíes de Yemen. Los países árabes dan su “solidaridad” pero no se movilizan para frenar la guerra de masacre. Más que atacar a los navíos en el Mar Rojo, bastaría con que se cerrara el Canal de Suez al paso de los barcos de Israel, para que la medida fuera menos costosa y más efectiva. Pero, por el contrario, el gobierno egipcio colabora con el sionismo en bloquear a Gaza. Las burguesías árabes que suelen llenarse la boca de discursos “nacionalistas” y “antiimperialistas”, dejan actuar a la entente sionista-imperialista. Y esperan el fin de la guerra para establecer acuerdos económicos con las potencias imperialistas e Israel. Igual situación mantienen Rusia y China, que como hemos visto han habilitado “legalmente” la nueva guerra imperialista contra el pueblo de Yemen. Esto no hace más que alimentar las tendencias guerreristas del imperialismo.
Frente unido internacional para potenciar las movilizaciones contra la guerra sionista-imperialista: el enemigo, en primer lugar, está dentro de las clases dominantes de cada país que sostienen la guerra genocida.
Rafael Santos
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