En la actualidad, el puerto de Buenos Aires funciona con cinco terminales: Terminal 1,2 y 3 en manos de TRP (del grupo Dubai Ports World), la Terminal 4 APM Terminals (del grupo áraba Maersk) y la Terminal 5 a manos de la china Bactssa (Hutchinson Ports). Hoy, la Terminal 5 se encuentra sin operación y desde hace más de dos años que los 800 trabajadores de la terminal se encuentran luchando para restablecer sus puestos de trabajo.
El macrismo había convocado a una licitación pública internacional para un solo operador en el Puerto de Buenos Aires y se disponía a prorrogar a las tres terminales portuarias la concesión en igualdad de condiciones hasta que aquel operador se adjudicara una nueva concesión. Esa licitación nunca se hizo efectiva y ahora fue derogada por el nuevo decreto. Este establece que se pasará de tres operadores a dos operadores portuarios y convoca a una nueva licitación (en los considerandos recomienda por un período inicial de 10 años) para dos operadores portuarios (Terminal Interior y Terminal Exterior, que sería utilizada para cruceros y portacontenedores). La terminal “interior” absorbería el funcionamiento de las actuales terminales, orientado entonces la operación portuaria a quedar bajo la órbita de la empresa que gane la licitación.
Esta forma de licitación parece orientarse a mantener el “interés” tanto de Maersk (para la terminal exterior) y DP World para la terminal interior, ya que la primera realiza operaciones portuarias, marítimas, de almacenamiento, de cruceros y de DP World un pulpo de las operaciones portuarias.
El Artículo tres del decreto fija que se deben “preservar” las fuentes de trabajo del personal convencionado (de las terminales y sus prestadoras de servicios) con las actuales condiciones laborales y faculta a la autoridad portuaria (AGP) a administrar la “transición”, incluso prorrogando los contratos de TRP (Terminales 1,2 y3) y la 4 hasta que los nuevos adjudicatarios se hagan cargo de las terminales. Claramente este decreto deja afuera a los trabajadores de la Terminal 5 (BACTSSA) durante este período de transición (es decir de una eventual nueva prórroga), recomendando no extender el vínculo al finalizar el actual plazo de prórroga, que vence el 31 de mayo del año próximo. En conclusión: se busca el desguace de la Terminal 5 en el período de transición y luego se llamaría a licitación pública internacional para la operación de las cuatro Terminales restantes.
La burocracia sindical de FEMPINRA, que encabeza Juan Carlos Schmit, emitió un comunicado titulado “misión cumplida”, adjudicándose la derogación del decreto macrista y saludando esta nueva reprivatización del Puerto de Buenos Aires. La FEMPINRA ha sido la garante de la precarización y la tercerización laboral en todos los puertos del país, promoviendo la división del movimiento obrero a la hora de “negociar” las paritarias “puerto por puerto” con cada una de las operadoras portuarias.
Los trabajadores de la Terminal 5 han caracterizado muy bien a que apunta este decreto: busca poner más palos en la rueda a los 800 trabajadores que se encuentran luchando desde hace más de dos años para recuperar sus puestos de trabajo. El gobierno de la “soberanía nacional” se presta a una nueva privatización en el Puerto de Buenos aires, en este caso concentrando aún más la operativa portuaria.
Conocido este decreto, los trabajadores realizaron una nueva acción de lucha bajo la cual cortaron el acceso Wilson y Ramón Castillo (que da paso a las terminales 4 y 5). Apoyemos con todo, las próximas acciones de los trabajadores portuarios.
Lucas Benedetto
12/06/2023
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