viernes, 17 de agosto de 2018
Los esclavos en los tiempos de General San Martín
A propósito del 17 de agosto, y a los 168 años de la muerte del gral. San Martín, queremos ir más allá del personaje heroico y rescatar la participación de otro sector social, en este caso los esclavos negros.
Como estamos acostumbrados a cada feriado nacional o provincial, es un día en que se evoca a los “padres de la patria”, o un gran acontecimiento en la historia nacional, es así como se reconstruyó el pasado, olvidando a otros sujetos que participaron en procesos como el de emancipación de América del Sur a partir de 1810. Por eso, hoy traemos a uno de los sectores involucrados en esta trama histórica, a esos que se los silenció porque no entraban en los cánones de la historia tradicional, vamos a reconstruir el pasado junto a los esclavos, aquellos negros llegados desde África, que con sus necesidades de libertad, aportaron con sus acciones a liberar a América Latina del yugo imperial de España.
La trayectoria de lucha de los esclavos, se desarrolló mucho antes de la llegada del gral. San Martín a las tierras del ex-Virreinato del Río de la Plata. La bocanada de aire fresco que trajo la revolución francesa de 1789, no solo vino a sacudir el antiguo régimen de los reyes, sino también liberó a las fuerzas encadenadas, y una de ellas eran los esclavos extirpados desde el continente africano.
Especialistas sobre la historia de las clases populares, afirman, “[…] es indudable que entre la esclavatura porteña existían noticias acerca de la rebelión de la Santa Domingo francesa desde 1791, en la cual los esclavos habían dado la muerte a todos los blancos de la isla, y en 1804 se habían declarado independientes con el nombre de Haití”(1). Los jacobinos negros, como los denominó en su obra literaria C.L. Robert James hicieron esta revolución 6 años antes del 25 de mayo de 1810(2). Di Meglio también dice, “en Nueva Orléans, Río de Janeiro, Jamaica, y en ciudades venezolanas como Coro, los esclavos componían desde 1792 canciones que celebraban los acontecimientos haitianos, lo cual muestra la gran propagación de esas novedades entre la población de origen africano en las Américas."
Los esclavos en las invasiones inglesas
Otro momento clave de la participación de los esclavos, y muy relacionado a los futuros acontecimientos de 1810, fueron las invasiones inglesas de 1806/07. Hay que decir que no había un cuerpo de milicias específico de los esclavos, en cambio sí había de Pardos y Morenos (negros libertos), a pesar de eso los esclavos tuvieron una participación destacada al lado de sus amos. "Los esclavos fueron parte de la euforia general: para premiar sus servicios en la lucha, el Cabildo sorteó pocos días después de la batalla la libertad a setenta de ellos. Cuando cada uno era agraciado, los miembros del batallón de pardos y morenos lo escoltaban hasta sus filas; pasaba directamente a integrar uno de los nuevos cuerpos de la ciudad"(3).
Milcíades Peña, historiador trotskista, había caracterizado este momento histórico: “el movimiento que independizó a las colonias latinoamericanas no traía consigo un nuevo régimen de producción ni modificó la estructura de clases de la sociedad colonia. Las clases dominantes continuaron siendo los terratenientes y comerciantes hispano-criollos, al igual que en la colonia”(4). En este contexto es al que se suman los esclavos,y son parte de la contienda con una experiencia previa, con varios antecedentes, como las ya mencionadas invasiones inglesas de 1806/07. Es así que la “revolución” de mayo, abrió una oportunidad a los esclavos, la de acceder a la libertad, un anhelo imprescindible para este sector social, y los dirigentes revolucionarios quienes por un lado temían su movilización pero la necesitaban para que se sumen como milicianos para derrotar a los realistas. Frente a esta situación, el principal límite para los esclavos fue que la revolución la protagonizaban sus amos, o sea sus propietarios.
La Asamblea del año XIII y la “Libertad de vientres”
Otro momento trascendente en las aspiraciones de los esclavos se inicia con la Asamblea del año XIII, con la sanción de la ley de"libertad de vientres". Y aquí surge una pregunta obligada: ¿Qué pasaba con los niños que nacían libres pero sus madres eran esclavas? “Debían permanecer en las casas de los amos de sus madres hasta que tuvieran 16 años las mujeres y 20 los hombres; hasta los 15 años debían servir gratis al patrón, como si fuesen esclavos, y de ahí en más se les debía abonar un peso mensual".
No fueron las únicas maniobras de los propietarios de esclavos. Éstos intentarían en los años sucesivos desconocer la ley (libertad de vientres) y anotar a hijos de sus criadas como esclavos, lo cual fue resistido por muchas madres judicialmente. Además, otra disposición reglamentó que un esclavo proveniente del exterior que pisara el suelo de las Provincias Unidas sería liberado, aunque por las quejas británicas se aclaró que ello se aplicaría sólo a esclavos introducidos con fines comerciales, mientras que si alguien traía consigo su esclavo doméstico, éste mantendría su posición. Hubo entonces propietarios que mandaron a sus esclavas a parir a Brasil y luego las regresaban con hijos que podían ser tomados como esclavos(5).
Éste y otros muchos ejemplos, muestran que "la acción de los esclavos, entonces, fue importante para asegurar el cumplimiento de la norma". Siempre en el marco de conseguir su anhelada libertad, pero sin un proyecto político propio como si lo habían hecho los esclavos negros en la fundada Haití.
De las milicias al ejército de los Andes
A partir de 1814 los conductores de la guerra de la independencia, del cual era parte San Martín, deciden acelerar el proceso de militarización, en especial la zona cuyana, lugar donde organizarán el futuro ejército que haría retroceder al ejercito realista del retornado Fernando VII a su trono, tropa que venía de derrotar a Napoleón Bonaparte.
En medio de este contexto, los dirigentes de la revolución vuelven a apelar a los esclavos como hombres aptos para integrar los batallones, y éstos se incorporan a las disposiciones con el anhelo de conseguir su libertad. En el reclutamiento de 1816, en la jurisdicción cuyana solo dos tercios de la esclavatura serían cedidos al ejército, con la excepción de los “brazos útiles para la labranza”. De acuerdo a las evidencias, la leva alcanzó a 710 esclavos, 482 originarios de Mendoza, 200 de San Juan y 28 de San Luis, mayoritariamente fueron a la infantería, luego se suman a este sector los libertos llegados de Bs. As. Éstos últimos eran de oficios toneleros, zapateros, alfareros y sastres, entre otros. Era conocida la opinión de San Martín sobre los esclavos para estas faenas militares: “el mejor soldado de infantería que tenemos es el negro y el mulato; los de estas provincias (blancos, mestizos e indios, no son aptos sino para la caballería”. (B. Bragoni)
La inquietud de los amos frente a la militarización de sus esclavos era evidente, ya que por todos los medios buscaban que no se alteraran las jerarquías sociales heredadas del antiguo régimen, como ser las “castas”. En una carta de San Martín a Pueyrredón manifiesta: “el único inconveniente que ha ocurrido en la práctica de este proyecto a fin de reanimar la disciplina de la infantería cívica de esta Ciudad, es la imposibilidad de reunir en un solo cuerpo las diversas castas de blancos y pardos […] (es) inconcebible se llamase al amo a presentarse en una misma línea con su esclavo”(6).
De acuerdo a lo manifestado este sector formó parte del proceso de emancipación, con un objetivo concreto, conquistar la libertad frente a sus amos, como dijimos el principal límite fue que los dirigentes del proceso eran sus dueños. Otra cuestión a resaltar es que los esclavos de las Provincias Unidas del Río de la Plata, no tenían aspiraciones de toma del poder como si lo hicieron los negros en Haití. Y los dirigentes del proceso en cuestión utilizaron esta fuerza como base de maniobra para ensanchar en primer lugar las milicias, y después el ejército erigido por San Martín en el Cuyo, las promesas de libertad fueron varias, sobre todo la más conocida era prestar servicios en el ejército por un término de 5 años. Muchos de los esclavos no llegaron a cumplir con lo pactado, ya que al ser la infantería del novísimo ejército, terminaron en su gran mayoría muertos en los diversos enfrentamientos con los fuerzas reaccionarias españolas.
Raúl “Barba” Mamani
Notas:
1. Gabriel Di Meglio, ¡Viva el bajo pueblo! La plebe urbana de Bs. As. y la política entre la Rev. de Mayo y el rosismo. Editorial Prometeo-Libros, 2016, Bs. As., p. 72.
2. James,C.L. Robert, Los jacobinos negros.
3. Gabriel Di Meglio, ob. cit., pp. 78-79.
4. Peña, Milciades, Historia del pueblo argentino, Emece, p. 83.
5. Di Meglio, Gabriel, Historia de las clases populares en Argentina desde 1516 hasta 1880, Ed. Sudamericana, Bs. As.
6. Brogoni, Beatriz, "Esclavos, libertos y soldados: la cultura política plebeya en Cuyo durante la revolución", pp. 122, 123, 125, 126. En Fradkin, Raúl (Editor) ¿Y el pueblo dónde está? Contribuciones para la historia popular de la Revolución de Independencia en el Río de la Plata.
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