sábado, 18 de agosto de 2018

Desafuero para todos



Desde Macri para abajo, Justicia y servicios incluidos

Es simplemente una cretinada reducir el escándalo de corrupción a una cuestión judicial. Cuando apenas se terminó de conocer que toda la patria contratista se encontraba involucrada, el periodismo comenzó a advertir que había mucho más en la olla, en especial en el área energía, donde hay subsidios superiores al ciento por ciento del precio internacional. Además de la importación fraudulenta de gas licuado, la señora vice-presidenta todavía no logró alejarse de la acusación de haber arreglado por debajo de la mesa un fideicomiso con Qatar, con aportes de Anses. Como la casualidad siempre se hace presente cuando es necesaria, el gobierno acaba de apresurarse en cerrar la lista de los beneficiarios de Vaca Muerta y prometido una reducción gradual de los sobreprecios que reciben. Durante más de un año este mismo gobierno bloqueó un convenio con Brasil para habilitar denuncias de ‘arrepentidos’ del otro lado de la frontera, que se vio obligado a levantar debido a la aparición de los ‘cuadernos’, lo que permitirá conocer los fraudes de los socios de Odebrecht en Argentina. Quedarán a la vista entonces los sobreprecios pagados por los gasoductos troncales en Córdoba, que ‘salpican’ a los dos lados de la ‘grieta’ – Electroengeniería y Techint, y De la Sota, Schiaretti y Macri. Los bancos, vacas sagradas del capitalismo, tampoco se salvan, porque Jorge Brito y Moneta están embarrados por lo de Ciccone, y el resto de sus colegas por los avales que dieron a la ‘patria contratista’ para cerrar la cartelización de obra pública, y el tránsito de ese dinero por las cuentas respectivas. Marcos Peña dedicó una parte de su tiempo a calmar a los banqueros en una reunión oficial, y asegurarles además de que mantendrá en pie los contratos de propiedad pública privada que financiaría una parte de ellos, incluso si están involucrados en los cuadernos.
Aunque Claudio ‘servilleta’ Bonadío pretende representar la imagen impoluta de la Justicia, mete en cana a los kirchneristas recalcitrantes y deja libres a los ‘arrepentidos’, kirchneristas como macristas, que hablan un poco de lo que saben para obtener una fuerte atenuación de condenas. Son confesiones viciadas y confesores truchos (por eso el Frente de Izquierda votó en bloque contra la ley del arrepentido). La libertad a cambio de la delación suena a la inquisición, sin el atenuante que se podría esgrimir si el país se encontrara en una guerra civil. Como lo esencial es invisible a los ojos, en especial cuando se trata de la Justicia, nadie señala toda esta corruptela como el modo de vida y de explotación del conjunto de una clase social y sus representantes políticos. Reducen el entuerto a una combinación de delitos personales o a lo sumo a una violación de la ley de la competencia (cartelización). Se trata de una operación política gigantesca para rescatar al macrismo de su derrumbe gubernamental a costo de algunas cabezas del kirchnerismo y, a término, de la jefa y conductora. Es una copia y pegado de Brasil, donde el 65% de los delincuentes que pueblan el Congreso siguen como si nada, a pesar de las pruebas que pesan sobre ellos, mientras meten preso a Lula con la finalidad de sacarlo de las elecciones de octubre próximo – después vendrá una amnistía. Hasta Dilma Roussef fue indultada para el caso, al eliminar de la destitución presidencial la privación de derechos políticos – un procedimiento alevosamente ilegal.
La cuestión de los cuadernos es enteramente política y debe ser encarada políticamente – no tiene un ápice de honestidad judicial. Menem, responsable de tráfico de armas, financiamiento de una guerra en donde Argentina era garante de la paz, y condenado por la explosión de la fábrica de armamentos de Río Tercero, sigue alegre en la cueva del Senado, donde negocia su voto con macristas, kirchneristas y ‘peronistas racionales’. Laura Alonso mantiene en secreto el acuerdo delictivo entre Chevron e YPF, arreglado por Kicillof. Cristina Kirchner arregló con Chávez una indemnización para Techint Venezuela, con un perjuicio fenomenal para los trabajadores venezolanos: en el acuerdo final (un pago por u$s1.900 millones) se omitió el pasivo oculto de Techint (en su mayor parte constituido por deuda previsionales), de una suma superior a los u$s2.200 millones. Techint recibió un resarcimiento por un patrimonio negativo, pocos meses antes del derrumbe de Lehman Brothers, que dejó en rojo a todo el capital mundial. ¿Y los paraísos fiscales que alojan la plata en negro del macrismo? ¿Y las dádivas que recibió el superjefe de los espías, Arribas, otro ‘íntimo’ de Macri? Los Oyarbide de los K se han multiplicado ahora para beneficiar a M-M.
¿Hace falta más? El curro del Correo, los negociados con las low cost, después que Macri vendiera sus tenencias a Avianca; algo similar con los parques eólicos, construidos a partir de información reservada de la familia M-M (según denuncia Perfil), para venderla a precio superior poco antes de la licitación de las obras. Pescarmona, a la que los K dejaron caer, a diferencia de Techint, estaría dispuesto a sacarse la bronca en los pisos superiores de Comodoro Py. ¿”Mani Pulite”? Todo lo contrario: “mani sporchi”. ¿“Lava Jato”? – “de jeito nenhum’, no hay lavado de carrocería ni chorro de agua higienizador. Por fuera de los ‘cuadernos’, el pulpo Acindar ha sido acusado de lo mismo: sobre precios mediante copamiento del mercado. No es extraño que su jefe, Acevedo, presidente de la UIA, se haya puesto una camiseta anti-macrista. En la lista figuran los Erneukian y los Roggio, que hoy pujan por nuevas licitaciones con socios extranjeros. El llamado “fórum-shopping” es una operación política para salvar a un régimen político podrido, y si fuera posible al gobierno macrista y al FMI. El operativo, por ahora, lleva el mismo destino de las Lebac – una quiebra política y financiera de la patronal de Argentina. Es lo que ha ocurrido en Brasil. Argentina asiste a una segunda ronda agravada de la Banelco de De la Rúa, todos exonerados, donde se mezclan los que luego serían protagonistas de la ‘década ganada’, por un lado, y del ‘bienio de la transparencia´, del otro.
La necesidad de enfrentar esta situación de excepción con una caracterización correcta es evidente, en especial a partir del derrumbe político y moral del kircherismo, que se defiende del modo más cobarde posible: “ella no sabía”, los cuadernos originales no aparecen, las delaciones de los propios kirchneristas contra el gobierno kirchnerista solo demuestra la flojedad del alma humana. Desaparece, de esta defensa, la épica nacional y popular. Cuando Bonadío pide lo que no necesita, el desafuero de CFK para allanar su residencia, sabe que es una medida inútil, que tendría el propósito de ir tanteando el terreno de un pedido en regla, que iría acompañado de una prisión preventiva, o sea una condena por sospecha. El desafuero de CFK enfrenta al ‘peronismo racional’ a una crisis existencial, que no admite ‘razones’. Sin embargo, la amenaza contra CFK podría ser más bien una extorsión de parte del macrismo, para que los ‘racionales’ le voten todo lo que pide el FMI y lo que no pide también, a cambio de evitar el pedido de un desafuero. Los alcahuetes del macrismo aseguran que una detención de la ex arreglaría la ‘crisis de confianza’ que afecta a Macri, sin tener en cuenta que lo más probable es que acabe con lo poco que le queda de ella. Podría sumar al “peronismo racional” a todos los otros choques generados por la crisis (congelamiento de retenciones a exportaciones de granos y aumentos para el aceite y bío-combustibles, entre otros), y crear una crisis parlamentaria. Carlos Pagni, de La Nación, escuchó a sus infidentes, que Macri planearía adelantar las elecciones para diciembre próximo.
El desafuero y el encarcelamiento de todo el régimen político, sin excluir al poder judicial que ‘arregla’ competencias y fallos, es una figura literaria apropiada al momento. Es oportuna para señalar los propósitos reaccionarios de cualquier procedimiento o salida de parte del régimen mismo. Para denunciarla como un método de supervivencia, contra el pueblo trabajador y la democracia. Las compañías capitalistas que se han beneficiado con la cartelización y sobreprecios durante décadas, deben ser nacionalizadas sin resarcimiento. Macristas, ‘racionales’ y kirchneristas está discutiendo en el Senado el modo de eximirlas de responsabilidad criminal. Es lo que han hecho en Brasil. La “eximición de dominio” es un fraude; se limita recoger migajas de lo que le queda o informa el acusado y salvar a los monopolios – en estas aguas navega la causa nacional y popular. En definitiva, es necesario dirigir la atención del pueblo hacia el régimen político en su conjunto, todos sus partidos e instituciones, que entrelazan al estado con el FMI y con el régimen capitalista. Entre el derrumbe delictivo del Estado y la corrida cambiaria, existe una relación notoria. ¡El Banco Central, una institución decisiva de ese estado, ha confiscado los ingresos y tenencias de los trabajadores, y se ha convertido en una oficina extranjera, para rescatar a un capital que ha saqueado al país! La tarea es denunciar a todos ellos; el propósito es forjar una consciencia de las masas contra este régimen político en su conjunto, que colabore en preparar las condiciones prácticas para su liquidación política completa, por parte de los trabajadores movilizados. La estrategia política de la vanguardia obrera debe atender a esta modificación extraordinaria de todas las circunstancias políticas.

Jorge Altamira

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