viernes, 7 de septiembre de 2012
Voces por un Estado laico
Fernando Lozada, de la Coalición Argentina por un Estado Laico que presentó el proyecto, vinculó los procesos dictatoriales de Argentina con el “aumento de poder” de la Iglesia.
Un Estado laico es “aquel que respeta el derecho de las minorías”, definió el rabino Daniel Goldman. Su intervención fue parte de la mesa de debate convocada bajo la consigna “Todas las creencias, ninguna imposición”, que propone instalar este tema dentro del debate por la modificación del Código Civil. Y también impulsar una reforma constitucional para eliminar el artículo 2 de la Carta Magna que literalmente sostiene en el país el culto católico. Para eso, referentes con distintas creencias y cultos se juntaron con el mismo objetivo: impulsar la igualdad de todas las creencias ante la ley.
El debate que se dio ayer en la Sala José Luis Cabezas del Congreso Nacional incentiva la eliminación del artículo del Código Civil que otorga personería jurídica pública a la Iglesia Católica, lo que la equipara con organismos del Estado nacional. Se trata de un privilegio que ninguna otra organización posee y cuya consecuencia es el financiamiento de la Iglesia Católica por parte del Estado. El resto de las instituciones religiosas tiene carácter privado, figura que las asemeja a una asociación civil.
Cada discurso transmitió creencias particulares, pero todos confluyeron en apoyar dos proyectos de ley. Uno, presentado en 2010 por la ex diputada Cecilia Merchan, y otro, más reciente, de la Coalición Argentina por un Estado Laico, presentado en agosto pasado. Ambos plantean la “necesidad” de reforma de la Constitución Nacional para “garantizar el Estado laico y la libertad de conciencia”.
“No es una propuesta contra la Iglesia Católica”, dijeron los disertantes. La idea es romper con la articulación que hay con el poder político que “no es inocente ni inocuo”, apuntó Marta Alanís, de Católicas por el Derecho a Decidir.
Alanís graficó a Página/12 su propuesta sobre “fijar postura ética para desandar posturas dominantes”. ¿Cómo? En clave teológica: “Ante un dilema ético tenemos que hacer valer nuestras conciencias por encima de las propias enseñanzas de la Iglesia Católica. Aunque la Iglesia diga ‘no al aborto’, nosotros podemos decidir en base a nuestra conciencia, porque la doctrina de la Iglesia Católica prioriza la libertad de conciencia, pero la jerarquía no lo dice”.
Fernando Lozada, de la coalición que presentó el proyecto, vinculó los procesos dictatoriales de Argentina con el “aumento de poder” de la Iglesia. “A mí me da vergüenza”, asumió Luis Domínguez, párroco integrante de Opción por los Pobres, que apuntaló la corriente Teología de la Liberación como modelo a retomar para “pensar una nueva Iglesia”.
Lisandro Orlov, pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Unida, pidió “que no haya personerías jurídicas de primera y de segunda”. Goldman replicó: “Yo no quiero ninguna personería jurídica”. “Tenemos que pensar desde qué lugar estamos dispuestos a trabajar en una sociedad más pluralista. Si definimos el concepto de persona en función de lo que esta argentinidad católica terminó diciendo qué es o si vamos a respetar el derecho de otros, sin considerar lo que la Iglesia Católica sostiene”, propuso.
Carla Perelló
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