domingo, 16 de septiembre de 2012

El Sitraic mantiene la iniciativa



La emboscada de una patota de la Uocra de Lomas de Zamora contra activistas del Sitraic el miércoles 5, en la puerta de una obra en Temperley, es una nueva muestra de la descomposición y desesperación que domina a la banda liderada por el colaborador de la dictadura, Gerardo Martínez. El ataque terminó con cuatro miembros de la patota detenidos, contra los cuales la comisaría planteó cargos menores y fueron liberados esa misma noche. La presencia de Leguizamón, el secretario adjunto de la Uocra de Lomas, en el lugar de los hechos, intentando impedir la detención de los agresores, muestra el carácter organizado de la agresión, a pesar de lo cual la comisaría de la zona elevó un ridículo sumario contra los detenidos caratulado como “lesiones leves”. El mismo Leguizamón estuvo preso en abril de este año por un tiroteo con una banda rival de la Uocra Quilmes.

La presencia y la organización en las obras, una derrota para la patota

La respuesta del activismo del Sitraic y de numerosas obras fue inmediata. Los compañeros se fueron concentrando en la sede del sindicato desde media mañana para expresar su solidaridad y discutir los pasos a seguir. Se hicieron presentes también delegaciones solidarias de diversas organizaciones. La disposición de la comisión directiva fue clara: exigir la cárcel de la patota local y de Martínez, responsabilizar a Casal y la Bonaerense por la impunidad del accionar de la patota y disponerse a garantizar el conjunto de la actividad del sindicato que la patota pretende impedir.
La derrota de los matones puede medirse por la continuidad del conjunto de las asambleas de obra previstas en la semana, al igual que las charlas de formación para los activistas del gremio. Como resultado de la intensa actividad en la zona, en los últimos dos meses se ha conquistado un plus salarial en concepto de alimentos para 400 compañeros en 13 obras, mientras que un centenar de trabajadores han sido blanqueados en 14 obras. En la última semana, tres importantes obras presentaron al Ministerio de Trabajo su decisión de desvincularse de la Uocra y afiliarse al Sitraic. Es contra esta perspectiva que la patota pretende imponer el terror.
La patota de Martínez atacó esta semana también a Raúl Murga, de la dirección de los Dragones de Comodoro Rivadavia, así como a activistas de la minera Vale en Bahía Blanca, quienes habían resuelto un paro. Las agresiones, lejos de disuadir al activismo combativo que aflora en el gremio, están mostrando el agotamiento total de esta banda sostenida por Tomada y la Rosada en función de poder lanzar la fantasmagórica CGT Balcarce. El congreso nacional de trabajadores de la construcción -lanzado para octubre por el Sitraic y la Coordinadora Sindical Clasista- se afianza como alternativa y numerosas delegaciones del interior ya están confirmando su presencia. Frente a un panorama difícil, por la inmensa caída de la construcción por obra pública y el colapso del mercado inmobiliario, se avanza hacia un agrupamiento clasista nacional de la construcción.

Guillermo Kane

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