sábado, 1 de septiembre de 2012

Una clase obrera que pelea contra la represión y los despidos



El proceso huelguístico de este año comenzó por los $5.000 para la categoría 1 que exigieron los gremios de la Federación Azucarera que empezó a poner en pie la CTA (FAR-FEIA). El acuerdo de la burocracia de la FOTIA fue de $3.000 a $4.300. La FAR se negó a firmarlo. La tabla de la FOTIA solo se lleva adelante en los ingenios tucumanos, en el Ingenio La Esperanza, que por estar intervenido por el Ministerio, ni siquiera pudo participar de las paritarias, y en el ingenio San Isidro-Salta. En este proceso el SOEAIL-Ledesma conquistó un salario para la categoría 1 que parte de los $4.870, el Sindicato de Obreros del Ingenio La Mendieta-Rio Grande- le arranco a la patronal $4.999. En este marco, el sindicato de obreros del ingenio San Martin de El Tabacal se encontraba en negociación paritaria desde marzo, y con medidas de fuerza desde junio.

El Tabacal: relación de fuerzas entre la patronal y el sindicato

El Sindicato de Trabajadores del Azúcar del Ingenio El Tabacal –STAIET venía realizando paros escalonados durante 5 días. La patronal se pasa de la relación de fuerza y despide a 57 trabajadores temporarios. El sindicato llama a un nuevo paro por 72 hs. Este anuncio se ve cruzado por un accidente trágico en el que mueren 2 obreros y hay un tendal de heridos. Para evitar el paro Seabord Corp convoca a un asueto de 3 días por duelo, un lock out patronal. Pero los obreros hacen caso omiso y concretan la huelga anunciada. Van al corte, exigen la reincorporación de sus compañeros, denuncian a la patronal por el accidente y siguen levantando los $5.000.
Antes de la represión, la patronal había ofrecido $4.931 pero se negaba a reincorporar a los despedidos. La postura de la dirección de Olivera y el asesor Wandschneider (FAR-FEIA), era no negociar nada sin que antes reincorporen a todos. Si reincorporaban a los despedidos, la dirección sindical estaba dispuesta a tomar los $4.931, pero sin dejarse descontar todos los días de paro ni los premios de presentismo, por producción y el premio de zafra, parte importante de la masa salarial del azucarero. La patronal le exigió al Ministerio de Trabajo que declare la conciliación obligatoria para ganar tiempo y apurar la zafra y reducir la fuerza del sindicato. El STAIET rechaza en tres oportunidades la conciliación. El Ministerio amenaza con suspenderle o quitarle la personaría gremial, una política similar a la que tuvieron en La Esperanza.
La represión se da por orden de un juez recién nombrado, como en Ledesma, en el Triángulo, y en el operativo montado para la detención de los obreros de La Esperanza. Ésta estuvo avalada por el ministro de seguridad de Salta, un abogado de la patronal denunciado por las mujeres de los obreros por calumnias e injurias en la lucha del 2011.

Despertar obrero

La clase obrera en los ingenios de Salta y Jujuy viene fortalecimiento sus fuerzas, a partir de la recuperación económica iniciada en 2002 y se combinan varios procesos: 1 – el surgimientos de nuevas direcciones que desplazan a las viejas burocracias mutualistas; 3- luchas reivindicativas; 4- la coordinación entre las direcciones sindicales para enfrentar el techo salarial de las patronales y la FOTIA; 5- la toma de medidas de acción directa, cortes, marchas y piquetes de fabricas, con enfrentamientos con las fuerzas represivas.
Enfrentan a patronales de larga tradición oligárquica que llevan adelante una política anti sindical con una alta dosis de impunidad. Los obreros tienen causas penales, detenciones y represiones al activismo En El Tabacal, a delegados y dirigentes les abren una causa en el 2010 por quema de vehículos del ingenio. En Ledesma, les niegan los fueros a los delegados por una impugnación presentada por Blaquier. En La Esperanza les abren causas por la toma de un juzgado a activistas, dirigentes y asesores, para luego detenerlos por 4 días. En la última huelga, desde el Ministerio de Tomada, obligan a renunciar a la directiva dividida, y, una vez acéfalo, le intervienen el sindicato.

La represión policial y la autodefensa obrera

La represión fue sorpresiva. La orden de desalojo de la ruta 50 fue acatada por la policía sin aviso previo. Avanzaron disparando balas de goma, apuntando del torso para arriba. La caballería arremetió contra los obreros y jóvenes que resistían.
El operativo comenzó por tres frentes. La policía ahogó con gas pimienta a los barrios aledaños al ingenio. Los obreros, jóvenes y mujeres comenzaron a defenderse, con momentos de avanzada y repliegue desde las 16 hasta las 19hs. El ataque frontal fue librado en la avenida que va del pórtico del ingenio hasta la planta fabril. Los trabajadores tomaron los tractores y avanzaron sobre la infantería y la caballería. “Estos tractores fueron nuestros tanques”, dijo un obrero. La policía disparó con armas largas a los neumáticos para frenarlos, pero tuvo que retroceder hasta la planta azucarera, bajo la mirada pasiva de la gendarmería. La juventud trabajadora y barrial se enfrentó cuerpo a cuerpo con la policía, hasta hacerlos retroceder. Las mujeres y niños alcanzaban agua y juntaban piedras. Los trabajadores de salud atendieron a los heridos, con un puesto de salud improvisado y una ambulancia. La unidad entre los obreros y el pueblo se selló en las calles.
La patronal, el gobierno y la policía subestimaron la fuerza obrera y popular. La defensa se transformó en una ofensiva que llevó al repliegue de las fuerzas represivas.
Al día siguiente, Urtubey se reunió con el directorio de la Seabord Corp. y, recién el lunes, con la directiva y los asesores del sindicato. El intendente de la localidad llegó después de la represión planteando que no sabía que iban a reprimir.

Una nueva fase de la negociación: la patronal recula y la directiva va por más

La patronal está a la defensiva y se bajó en las negociaciones de sus expectativas proponiendo la reincorporación provisoria de los 57 despedidos. La directiva y los asesores le exigieron la reincorporación y la estabilidad laboral para todos los compañeros que trabajan en el ingenio. Una propuesta correcta ya que la patronal retrocede, pero, con la reincorporación provisoria y bajo sus condiciones, se propone ganar tiempo para volver a atacar con despidos. Además el sindicato, con la exigencia de estabilidad, establece un diálogo entre los despedidos y el conjunto de los trabajadores, ya que el 80% son contratos por temporada de zafra (unos 6 meses) Si logran que conste en acta – acuerdo la estabilidad de los despedidos y todos los trabajadores, será un importante paso contra la empresa.
Los trabajadores al encontrarse en una mejor situación, luego de haber hecho retroceder la ofensiva represiva del estado, aprovechando el paso en falso de la Seabord Corp y Urtubey, se juegan a que la patronal conceda la reincorporación, la estabilidad y los $5.000. Pero esta ofensiva en la negociación, todavía no se traduce en un plan de lucha que busque una mayor solidaridad, al apoyo sistemático de los gremios, organizaciones de desocupados y partidarias de Salta, y a escala nacional. El corte de la ruta 50 que mantienen los obreros y sus familias con el apoyo del pueblo de San Martín e Yrigoyen, los cortes solidarios de la UTD Mosconi y ATE, las marchas de ATE-CTA y la izquierda en Salta y en Capital Federal, muestran que hay fuerzas para profundizar el plan de lucha e imponerle a la patronal todas las demandas.
Para fortalecer la lucha por estos reclamos y pararle la mano a la patronal yanqui en El Tabacal, es preciso que los sindicatos azucareros convoquen a un plenario de delegados de base, activistas y direcciones sindicales. De este modo, se podrá potenciar la solidaridad logrando una mayor coordinación. Para frenar los ataques patronales en unidad con el gobierno kirchnerista, en La Esperanza y en Ledesma, hay que fortalecer el frente único obrero dando lucha por sindicatos y federaciones sindicales sin burócratas, para que la crisis la paguen los explotadores, no los trabajadores.

Miguel López y Gabriel Brizuela

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