martes, 18 de septiembre de 2012

Seis años sin Julio López y una pregunta que no cesa



En un país que está dando una lección al planeta por llevar a cárceles comunes a quienes gozaron de prebendas e impunidades durante tanto tiempo, Julio López es un símbolo que no debería ser. Los tentáculos de las sombras que persisten se extienden a todos los puntos de esta tierra.
¿Dónde está? Tan simple como esa es la pregunta. Sus testimonios llevaron a la cárcel a Miguel Etchecolatz, y fue acallado con el peor de los terrores, el que los asesinos aprendieron a realizar muy bien, el de las desapariciones, ese método que suponían que serviría para quitarle la voz a quienes ellos consideraban peligrosos y sus familias y amistades.
Pero la historia nos enseñó que cuando la sangre es la herida no hay temor posible, y ahí estuvieron las Madres y las Abuelas para demostrarlo.
Jorge Julio López desapareció por segunda vez el 18 de septiembre del 2006. La primera vez había sido en octubre de 1976, y entonces tampoco lograron instalarle el miedo en la piel, por eso luego fue querellante y logró llevar a la cárcel a sus secuestradores y torturadores.
En un país que está dando una lección al planeta por llevar a cárceles comunes a quienes gozaron de prebendas e impunidades durante tanto tiempo, aun después de haber torturado, violado y matado, en un país en el que los jueces ya no pueden evadir sus responsabilidades históricas tan fácilmente, Julio López no aparece, Julio López fue secuestrado, Julio López es un símbolo que no debería ser.
Hoy se cumplen seis años de la desaparición de Julio López y nada ha hecho avanzar la investigación, y eso antes que la ineficacia de la justicia y de la policía demuestra que el poder de quienes ensombrecieron el país entre el 76 y el 82 sigue vigente en varios espacios de la Argentina.
Detrás de la segunda desaparición de Julio López hay, sin duda, una cadena de silencios que se remonta a la década del 70 y cuyos tentáculos se extienden hacia todos los puntos cardinales en nuestra tierra. Y eso nos lo recuerda, con todo el dolor y la bronca, el ataque que en septiembre del 2010 sufrió la ex detenida Alicia Morales, esposa del Ruso Galamba (desaparecido durante la dictadura), quien declaró en los juicios por delitos de lesa humanidad en el Sur provincial y ahora en los que se están realizándose en la Ciudad de Mendoza.
¿Dónde está Julio López? Que siga resonando esta pregunta, porque tras el nombre de este albañil está lo peor del pasado y porque su actitud, como la de tantos otros, fortalece nuestro futuro.

Alejandro Fria

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