lunes, 30 de octubre de 2023

Los abrazos, las rupturas, y las estafas al electorado


Las repercusiones del apoyo de Bullrich y Macri a Milei, y la estrategia de Massa.

 El abrazo entre el león y el pato que enojó a las palomas y las víboras, y el abrazo del oso que nos quiere poner un chaleco de fuerza. La política burguesa parece un zoológico, pero el denominador común de las estafas al electorado es que todos comparten un rumbo de ajuste contra los trabajadores.
 El abrazo televisado con el que Milei y Bullrich mostraron públicamente su acuerdo de cara al balotaje fue representado en la redes sociales con una tierna caricatura de un león y un patito, pero como era esperable detonó una catarata de pases de factura sacando a relucir las frases que hasta hace una semana repetía el supuesto libertario, acusando a Bullrich de haber pasado por todos los partidos de la casta política: desde ser una “montonera tirabombas” a integrante del fracasado gobierno de Macri. Ahora todo el discurso anticasta fue dejado de lado para pasar a concentrarse únicamente en el kirchnerismo, e incluso habría sido un éxito la política de seguridad de la exministra y la política exterior del macrismo brillante. Semejante panquequeada opacó la que había protagonizado Santoro en la Ciudad de Buenos Aires, bajándose de la segunda vuelta para darle el triunfo a Jorge Macri después de haberse pasado toda la campaña llamando a votarlo para disputar la Jefatura de Gobierno porteño en un balotaje. 
 En paralelo Massa insiste con su abrazo de oso para tentar a la UCR y sectores del PRO para un gobierno de “unidad nacional”… con los partidos a los que acusaba de entregar la soberanía nacional y arrodillarnos ante el FMI. Pide el voto en defensa de la “democracia contra el facismo” cuando tiene como principal destinatario de su planteo al dictador jujeño Gerardo Morales, que viene de reprimir a mansalva para imponer una reforma constitucional trucha y favorecer el saqueo del litio a las multinacionales. Después de haber acompañado a Macri, cuando recién había asumido, hasta Davos para respaldarlo frente al capital internacional, ahora Massa intenta ganarse para sí a quienes sostuvieron ese gobierno ruinoso que -según su discurso- explicaría el desmadre económico actual. Hasta promete un pago especial a los bonistas de la deuda externa. Finalmente, el ministro de Economía es hoy quien sigue ajustando a los jubilados para pagar a los acreedores. 
 Tironeados entre estos “abrazos” salieron a diferenciarse de Bullrich y Macri casi todos los referentes de Juntos por el Cambio, dejando al descubierto la ruptura de la coalición opositora, que todos presagiaban pero que superó las previsiones por su rapidez. La UCR los cruzó en una conferencia de prensa oficial comandada por Gerardo Morales y Martín Lousteau, tras resolver que no apoyarán a ningún candidato en esta segunda vuelta -una definición que muchos interpretan como un llamado solapado a votar por Unión por la Patria. Carrió también se sumó a las voces que criticaron a la dupla que pactó con Milei, y lo mismo hicieron otros personeros del PRO como Larreta y Vidal, e inclusive se distanció de su primo el recientemente electo jefe de gobierno de CABA. Los gobernadores opositores emitieron un comunicado donde se escudan en que su tarea es defender a los habitantes de sus provincias, cuando son quienes ajustan diariamente en salarios, salud, educación y vivienda. 
 Párrafo aparte merecen los desencantados de La Libertad Avanza, que pareciera deshilacharse de cara al 19 de noviembre. El burócrata del sindicato de gastronómicos, Luis Barrionuevo, anunció su ruptura tras la confluencia de Milei con Bullrich, luego de haber ofrecido su aparato para la fiscalización en la reciente primera vuelta y sobre todo como vehículo gremial para allanar una reforma laboral flexibilizadora. Como sea, es un alejamiento que no cambia un ápice su orientación contra los trabajadores, en un gremio donde reina la precarización laboral. Hasta varios legisladores electos que ingresarán al Congreso expresaron su desencanto, amenazaron con conformar bloques propios y se repartieron culpas públicamente, como hizo la cosplayer Lilia Lemoine (adjudicando la derrota a los posicionamientos contra el Vaticano o en favor de la venta de órganos). 
 En conjunto, tenemos que apenas pasadas 72 horas todos los candidatos capitalistas traicionaron a sus votantes, haciendo lo contrario a lo que prometían en campaña. Estas rupturas y realineamientos expresan en el fondo una coincidencia en ocultar al pueblo que se trata de variantes que pretenden descargar la crisis del país sobre los trabajadores, ajustando a los que menos tienen y favoreciendo una mayor injerencia del capital imperialista. Por eso de un lado Milei propone dolarizar, liquidar el Banco Central, rematar las empresas públicas y forzar una mayor apertura comercial, todo lo cual redundaría en una mayor colonización financiera y económica; pero del otro lado Massa se vanagloria del apoyo recibido por parte de Biden y de sus lazos con la embajada yanqui, al servicio de cumplir con el programa del FMI. Finalmente, la “unidad nacional” fue promovida antes que nadie por el embajador norteamericano Marc Stanley, y es una concertación para implementar un programa antiobrero.
 Independientemente del resultado del balotaje y de cómo valoren su voto, para los laburantes se les plantea la necesidad de preparar las luchas que se vienen, contra el gobierno que finalmente le toque desenvolver esta ofensiva.

 Iván Hirsch

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